El tercero en discordia

Pílades es el amigo íntimo de Orestes. Siempre atildado, siempre impecable, en presencia de los demás no habla, mudo como un muerto pero vigilante como una lechuza. ¿Qué se dirán, esos dos, a solas, cuando nadie los oye?

Los idilios de Orestes comienzan bien y, al poco tiempo, se van a pique. Y todo porque aquel, al segundo o tercer encuentro, les hace notar a sus amadas los errores que cometieron la vez anterior delante de la gente, o les critica el peinado, el perfume que usan, los modales. Ellas se encocoran y aquel fogoso amor naufraga en una tempestad de rencillas menudas.