Jasón y sus amigos embarcaron en la nave Argos (por lo que se los conoce como los argonautas) y partieron rumbo a la remota Cólquida con el propósito de robar el Vellocino de Oro, cuyo nombre de pila es Crisomalón. Eran jóvenes, atléticos y ardientes, pero la travesía duró tres años sin hacer escalas en ningún puerto.
La hija del timonel de la nave formaba parte de la tripulación. Para ocultar su verdadero sexo y no correr peligro entre tantos hombres privados de mujer, se había disfrazado de grumete y se hacía llamar Teófilo.
Al cabo de un tiempo de navegación su padre le reprochó que practicase el amor griego con los argonautas. El supuesto Teófilo respondió:
«Es la única manera de hacerles creer que soy varón y conservar mi virtud».
El padre estuvo de acuerdo.
Pilémacos, en su Epítome, corrige o echa a perder esta historia. Rencoroso contra los griegos, sostiene que el timonel le preguntó a su hija por qué ocultaba su verdadero sexo, y que ella soltó esta calumnia:
«Porque no quiero pasarme todo el tiempo de la travesía sin que nadie me ofrezca los servicios de la virilidad»