En el fondo, todo cuanto escribo se basa en una verdad. Puede tratarse de una verdad grande o pequeña, clara como el cristal o extremadamente fragmentaria, pero siempre existe una semilla enraizada en algún suceso real que da origen a la ficción de cada uno de mis libros.
Como aquí y ahora: fue Tor Sallstrom, escritor y amigo de la causa africana, quien en una conversación, casi de pasada, me habló de los extraños documentos que había encontrado en el antiguo archivo colonial de Maputo, la capital de Mozambique. En dichos documentos, Sallstrom leyó acerca de una mujer sueca que, a finales del siglo XIX y quizá principios del XX, fue propietaria de uno de los principales prostíbulos de la ciudad, llamada a la sazón Lourenço Marques. Su nombre figuraba en aquellos archivos por haber sido uno de los principales contribuyentes a la hacienda pública.
Al cabo de unos años deja de documentarse su existencia. Aparece de la nada y desaparece del mismo modo imperceptible en que se presentó.
¿Quién era? ¿De dónde llegó? Seguí indagando, pero, ciertamente, su origen era desconocido y no había dejado rastro alguno tras su desaparición. Cualesquiera conclusiones serían siempre conjeturas, más o menos verosímiles.
Sin embargo, tenemos certeza de la llegada de barcos suecos que atracaban en el puerto de Lourenço Marques. En la mayoría de los casos, cargados de madera para llevar a Australia. Y claro que llevarían a alguna que otra mujer a bordo entre la tripulación, sobre todo cocineras.
Todo lo demás son y serán especulaciones. Salvo los indicios burocráticos hallados en un viejo registro. El funcionario colonial anotaba las verdades relacionadas con la fiscalidad de los ingresos. Todos los años había que convencer al Gobierno de Lisboa de que la colonia era, verdaderamente, un negocio rentable.
De modo que aquella mujer estuvo allí en realidad, puesto que los archivos no mienten. Pagaba en impuestos unas cantidades impresionantes.
Mi relato se basa, pues, en lo poco que sabemos acerca de lo mucho que ignoramos.
Henning Mankell. Gotemburgo, junio de 2011