Nota del traductor

Thomas Bernhard publicó el relato que da título a este libro en el periódico Die Zeit, en 1982, y lo tituló Goethe schtirbt (no Goethe stirbt, como sería lo correcto). Más que utilizar una forma dialectal alemánica, parece servirse de ese recurso ortográfico para hacer blanco de su ironía, como ha dicho Michaela Schmitz, a dos tabúes alemanes a la vez: Goethe y la muerte. Dada la dificultad de trasladar esta ironía al español, hemos optado por titularlo simplemente Goethe se muere.