Los miedos de Carolina

Esa noche salí de mi trabajo y llegué a la ruta a esperar el ómnibus para ir a mi casa. Es muy descampado allí. Son todas casas con parques. Apareció un muchacho que me arrastró hasta unos árboles. Me decía cosas muy feas de mi cuerpo, mi cola, mi ropa. Mientras me forzaba y me tiraba el pelo porque yo lo golpeaba, me decía que era flaca y se reía. Estoy llena de moretones por los golpes que me dio. Tengo lastimadas las piernas porque me tiró al suelo y me arrastró. Después de la violación se ofreció a llevarme en su auto a mi casa. Le dije que cómo podía ofrecer llevarme después de lo que me había hecho. Entonces me ató las manos, me subió el pantalón, me ató los pies y me puso la cartera en la cabeza, tapándome los ojos. Me sacó los zapatos y dijo que los iba a dejar en un árbol. Esperé un tiempo. Me pude desatar y salí descalza a la ruta y paré un auto. El señor que manejaba me preguntó que me había pasado. Le dije que no me hiciera nada, que ya me habían robado. Le dije que me llevara a la casa de mis padres. Al llegar habló con mi papá, no sé de qué. En casa no quise contar. Nadie dijo nada. Después de la violación cambió mucho la relación con mi novio. Hacía poco estábamos intentando vivir juntos. Él no quiere hablar de la violación, no dice nada, como si nada hubiera pasado. Pero empezamos a tener problemas. Creo que no se la banca. Ahora tengo mucho miedo. Empecé a ir a trabajar y tengo que tomar el ómnibus en esa parada. Tengo miedo de que el tipo aparezca de nuevo. Cambiaron muchas cosas. No sé como vestirme. Salga como salga tengo miedo a que me ataquen, a que me tomen por lo que no soy, a que se equivoquen. (Carolina, 21 años).