Otro punto de apoyo a la situación de crisis es la información que debe brindar el profesional para ayudar a enfrentar los efectos ocasionados por la violencia. Esa información debe incluir aquellos datos que ayuden a la elaboración de estrategias para afrontar las consecuencias personales y sociales posteriores a un ataque:
Si bien la mayoría de los familiares y amigos apoyan y acompañan a una víctima de violencia, otros suelen reprochar o acusar a quien fue violentada. Algunas mujeres entrevistadas relatan los comentarios de las personas allegadas:
«Yo siempre te dije que no vuelvas tan tarde».
«¿Por qué confías en personas que no conocés?».
«Yo te dije que ese tipo es un sinvergüenza».
«No pensaste en tu familia, mirá lo que nos hacés pasar».
«Con nosotros no cuentes».
Los familiares y amigos que hacen este tipo de comentarios son los que se niegan a concurrir a las entrevistas si la víctima y/o el profesional que la asiste lo solicitan. Otros no sólo concurren a las entrevistas sino que colaboran activamente en la recuperación. En algunos casos es de gran ayuda incluir un trabajo exhaustivo con los integrantes del grupo familiar y social de la persona agredida, siempre que esta lo autorice. Ellos también atraviesan una situación de crisis y padecen los efectos del hecho violento, y muchas veces no saben cómo actuar frente a los cambios que se han suscitado. Estas entrevistas con los familiares también deben incluir la información planteada anteriormente por la víctima.
El encuentro con la familia favorecerá los vínculos comprensivos que, como estructura de sostén y contención, ayudarán a transitar la crisis. Por el contrario, los reproches, las sospechas, las amenazas y el negar, minimizar o trivializar el hecho actuarán como elementos desorganizadores del psiquismo de la mujer que fue violentada, incrementando la culpa y la vulnerabilidad. Las entrevistas con los familiares y allegados no sólo permiten reorganizar las situaciones surgidas a consecuencia del hecho violento, sino que ayudan a soportar las tensiones que se van presentando mientras se desarrolla el proceso de asistencia y recuperación.
Hemos ofrecido aquí una serie de intervenciones técnicas que consideramos adecuadas para ser implementadas en las entrevistas de consulta y orientación. Indagar, preguntar, esclarecer, orientar, informar son algunas de las intervenciones que favorecen que estas entrevistas ofrezcan condiciones concretas de contención. Crear una relación continente es lo que se requiere de un primer acercamiento a las personas que son víctimas de violencia. Una actitud activa, empática y cálida de quien realiza estas entrevistas —como así también del resto de la institución— constituye un requisito indispensable para que este proceso de consulta pueda llevarse a cabo con eficacia. Queda aquí abierta, sin embargo, una amplia gama de posibilidades para operar en este proceso de consulta y orientación que apela a la creatividad de cada profesional. No obstante, la condición básica de este trabajo consiste en estar permanentemente abiertos a escuchar, comprender y ayudar.