Los alcances de la intervención profesional

Existe una amplia gama de posibilidades de acción profesional en las entrevistas de consulta y orientación[44]. Los recursos con los que cuentan los profesionales para operar en las situaciones concretas de entrevista son instrumentos de trabajo provenientes de los marcos teórico-técnicos de las diferentes disciplinas. O sea, las estrategias de intervención profesional constituyen un conjunto de acciones específicas a realizar con el objetivo de operar sobre las diversas necesidades de quien consulta —información, apoyo emocional, asesoramiento. Cumplen con la función de sostén en cuanto colaboran con el manejo de las diversas situaciones que acompañan a la crisis. La intervención profesional transcurre en un campo en el que el proceso de comunicación se pone en marcha. Las dos partes de dicho proceso se encuentran frente a una situación desconocida en la que se crea un nuevo vínculo: una busca ayuda, y la otra está dispuesta a brindarla. Las conductas tanto de quien entrevista como de quien consulta se condicionan, se estimulan y se reactivan mutuamente.

Cuando se entrevista a una víctima de violencia es necesario delimitar una metodología comunicacional que describa y recorte una «geografía de la subjetividad». Esta requiere, tanto en quien entrevista como en quien consulta, precisar los límites, observar los excesos y respetar las fronteras del decir y del callar de cada uno. Es necesario, entonces, tener en cuenta el posicionamiento subjetivo de los integrantes involucrados en el diálogo que se desarrolla en una entrevista. En este campo de comunicación dinámica se encuentran:

Este diálogo exige la identidad de quien habla, alterada por el ataque, y la relación con alguien que sea soporte de lo que se va a comunicar. El posicionamiento subjetivo del profesional requiere varios planteos:

O sea, se trata aquí de una metodología comunicacional inclusiva. Quien escucha, debe posicionarse en un lugar en el que se privilegien diversas formas de intervención para favorecer una adecuada marcha de la entrevista (Velázquez, 2000). Si bien en la intervención profesional está privilegiada la palabra, todas las formas de comunicación preverbal, como los gestos y posturas del entrevistador, inciden en la marcha de la entrevista. En este contexto, las intervenciones verbales, como preguntar, informar, esclarecer, señalar, sintetizar, siguiendo un modelo propuesto por H. Fiorini (1977: cap. 10), serán los elementos que guíen y organicen los encuentros. Sin embargo, estas intervenciones exigirán, de quien escucha, un compás de espera y un registro de los ritmos y de los tiempos internos del decir y del callar de quien consulta.