Benedetto Croce, uno de los pocos escritores importantes de la Italia contemporánea —el otro es Luigi Pirandello—, nació en el villorrio de Pescasseroli, en la provincia de Aquila, el 25 de febrero de 1866. Era todavía un niño, cuando sus padres se establecieron en Nápoles. Recibió una educación católica, muy atenuada por la indiferencia de sus maestros y hasta por su incredulidad. En 1883 un terremoto que duró noventa segundos conmovió el sur de Italia. En ese terremoto perecieron sus padres y su hermana, y él mismo quedó enterrado entre los escombros. A las dos o tres horas lo salvaron. Para eludir una total desesperación, resolvió pensar en el Universo: procedimiento general de los desdichados, y a veces bálsamo.
Exploró los metódicos laberintos de la filosofía. En 1893 publicó dos ensayos: uno sobre la crítica literaria, otro sobre la historia. En 1899 advirtió, con una especie de temor parecido a ratos al pánico y a ratos a la felicidad, que los problemas metafísicos estaban organizándose en él, y que la solución —o una solución— era casi inminente. Dejó entonces de leer, dedicó sus mañanas y sus noches a la vigilia, y caminó por la ciudad sin ver nada, callado y atisbándose. Había cumplido treinta y tres años: la edad, según los cabalistas, del primer hombre cuando lo formaron del barro.
En 1902 inauguró su Filosofía del Espíritu con un primer volumen: la Estética. (En ese libro, estéril pero brillante, niega la diferencia entre fondo y forma y reduce todo a intuiciones). La Lógica apareció en 1905; la Práctica, en 1908; la Teoría de la Historiografía, en 1916.
Desde 1910 hasta 1917, Croce fue senador del Reino. Cuando se declaró la guerra y todos los escritores se abandonaron a los placeres lucrativos del odio, Croce se mantuvo imparcial. Desde junio de 1920 hasta julio de 1921 ejerció el cargo de ministro de Instrucción Pública.
En 1923 la Universidad de Oxford lo hizo doctor honoris causa.
Su obra rebasa ya los veinte volúmenes y comprende una historia de Italia, un estudio de las literaturas de Europa durante el siglo diecinueve, y monografías sobre Hegel, Vico, Dante, Aristóteles, Shakespeare, Goethe y Corneille.
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