Escena I

BERALDO.— ¿Qué te ha parecido? ¿No es esto más saludable que un purgante…? Es necesario que hablemos unos momentos mano a mano.

ARGAN.— Aguarda, que ahora vuelvo.

ANTONIA.— Tomad… Ya se os olvidaba que no podéis andar sin apoyaros en el bastón.

ARGAN.— Es verdad…