ARGAN.— Acércate, Angélica. Llegas a tiempo, que quiero hablarte.
ANGÉLICA.— Ya os escucho.
ARGAN (Corriendo hacia el retrete).— Aguarda. Dame el bastón. Vuelvo al instante.
ANTONIA (Riéndose de él).— ¡Corra, corra, señor! ¡Lo que nos da que hacer el señor Fleurant!