¿Qué raro, no? Cada comunidad tiene su propia ley de caza. ¿Llamamos al notario mayor del reino? Ese es el título que ostenta el ministro de Justicia. Quién mejor que él, conocedor de las leyes, para darnos una imagen global de la normativa en nuestro país. Buscamos el teléfono de alguien que haya ostentado el cargo, un retirado, que tendrá más tiempo para atendernos. ¿Mariano Fernández Bermejo? ¡Justo, ese! Fue ministro de 2007 a 2009 y es amante de la caza desde joven.
Tecleamos su nombre… La pantalla del ordenador empieza a parpadear en rojo. ¡Vaya, qué mala pata! Resulta que en 2009 le expedientaron por estar cazando en Andalucía sin la licencia específica de la Junta. Poseía solo la de Castilla-La Mancha. No sabía que para cazar es necesaria una licencia por cada comunidad. Si incluso a un ministro, acompañado de un juez, Baltasar Garzón, le pillan en semejante renuncio, ¡qué tinglado normativo no habrá respecto a la caza! El caso es que inmediatamente después de este episodio de prueba tu propia medicina, les dio un calentón legislativo y seis comunidades se dieron cuenta del absurdo que era tener licencias diferentes e intentaron unificarlas. Pero solo fue eso, un calentón, porque a día de hoy todo sigue igual: cada comunidad exige su licencia de caza y pesca específica, con subcategorías, tasas y exámenes diferentes.
En fin, a falta de ex-ministros, buscaremos a algún ex-consejero de Medio Ambiente. Al estar retirado de la política podrá hablar más libremente. A ver… en Castilla y León… ¿Qué tal Francisco Jambrina? Él fue quien aprobó la normativa de caza vigente en esa comunidad. Tecleamos a ver si tenemos su teléfono… ¡Otra vez salta la alarma de la agenda del ordenador! Vaya, parece que la Guardia Civil le pilló con las manos en la masa manipulando un cepo que él mismo había puesto. Esta trampa está totalmente prohibida, puede romper una pierna a alguien que camine por el monte… ¡Y pensábamos que con lo del concejal pirómano teníamos bastante!
Parece que hemos encontrado algo. En el año 2011 la revista Montes, del Colegio de Ingenieros de Montes, realizó una encuesta a unos cuarenta técnicos forestales sobre el tema de la caza. Casi todos coinciden en lo absurdo de la normativa: que si en la ribera de un río se pesca, que si en la otra, que pertenece a otra comunidad, está prohibido; que si cazo una especie en una comunidad y en otra no… A todo este embrollo súmele las diecinueve órdenes anuales de caza. Y en el País Vasco hay una por provincia. ¿Dijimos antes que a casi todos los encuestados les parecía absurdo? Sí, el casi es correcto, porque un ingeniero de los encuestados veía bien este guirigay normativo. Cómo no, se trata de un empleado público, en su caso de La Rioja. ¿Las razones de por qué es bueno este caos? Él mismo responde: «Aunque comprendo que para los cazadores que se mueven por toda España suponga un engorro bastante incómodo, esto da trabajo a numerosas gestorías». Es decir, que esto es como tirar los papeles al suelo para que los barrenderos tengan empleo o darse cabezazos contra la pared para que contraten a más médicos. Al final, este desbarajuste lo que ha provocado es que el 90 por ciento de los propietarios de cotos desconozca las normativas.
El resultado final es que hay un beneficio, pero para los malos. ¿Qué pasa si pillan a un furtivo, aparte de lo que dice el Código Penal, que fija condenas de dos años para los casos muy graves? Realmente poco más, porque al no haber un registro nacional de infractores, si delinques en una comunidad puedes irte a cazar a la vecina. No le contamos ya si el furtivo mata con veneno. El Código Penal lo condena si no está autorizado. ¿Qué ocurriría si el que lo pone está autorizado en una comunidad pero el animal muere en otra, algo bastante probable? Aparte de la muerte del pobre animal, la que nos lía es buena. Imagínese si la especie está protegida. ¿Qué hace la comunidad donde encontraron el cadáver? ¿Piden la extradición a la otra autonomía aunque en esta no estuviese sancionada su acción? ¿Se imagina?: «Contreras, localiza al infractor, mételo en el maletero del coche y cruza la frontera autonómica para juzgarlo».
Es justo como lo que comentaba Cesáreo Martín, director del programa Linde y ribera, de Onda Cero: «¿Te imaginas un Código de la Circulación por cada comunidad autónoma?». Pues eso.