El poder autonómico

Vayámonos ahora a unas tierras lejanas en tiempos remotos. Sopla el viento entre nubes plomizas. Se divisa fuego a lo lejos y las grandes murallas de piedra humedecida se erigen frente al temido Señor del Sur, que llega a caballo, rodeado de campesinos y doncellas. El rey, con gesto de hastío, le espera en un trono desvencijado, con un yelmo oxidado y una capa empolvada. El Señor del Sur, blandiendo su espada, conmina a Su Majestad:

—Quiero que me pagues mi deuda. Mi deuda histórica.

Así acudieron los señores autonómicos de Andalucía y Extremadura hace veinticinco años a los aposentos del gobierno central. El Estado les había transferido las competencias en educación, sanidad y servicios sociales. A partir de aquel momento, se las tendrían que apañar solitos. Pero Extremadura y Andalucía eran regiones más pobres y más subdesarrolladas que las demás y le exigieron al gobierno central un pacto: que les pagaran aquellos gastos que no podrían asumir en los años venideros. Así se acuñó el término de «deuda histórica», y hoy, casi treinta años después, todavía les estamos pagando. Unos 1.200 millones de euros a Andalucía y unos 300 a Extremadura.

Dinerito para los feudos autonómicos, algo que ha hecho que otras comunidades se hayan subido al carro de la deuda histórica de maneras muy diferentes. Estas son las cartas que llevan enviando Navidad tras Navidad a Papá Noel Estado:

Querido Estado, soy Galicia. No tengo AVE, ni buenas carreteras, me merezco 21.000 millones de euros, me lo debes, es mi deuda histórica.

Estimado gobierno central, soy Aragón. Me has mermado mucho con las reformas legislativas, por tu culpa no puedo recaudar de mis habitantes lo que me gustaría, dame 400 millones de euros, me lo debes, es mi deuda histórica.

Hola, soy Murcia y he sido buena. Mi población ha crecido mucho y tú sigues contando como si estuviéramos en 1999. Por eso, para mis nuevos habitantes te pido 1.600 millones. Me lo debes, es mi deuda histórica.

Posdata: Yo soy Castilla-La Mancha y te pido por la misma causa 94 millones de euros.

Posdata 2: Yo soy Madrid, que tengo setecientos mil habitantes más de los que me contáis, me debes 1.414 millones más a mí… por cierto, nos lo debes, es nuestra deuda histórica.

Pero he aquí que, cual Quijotes, nuestra aventura de caballerías y de ínsulas Baratarias se estrella contra los molinos de la crisis. Así, caídos del caballo, encontramos a ayuntamientos y comunidades con una deuda total de 180.000 millones de euros.

Los hilos de la política se mueven en los despachos, en los pactos para votar los presupuestos generales, en los corrillos de nacionalistas y agrupaciones minoritarias. Por eso nos podemos encontrar con que un Rajoy se meta con CiU antes de la campaña electoral y acabe pactando con ella una reforma u otra. O que Coalición Canaria, un partido que nunca ha ganado en votos en el archipiélago, lleve décadas gobernando gracias a un sistema electoral cuestionado y se convierta en la llave para formar el nuevo gobierno de todo el país. Pactos, pactos, pactos. Da igual lo que sea, aunque pacte el PP con IU en Extremadura y a estos últimos los expediente su formación estatal. No importa, lo que de verdad cuenta es gobernar, reinar en un trozo de tierra, por pequeño que sea.