Una sala de estar.

Nada de realismo.

Ni de elementos superfluos.

Los Houillé y los Reille, sentados frente a frente.

Debemos darnos cuenta, de entrada, que estamos en casa de Veronique y de Michel, y que las dos parejas acaban de conocerse.

Dos grandes ramos de tulipanes en sendos jarrones.

Reina una atmósfera seria, cordial y tolerante.