En las profundidades
(The Deep Range, 1958)
Escribí el cuento En las profundidades en 1954, mucho antes del casi obsesivo interés actual por la exploración y la explotación de los océanos.
Un año después fui al Great Barrier Reef, tal como expliqué en The Coast of Coral («La costa de Coral»). Aquella aventura me dio ímpetu —y datos— para ampliar el cuento en una novela del mismo título, que terminé después de fijar mi residencia en Ceilán (hoy Sri Lanka).
Por esta razón, nunca volví a publicar el cuento original en ninguna de mis colecciones, y hoy ofrezco a los esperanzados aspirantes a doctores en Literatura Inglesa la oportunidad de «comparar y contrastar».
La idea de reunir en manadas a las ballenas es algo que aún no ha llegado, pero me pregunto si algún día llegará. En el curso del último decenio, las ballenas han adquirido tanto prestigio que la mayoría de los europeos y de los americanos antes comerían hamburguesas de perro o de gato que carne de ballena. Yo la probé una vez durante la Segunda Guerra Mundial: sabía a carne de vaca bastante dura.
Sin embargo, hay un producto de las profundidades que podría consumirse sin escrúpulos morales. ¿Qué les parecería un batido de leche de ballena?