El martes Andrea Dahlberg aún no había dado señales de vida, y el interrogatorio con Håkan Ek dio el mismo resultado que el mantenido con Beata Dunmar. Con él, la Policía sacó a relucir la cuestión del embarazo de Stina. Se mostró sinceramente sorprendido y sostuvo con insistencia desconocer el asunto. Karin estaba dispuesta a creerlo, parecía sincero.
Por lo que respecta a las fiestas, uno podía pensar que Beata y Håkan se habían puesto de acuerdo. Se trató de un experimento que se les fue de las manos y que todos preferían olvidar, aun cuando no resultó nada fácil hacerlo. Claro que Håkan había notado algunos cambios en Stina de los que ya había hablado en el interrogatorio pero, como había dicho, ella estaba a punto de cumplir cuarenta años y pensaba en su pasado más de lo habitual. A esa edad la vida suele alcanzarnos, constató él, y Karin se sintió aludida. Eso era justo lo que le pasaba a ella.
Al mismo tiempo, por fin, habían conseguido una pista concreta y sólida. Wittberg pudo hablar por teléfono con Monica Nordin y esta le contó que hacía tiempo que se había separado de Sten. Nunca habían estado casados, apenas habían vivido juntos un año. Primero unos meses en Estocolmo, luego la empresa de Monica se trasladó a Gotland, y Sten, que era autónomo, la siguió, a pesar de llevar juntos tan solo unos meses. Alquilaron una casa en Terra Nova e hicieron planes de tener hijos y perro. Pero la relación cada vez fue a peor, y cuando comenzaron las fiestas la situación se deterioró. Sten no hablaba de otra cosa. Lo sorprendió varias veces vigilando a Andrea, y después de la última fiesta la ruptura fue inevitable. Monica no solo se fue de Gotland, sino que también dejó a Sten. No deseaba seguir con él.
Resultó difícil localizar a Sten Boberg. Su empresa no parecía seguir en activo, nadie respondía al teléfono y la dirección de correo electrónico no funcionaba. Él también se había mudado a diferentes direcciones, pero al fin Wittberg lo encontró en un apartamento en Upplands Bro, a unos kilómetros al norte de Estocolmo. Le pidió ayuda a la Policía de allí para que lo interrogaran.
Ahora solo esperaban a que los llamaran los colegas de la capital.