La semilla de la idea del curso para principiantes sobre la física de los superhéroes que precedió a la escritura de este libro fue plantada por el profesor Terry Jones, del departamento de astronomía de la Universidad de Minnesota, durante un examen oral preliminar de estudiantes. Un obstáculo académico tradicional en la carrera de Física implica un examen del conocimiento general sobre la materia por parte del estudiante, administrado por miembros de la facultad que dirigen sus preguntas al estudiante, el cual está armado solamente con tiza y una pizarra y debe responder en tiempo real. La pregunta de Terry «¿cuánta energía necesita la Estrella de la Muerte para destruir el planeta Alderaan en Star Wars (Episodio IV - Una nueva esperanza)?» me condujo a pensar en otros planetas que explotan y me inspiró para basar mi seminario para principiantes en la ciencia de los superhéroes.
Hablando de inspiración, tengo una deuda con mis muchos profesores y mentores de física de los niveles de bachillerato, universidad y postgrado. En particular quisiera dar las gracias a Steve Cotsalas, John Jacobson, Peter Tea, Robert Alfano, Narkis Tzoar, Timothy Boyer, Frederick W. Smith, Kenneth Rubin, Sidney R. Nagel, Robert A. Street, y Hellmut Fritzsche. Me enseñaron física y, con su ejemplo, cómo ser un físico.
Estoy asimismo agradecido a los creadores de las muchas aventuras de cómics. He disfrutado de ellas todos estos años. Hay demasiados nombres para mencionarlos todos, pero guardo un aprecio especial para los esfuerzos de los creadores de los cómics de mi juventud: Gardner Fox, John Broome, Carmine Infantino, Gil Kane, Gene Colan, John Romita, Robert Kanigher, Steve Ditko, y los tres grandes, Julius Schwartz, Stan Lee y Jack Kirby. Sus historias, presentando héroes que empleaban su inteligencia y sus superpoderes para hacer el bien, me enseñaron una temprana lección de la importancia del «poder del cerebro», aunque el poder de un anillo también puede ser cómodo.
Desearía dar las gracias al profesor Lawrence M. Krauss por acceder gentilmente a escribir el prólogo de este libro. También quisiera aprovechar esta oportunidad para agradecer a Craig Shutt (Mr. Edad de Plata) de cuyo libro Baby Boomer Comics tomé la ocurrencia del título del epílogo citando una historia de los Cuatro Fantásticos de Stan Lee, quien a su vez lo tomó de la Biblia.
Estoy agradecido a mi madre por instilar en mí el amor por la lectura y por ser un modelo de aprendizaje y pensamiento crítico a lo largo de su vida. Mis propios hijos, Thomas, Laura y David me han ayudado como sujetos voluntarios para muchos de los razonamientos presentados aquí, y sus apreciaciones han resultado beneficiosas. Doy también las gracias a Laura Adams y Allen Goldman por la imagen STM de la figura 35. Mis agradecimientos a los amigos, familia y empleados de Dreamhaven Books and Comics por su solidaridad y sus consejos.
No podría haber escrito este libro sin los aportes de los estudiantes de mi curso seminario de iniciación impartido desde el año 2001 hasta 2003, así como del curso nocturno que di en el año 2003. Ellos enriquecieron la clase con sus comentarios intuitivos, ideas inteligentes y perspectivas únicas sobre la física de los superhéroes. En particular, las cuestiones planteadas por Eric Caron, Kristin Barbieri, Matt Bialick, Drew Goebel, y Christopher Brummund inspiraron directamente el tratamiento de algunos de los temas cubiertos en este libro.
Uno de los beneficios extra de escribir un libro sobre la física de los superhéroes es que proporciona una nueva perspectiva acerca de cómo considerar viejos problemas. Sin embargo, un inconveniente de tomarse en serio temas fantásticos tales como correr a supervelocidad o ser capaz de ajustar a voluntad la probabilidad del propio efecto túnel es que uno no puede contar con el experimento como comprobación del análisis. Este inconveniente fue mitigado por la deliberada consideración proporcionada por mis colegas de la Escuela de Física y Astronomía de la Universidad de Minnesota. Estoy extremadamente agradecido al profesor E. Dan Dahlberg, quien generosamente ofreció su tiempo para leer cuidadosamente el manuscrito completo en borrador y advirtió muchos errores o simplificaciones excesivas. Además, los profesores Benjamin Bayman, Charles E. Campbell, Michel Janssen, Russell Hobbie, Marco Peloso, y John Broadhurst revisaron capítulos seleccionados de este libro, y éste ha resultado muy mejorado gracias a sus sugerencias. También me han ayudado los provechosos comentarios y sugerencias de Maria Waid, Gerard Jones, y Kurt Busiek. Cualesquiera errores o confusiones que restan son únicamente de mi responsabilidad, aunque me reservo el derecho de alegar que han sido dejados deliberadamente en el texto como «huevos de Pascua»[93] para que los descubra el lector atento.
Por último, quisiera ofrecer las gracias y reconocimiento por las contribuciones de las siguientes personas, sin cuya ayuda este libro hubiera resultado mucho más pobre: mi agente, Jay Mandel, por preguntarse si sería posible un libro con este enfoque de superhéroes para enseñar física, por su guía crucial en los primeros diseños y por ayudarme a establecer la entonación del libro. Me siento muy afortunado por tener como editor a Brandan Cahill, de Gotham Books. Su consejo técnico para estructurar el libro ha mejorado en gran manera el manuscrito y ha ahorrado a este autor novel varios «errores de principiante». La visión de Brendan de este libro complementó la mía propia y, lo que es igualmente importante, su propio conocimiento de los cómics le permitió sugerir ejemplos que yo no hubiera tenido en cuenta. Además, el editor de reproducción, Rachelle Nasher, representó un extenso papel al aumentar la legibilidad de la versión final del texto. Jenny Allen se ocupó, con una entrega que ha ido más allá de la amistad, de escanear todas las figuras aquí utilizadas. Las ocasionales crisis técnicas fueron siempre resueltas hábilmente en William Morris por Tali Rosenblat (presente al principio) y Liza Gennatiempo (al final) y por Patrick Mulligan de Gotham Books.
Mi esposa, Therese, ha sido una fuente constante de estímulo. Ha sido desde su inicio de más apoyo para este proyecto de lo que yo podía haber esperado. Ha leído los muchos proyectos y borradores del manuscrito y no puedo imaginar este libro sin su consejo y asesoría general en cuanto a la publicación. Soy un hombre afortunado.