Agradecimientos

Ricciardi recorre su camino con algunos compañeros de viaje de los que no podría prescindir.

Avanza siguiendo las indicaciones de Aldo Putignano, amigo insustituible y fraternal.

Antonio conoce la meta y sabe cómo alcanzarla; Michele sabe qué pertrechos y qué equipaje debe llevar. Guilio Di Mizio habla con Ricciardi y es el único que capta su otra mirada. Mi madre conoce sus recuerdos y sus emociones ocultas. Giovanni y Roberto son los únicos que saben hacerle compañía.

Si apreciáis una nueva fuerza en su camino es por obra de Mario Desiati, y de mis queridas Manuela Cavallari, Manuela Maddamma y Tiziana Triana; ya no sé pensar en Ricciardi sin ellos. Y, sobre todo, por Domenico, que lo reconoció entre tantos.

Mi camino, por el contrario, tiene una sola compañera: mi dulcísima Paola.