Agradecimientos

No podría haber escrito Una inquietante simetría sin la extraordinaria generosidad de Jean Pateman, presidenta de los Amigos del Cementerio de Highgate. Además de instruirme sobre el cementerio y aceptarme como guía, ha sido una gran amiga y una excelente fuente de inspiración.

Quiero dar las gracias a todo el personal del cementerio de Highgate: Hilary Deeble-Rogers, Richard Quirk, Simon Moore-Martin, Pawel Ksyta, Aneta Gomulnicka, Victor Herman y Neil Luxton, por su ayuda con las prácticas y costumbres funerarias y por contestar a mis numerosas preguntas con humor y paciencia.

Estoy especialmente en deuda con el doctor Tony Jelliffe y con John Pateman, cuyas investigaciones y erudición han resultado particularmente relevantes para este proyecto.

Muchas gracias a Christina Nolan, Susan Norton, Alan Peters, Eddie Daley, Tracy Chevalier, Stuart Thorburn, Ian Kelly, Mary Openshaw, Justin Bickersteth, Greg y Becky Howard, Jean Ettinger, Judy Roberts, Rowan Davies, Ken Carter, Bob Trimmer, Christian Gilson, Steve Hanafin, Matthew Pridham, Samantha Perrin, Alex Mahler, Judith Yuille y a todos los Guías y Amigos del Cementerio de Highgate, del pasado y del presente, que me dejaron unirme a sus grupos y darles la lata mientras ofrecían sus explicaciones. Trabajar con ellos ha sido todo un privilegio.

Quiero expresar mi cariño y agradecimiento a Joseph Regal, por sus hazañas, su fortaleza y su original forma de pensar, así como por sus valiosas correcciones. Gracias a Lauren Schott Pearson, Markus Holimann y Howard Sanders por sus excelentes consejos sobre la literatura y la vida. Gracias a Barbara Marshall y Michael Strong. Y gracias a Caspian Dennis de Abner Stein, por su amistad y su profesionalidad como agente.

A Dan Franklin por su acertada revisión y su perspicacia, y por corregir mis americanismos. A Rachel Cugnoni, Suzanne Dean, Chloe Johnson-Hill, Alex Bowler, Liz Foley, Roger Bratchell y Jason Arthur de Random House Reino Unido; a Marion Garner y Louise Dennys de Random House Canadá. Y Dank und Liebe a Hans Jürgen Balmes, Isabel Kupski y Brigitte Jakobeit de S. Fischer Verlag.

A Nan Graham por su aguda corrección y su vivacidad; espero colaborar con ella en el futuro. A Susan Moldow, Paul Whitlatch, Rex Bonomelli y Katie Monoghan de Scribner.

También quiero agradecer a la Ragdale Foundation y a la Corporation of Yaddo por proporcionarme residencias que me ofrecieron tiempo y espacio para trabajar, y a la Biblioteca Británica por ayudarme en mis investigaciones. Gracias también a la Highgate Scientific and Literary Institution por una productiva tarde en su biblioteca.

A Lisa Ann Gurr, Ethan Lavan y a los pequeños Gurr Lavan, Jonathan y Natalia, por su maravillosa hospitalidad. Y especialmente a Lisa Ann Gurr por permitirme utilizar su historia de los fantasmas de los árboles y por prestarme a su Gatita de la Muerte (lamento haber tenido que matarla).

A Hayley Campbell, Neil Gaiman, Antonia Rose Logue y David Drew por tantas maravillosas tardes en el ballet.

A Noah D. Frederick por sus textos en latín y su ayuda con otras cuestiones relacionadas con la traducción. A Ana Rita Pires por su traducción al portugués del trayecto en taxi de Martin y Marijke. A Daniel Mellis por ayudarme con ese fragmento.

A Bert Meneo por su ayuda con el holandés y todo lo relacionado con Holanda.

A John Padour por su indispensable dibujo del plano de los pisos de mi Vautravers imaginario, que me salvó de muchas pifias. A Janet Lefley por las largas jornadas escribiendo y charlando en Kopi’s; a Jesse Thomas, Mary Drabik, Catalina Simon, Jesus Mendes y Jesus Reyes por el té ruso y la simpatía.

Gracias por vuestra inspiración, consejos, ayuda en mis investigaciones y lecturas del manuscrito: Lyn Rosen, William Frederick, Jonelle Nillenegger, Riva Lehrer, Bert Menco, Danea Rush, Benjamin Chandler, Robert Vladova y Christopher Schneberger. Gracias a Patricia Niffenegger por resolver mis dudas de costura, y a Beth Niffenegger y Lawrence Niffenegger por su apoyo.

A Sharon Britten-Dittmer por su amistad y por controlar el caos.

Y a April Sheridan por su serena fortaleza y su sensatez, por sus asombrosos textos y obras de arte, y por ayudarme a realizar mi obra gráfica.