Esperó mucho tiempo, sin otra distracción que la de repasar en su memoria las pocas palabras francesas que se les habían escapado a sus vencedores.
«Programa…, objetivo…, transmisión…».
Y, de repente, comprendió.
«¡La radiogoniometría!».
¡Qué estúpido había sido! ¡El mensaje que había entregado aquel mismo día a los agentes enemigos les permitía, si disponían de medios para ello, hundir el Monsieur de Tourville a la segunda transmisión!
El enemigo conocía la existencia del Monsieur de Tourville. El enemigo quería hundirlo. Para ello era preciso encontrarlo. Ahora bien, el Monsieur de Tourville se desplazaba sin cesar y no era reconocible exteriormente.
Además, su propio comandante ignoraba por anticipado su ruta. Así pues, un agente enemigo introducido a bordo no servía para nada en ese aspecto, aunque encontrara el medio de comunicar con sus jefes.
En cambio, disponiendo de tres estaciones de escucha y conociendo las horas y las longitudes de onda de las emisiones del Monsieur de Tourville, era fácil descubrir su emplazamiento en un momento dado, por medio de la radiogonometría. En efecto, bastaba con anotar las direcciones de donde procedían las ondas de radio y trazar dichas direcciones en un mapa para que, en la intersección de las tres rectas que pasaran por las tres estaciones de escucha, se pudiera situar con certeza la fuente de emisión.
Hecho esto, unos submarinos seguirían al Monsieur de Tourville de lejos, con el asdic[1].
La segunda transmisión les permitiría comprobar la identificación de su presa.
Y no habría más que dispararle unos torpedos.
¡Y todo eso por culpa de Langelot!
Langelot se puso en pie de un salto. La desesperación se apoderaba de él. Se sentó de nuevo. Costara lo que costara, debía mantener la calma. Eran las nueve.
Su memoria, perfectamente entrenada por las enseñanzas del S.N.I.F. había conservado indeleble el programa de radio.
Primera transmisión: 05:15
Segunda transmisión: 08:30
Tercera transmisión: 18:00
Cuarta transmisión: 23:10
Así pues, a la hora que era, el enemigo debía ya saber dónde se encontraba el Monsieur de Tourville.