Donde don Luis María Monroy de Villalobos
cuenta cómo fue hecho cautivo por los turcos en los
Gelves y la manera en que fue llevado a Trípoli
primero y luego a Susa, en la galera del fiero
pirata Dromux Arráez, el renegado, que iba
a Cairovan para ser gobernador de parte
del Sultán de los turcos, nárranse también
las muchas penalidades que pasaban los
cautivos cristianos en el almagacén donde
eran guardados.