Poco después de las cinco fueron a buscar a Fred Hendin y lo llevaron al despacho que tenía el fiscal del distrito en el juzgado. Con calma y cortesía, Fred respondió a las preguntas que le hicieron. No, no conocía personalmente a Vivian Carpenter. No, tampoco conocía a Scott Covey, aunque lo había visto en el Daniel Webster Inn el año anterior. Sí, estaba prometido con Tina Arcoli.
¿El anillo? No tenía ni idea de qué hablaban. No había estado en Osterville la noche anterior. Había salido con Tina y luego se había ido directamente a su casa y se había acostado. Sí, en la vista había oído hablar mucho de un anillo que había desaparecido. En el Cape Cod Times del día anterior venía una descripción. Casi un cuarto de millón de dólares era mucho dinero para un anillo. Desde luego, el que lo había devuelto era una persona honrada.
—Tengo que irme —les dijo Fred a los interrogadores—. He de acompañar a mi novia al aeropuerto de Logan. Sale para Denver a las nueve.
—Me parece que Tina no va a poder coger ese avión, Fred —dijo Nat—. Ahora vamos a interrogarla a ella.
Advirtió que un rubor delator teñía el cuello de Fred e iba ascendiendo hacia su rostro. Lo estaban acorralando.
—Tina quiere ir a ver a su hermano y a sus sobrinos —dijo Fred, malhumorado—. Está muy alterada con todo esto.
—Hay mucha gente alterada —dijo Nat con calma—. Si quiere compadecerse de alguien, le sugiero que empiece por los Carpenter. No malgaste su compasión en Tina.
Nat se trasladó con Bill Walsh, un investigador de la oficina del fiscal del distrito, a casa de Tina. Al principio está se negó a dejarlos entrar, pero finalmente abrió la puerta.
La encontraron rodeada de maletas. Era evidente que en la sala de estar no quedaba ningún objeto personal. Nat pensó que no debía de tener intención de regresar.
—No tengo tiempo —les dijo Tina—. Tengo que coger un avión. Estoy esperando a Fred.
—Fred está en el despacho del fiscal del distrito —le explicó Nat—. Tenemos que hablar con él y es muy importante que hablemos también con usted. Si todo se aclara rápidamente, aún podrá coger el avión.
Tina estaba alarmada.
—No comprendo de qué quieren hablar con Fred o conmigo. Solucionemos lo que sea cuanto antes.