Nell marcó el número de Bonnie Wilson. A la cuarta llamada, saltó el contestador: «Si desea concertar una cita con la médium internacionalmente renombrada Bonnie Wilson, deje por favor su nombre y su número de teléfono», entonó una voz débil.
—Bonnie, soy Nell MacDermott. No quiero molestarte —dijo en tono de disculpa—, pero es muy importante que te vea de nuevo. No sé si podrías, pero ¿crees que sería posible que me volvieras a poner en comunicación con Adam? Es urgente que hable con él. Hay algo que necesito saber. Estaré en casa, esperando tu llamada.
El teléfono sonó una hora después. Era Bonnie.
—Nell, perdona que no te llamara antes, pero acabo de recibir tu mensaje. Estaba con una de mis clientas. Naturalmente, puedes venir enseguida. No estoy segura de poder ponerte en contacto con Adam, pero lo intentaré.
—Estoy segura que sí —dijo Nell, con voz estudiadamente neutral.