A las tres en punto, Lisa Ryan recibió en el trabajo la llamada tan temida.
El inspector Jack Sclafani dijo que era necesario que él y el inspector George Brennan se reunieran con ella apenas llegara a casa.
—Acabamos de hablar con la señora MacDermott —le dijo Sclafani.
Lisa tuvo que atender la llamada desde el despacho del encargado.
—Lo entiendo —replicó.
Se volvió de espaldas para no obviar la abierta curiosidad en los ojos de su jefe.
—Necesitamos hablar con franqueza —le advirtió Sclafani—. Sé que ello no fue posible para usted la semana pasada, cuando los niños llegaron a casa.
—Tengo una amiga que se ocupará de ellos durante la cena. ¿Qué les parece a las seis y media?
—Estupendo.
Fingiendo una entereza que estaba lejos de sentir, Lisa pasó la tarde y aguantó a sus clientas como pudo.
Cuando los dos detectives llegaron, abrió la puerta, y señalando una taza de café que llevaba en una mano, dijo:
—Acabo de hacerlo, ¿les apetece?
Aunque fuera un ofrecimiento de circunstancias, Jack Sclafani aceptó. No solía tomar café en ayunas. A pesar de las manera cordiales con que les había dado la bienvenida, podía percibir que Lisa Ryan estaba asustada y a la defensiva. Era preciso que se relajara, porque deseaba que se sintiera como si fueran amigos.
—No pretendía aceptar, pero huele bien —respondió Brennan, sonriendo.
Jimmy adoraba mi café —dijo Lisa, cogiendo unas tazas del estante—. Decía que tenía un toque mágico. Sonaba algo tonto, claro. Todos hacemos café del mismo modo. Supongo que era para contentarme.
Tomaron el café en el salón. Sclafani vio de inmediato que la maqueta de la casa de los sueños ya no estaba encima de la mesa.
Lisa le siguió con la mirada.
—La retiré —dijo—. Era bastante duro tenerla siempre presente y verla cada vez que los niños y yo estábamos aquí.
—Lo entiendo.
Era aquello que Kelly había escrito en su diario lo que le indujo a retirarla.
«Cada vez que miro la casa de los sueños de mamá, pienso que el día en que papá me dejó verla mientras estaba haciéndola. Dijo que era nuestro secreto, que era su regalo de Navidad para mamá. Nunca se lo dije a nadie. Echo tanto de menos a papá. Echo de menos la ilusión de vivir en la casa de los sueños, especialmente en la habitación que iba a construir para mí».
Había otro secreto reflejado en el diario de Kelly. Y Lisa sabía que iba a tener que compartirlo con los inspectores. Decidió no esperar a que fueran ellos los que formularan las preguntas.
—Creo que ambos tienen hijos —empezó—. Si algo les sucediera a ustedes, no les gustaría que ellos, ni cualquier otra persona, les juzgaran por un error que fueron empujados a cometer.
Miró a los detectives. Sus ojos desprendían comprensión. Lisa quería creer que no disimulaban, que no se trataba de un mero truco profesional para hacerle creer que entendían perfectamente lo que le había sucedido a Jimmy.
—Les diré todo lo que sé —prosiguió—, pero les ruego que mantengan el nombre de Jimmy apartado de la investigación. Esas cajas llenas de dinero las mantuvo selladas. Yo creo que alguien le pidió que las guardara y él nunca llegó a saber lo que había en su interior.
—Usted no cree realmente eso, Lisa —dijo Sclafani.
—Ya no sé qué creer. Lo que sí sé es que si Jimmy hubiera tan sólo sospechado algo acerca de emplear materiales defectuosos en una obra, y de que éstos hubieran podido ocasionar un grave accidente, lo habría hecho público. Y sé que, dado que él no está aquí para hablar por sí mismo, todo eso tiene que salir a la luz ahora.
—Usted le dijo a la señora MacDermott que encontró los paquetes sellados en el archivador de su marido —dijo Brennan.
—Sí. El archivador del taller. Estaba hurgando en él, por si había dejado documentos que necesitara guardar, como declaraciones de impuestos y esas cosas. —Un principio de sonrisa quebró los labios de Lisa—. Me crié escuchando la historia de cómo mi tía abuela había encontrado una póliza de seguro en el escritorio de su esposo que ella nunca supo que poseía. Era de veinticinco mil dólares, lo que en 1947 significaba mucho dinero. —Hizo una pausa y se miró las manos, que yacían sobre la falda—. No encontré ninguna póliza, pero sí estos paquetes.
—¿No tiene idea de dónde pueden proceder?
—No. Pero pienso que puedo decirles cuál fue el momento justo en que Jimmy hizo algo como para que le fuera entregada esa suma. El nueve de septiembre pasado.
—¿Cómo puede estar tan segura?
—Por el diario de mi hija. —La voz de Lisa se quebró y se entrelazó las manos—. Dios, ¿qué estoy haciendo? —exclamó—. Le juré a Kelly que nunca lo leería.
«Va a volver a echarse atrás, pensó Sclafani.
—Lisa —dijo—, tiene razón en lo de que ambos tenemos hijos. No querríamos herir a un niño más de lo que usted lo desea. Pero, por favor, díganos lo que sucedió el nueve de septiembre y por qué cree usted que es importante. Después de eso, nos iremos. Se lo prometo.
«Al menos por ahora —pensó Brennan mientras miraba a su compañero—. Jack está siendo muy comprensivo, como si fuera el hermano mayor de Lisa; y además lo siente de verdad».
Lisa mantuvo la cabeza gacha mientras hablaba.
—Después de leer el diario, recordé que el jueves nueve de septiembre Jimmy llegó tarde a casa. Estaba trabajando en una obra en el lado oeste, cerca de la calle Cien. Creo que se trataba de un proyecto de restauración de un edificio de apartamentos. Antes de llegar a casa, recibí una llamada de alguien que pidió hablar urgentemente con Jimmy y preguntó si tenía un teléfono móvil; pero a Jimmy no le gustaban los móviles. Le pregunté si podía coger el mensaje.
—¿Era un hombre o una mujer?
—Un hombre que hablaba en voz baja y nerviosa.
Lisa se puso en pie y se encaminó hacia la ventana.
—El mensaje que me pidió que le diera a Jimmy fue «Se cancela el trabajo». Me asustó que eso significara que Jimmy volvía a estar sin trabajo. Finalmente, llegó hacia las nueve y media y le conté lo de la llamada. Se alteró enormemente.
—¿Qué quiere decir por «alterarse»?
—Palideció como un fantasma y empezó a sudar. Entonces se agarró el pecho. Por un momento, pensé que iba a tener un infarto. Pero luego se recuperó y me explicó que el propietario había pedido ciertas modificaciones que ya había hecho y que ahora no podía corregir.
—¿Por qué recuerda el episodio con tanta claridad?
—Por algo que Kelly escribió en su diario. Por entonces, yo pensaba que Jimmy estaba aterrado ante la posibilidad de que sucediera algo que le hiciera perder el trabajo. Pero después de esa noche, dejé de pensar en ello. Recuerdo que me fui a la cama una hora después de que Jimmy llegara. Él dijo que quería salir a dar un paseo, tomarse una cerveza y que regresaría al cabo de un rato. Kelly escribió en su diario que aquella noche se despertó y oyó la televisión. Bajó al salón para darle las buenas noches, porque cuando Jimmy había llegado ese día ella ya dormía y no había podido hacerlo.
Lisa avanzó hasta el escritorio y sacó un pedazo de papel de un cajón.
—Copié esto de su diario, con fecha del nueve de septiembre «Me senté en la falda de papá. Estaba tan quieto. Miraba las noticias. Entonces, de pronto, empezó a llorar. Quise correr para llamar a mamá, pero no me dejó. Dijo que no pasaba nada; que estuviera triste iba a ser nuestro secreto. Dijo que estaba agotado y que había tenido un día muy malo en el trabajo. Me llevó de nuevo a la cama y se fue al baño. Pude oír cómo vomitaba, de modo que supuse que había pillado una gripe estomacal o algo así».
Lisa dobló concienzudamente el trozo de papel y empezó a romperlo en pedazos.
—No sé mucho de leyes, pero sé que en un tribunal esto no sería considerado como una prueba. Espero que, por decencia, nunca harán mención pública de ello. Pero sugeriría que fuera cual fuese el trabajo del que Jimmy habló como «demasiado tarde para cancelarlo» está en el centro de todo este asunto del dinero y los pagos. Y creo que el edificio en cuya restauración estaba trabajando Jimmy, el pasado nueve de septiembre, necesitaría una concienzuda inspección.
Los inspectores salieron unos minutos después. Una vez en el coche, Sclafani dijo:
—¿Estás pensando lo mismo que yo?
—Tenlo por seguro. Necesitamos una grabación de todos los informativos nocturnos del nueve de septiembre y ver si se habla de algo que pueda estar relacionado con la recompensa recibida por Jimmy Ryan.