La entrevista con Richard Callahan estaba programada para las cuatro de la tarde. Cuando a las cinco menos cuarto aún no había llegado, Simon intentó localizarlo telefoneándolo al móvil. Saltó directamente el contestador. Frustrado, Simon dejó un mensaje brusco a Richard en relación con la cita a la que no había acudido.
—Señor Callahan, no entiendo que pueda haberse producido una confusión sobre el hecho de que debía estar aquí a las cuatro en punto. Es urgente que se ponga en contacto conmigo en cuanto reciba este mensaje para que podamos volver a programar una cita, a poder ser para mañana.
»De nuevo, le dejo mi número de móvil…