Capítulo 56

Alexandria, 5 de febrero de 1916

—El Rito Escocés es uno de los más conocidos y polémicos de la masonería. Una de las razones del interés que ha levantado este rito ha sido su carácter esotérico y las leyendas que se desprenden de él —dijo el tío de Lincoln.

—Creía que la masonería era una sociedad filantrópica y que sus ritos eran puro simbolismo, así me lo explicó algún miembro que conocí en Cuba —dijo Hércules.

—Ya hemos dicho que la masonería es muy amplia, pero el Rito Escocés sí encierra algunos misterios supersticiosos —dijo el tío de Lincoln.

—¿Cómo cuáles? —preguntó Lincoln.

—Desde su origen, todo ha estado salpicado de misterio. El iniciador del Rito Escocés fue Chevalier Andrew Michael Ramsay. Este escocés pasó la mayor parte de su vida en Francia. Tutor del príncipe Carlos Eduardo Tudor, en 1737 se convirtió en orador de la Gran Logia de Francia y en canciller de la Logia de París.

—¿Ramsay? —dijo London— su nombre me resulta familiar.

—Es uno de los masones más conocidos. Fue el que pronunció el 21 de marzo de 1737 el discurso a la Gran Logia de París, el texto corrió de un lado para otro, dando lugar al famoso Rito Escocés o Rito Antiguo y Aceptado, el rito masónico con más grados, treinta y tres, que hundía sus raíces en muchas de las tradiciones rosacruz.

—¿Quiénes son los rosacruz? —preguntó Alicia.

—La verdad que su origen también es bastante misterioso. Algunos creen que de ellos salieron los modernos masones. Se opina que nacieron de antiguos gremios, pero su verdadero origen parte del siglo XV, cuando un tal Christian Rosenkreuz funda la orden. Las diferencias entre el sistema rosacruz de estilo Estuardo y la propuesta de Ramsay, una nueva forma de masonería de origen escocés, es evidente. La primera es muy antigua y la segunda nace de la mente y la pluma de Ramsay. Ramsay astutamente denominó al nuevo rito «Antiguo», aunque no hay constancia de su existencia antes de 1760. Ramsay bautizó al nuevo rito como «Escocés», para distinguirlo del conocido Rito Inglés, que llevaba en Francia desde 1725 —dijo el tío de Lincoln.

—Entonces, ¿el nombre de «Escocés» es lo de menos? —preguntó Hércules.

—El origen del Rito Escocés vincula la masonería con las cruzadas. Según Ramsay, en el siglo XIII había muchas logias en Alemania, Italia, España y Francia. El rito terminó por instalarse en Escocia en 1286, tomando de ella el nombre, para ser redescubierto por Ramsay en el siglo XVIII.

—¿Entonces hay relación entre las cruzadas y la masonería? —preguntó Alicia.

El tío de Lincoln se quedó pensativo. La respuesta no era fácil.

—Yo creo que realmente se trata de una excusa de Ramsay para hacer más atractivo el nuevo rito.

—Mi opinión es que hay una relación directa —comentó Jack London.

—No, Ramsay sabía que el nuevo rito prendería rápidamente entre los franceses si le daba un carácter caballeresco y pseudocristiano, que añadía un atractivo especial a la nueva orden. Curiosamente, Ramsay no diseñó los grados que más tarde compondrían el rito. Además Ramsay era católico, aunque su familia había sido presbiteriana. Su pupilo, el príncipe Carlos Eduardo Estuardo, se había educado en Roma bajo una rígida doctrina católica, pero a la edad de treinta años se había separado de la Iglesia. Según algunos estudiosos, Ramsay habría vinculado a la masonería con las cruzadas y la Iglesia católica, para desacreditar las ideas que relacionaban la masonería con los templarios, a los que él consideraba herejes. Según el escocés: «La masonería era un reino de príncipes religiosos y guerreros que habían sido designados para iluminar, edificar y proteger los templos vivientes del Altísimo».

—Entonces él fundó el rito, pero fueron otros los que lo completaron —dijo Alicia.

—Sí, a pesar de que el Rito Escocés va a incorporar muchas de las ideas de Ramsay. El nuevo rito tendrá un marcado sentido religioso, Dios formará parte de los grados y ceremonias. Después del 3er grado, el de maestro masón, los grados del 4.º al 14.º se llaman grados inefables y tienen como fin la contemplación del inefable nombre de Dios —dijo el tío de Lincoln.

—Entonces el rito es cristiano —dijo Lincoln.

—La verdadera fuerza del Rito Escocés no está en sus grados, ni en su configuración interna, sino en sus objetivos y en el sentido de comunidad. En la actualidad el Rito Escocés es uno de los más preocupados por el bienestar social, pero no es cristiano —dijo London.

—No entiendo nada, si el rito es peligroso y esotérico, ¿cómo es al mismo tiempo una sociedad benéfica? —preguntó Hércules.

—Porque depende de quién lo practique, además se divide en ciertas ramas —dijo el tío de Lincoln.

—Curiosamente, según tengo entendido, uno de los sitios donde el Rito Escocés prendió con más fuerza fue en los Estados Unidos. La Jurisdicción del Norte se fundó en 1867 e incluye quince estados. Su central está en Lexington, Massachussets. La Jurisdicción del Sur se fundó en 1801, abarca treinta y cinco estados y tiene su sede central en el distrito de Columbia —dijo Jack London.

—Pero su origen en Norteamérica es mucho más antiguo. En las colonias actuaba la Gran Logia de Inglaterra, que con el tiempo se dividió en Antigua y Moderna, la Gran Logia de Irlanda, introducida en gran parte por militares y con el tiempo llegaría el Rito Escocés. Los escoceses se instalaron en las colonias debido en gran parte a su apoyo a los jacobitas. El levantamiento jacobita de 1745-1746 empujó a muchos escoceses a América. Unos fueron juzgados y enviados a las colonias por los tribunales ingleses y otros escaparon de las duras condiciones del Acta de Desarme. Durante cuarenta y seis años, todos los que incumplieran las Actas de Abolición podían ser deportados a las colonias. Se cree que cerca de cien mil escoceses fueron vendidos como esclavos en el extranjero y otros muchos desaparecieron —dijo el tío de Lincoln.

—Pero creo que otro de los sitios donde se extendió mucho el rito fue en Irlanda. Allí la situación era algo diferente, en 1688 la masonería era muy popular en la isla. También se habían perdido las antiguas formas de la masonería, especialmente los libros de actas, pero algunos de los antiguos ritos se conservaron en cartas e informes sobre la masonería. Se cree que la Gran Logia de Irlanda se creó en torno a 1723 o 1724, unos seis años más tarde que en Inglaterra. El primer gran maestre fue el duque de Montague. El duque era ahijado de Jorge I y un Hannover convencido. La dirección de la logia estuvo salpicada por las disputas entre jacobitas y los partidarios de la casa Hannover, pero apenas han quedado referencias escritas sobre este asunto —dijo Jack.

—Pero ¿por qué el Rito Escocés se extendió precisamente en Francia? —preguntó Alicia.

—A Francia era adonde huían todos los jacobitas, ya fueran irlandeses, ingleses o escoceses. Los primeros masones debieron llegar a Francia tras la derrota jacobita, entre los años 1688 y 1691. Aunque, según las crónicas del siglo XVIII, la primera logia llegó a Francia el 25 de marzo de 1688. Esta primera logia estaba compuesta por la Royal Irish; formado por Carlos II en 1661, este grupo había acompañado a Jacobo II durante la restauración y después se había exiliado. Durante años se les conoció como el Regiment d’Infanterie Walsh por el nombre de su oficial. La familia Walsh era una ferviente seguidora jacobita y apoyó económicamente a los reyes exiliados. Los escoceses exiliados y los irlandeses se movían en los mismos ambientes. Algunos han especulado con que fue en Francia en donde la masonería recuperó su relación con los templarios —dijo el tío de Lincoln.

—Por lo que dice, la masonería francesa es de origen británico —dijo Hércules.

—Efectivamente, las primeras logias propiamente francesas no aparecieron hasta 1725, y su principal inspirador fue Charles Radclyffe, un jacobita reconocido. El otro gran personaje de la masonería francesa es un viejo conocido que ya hemos mencionado, Andrew Michael Ramsay. Ramsay en su juventud había pertenecido a una sociedad rosacruz llamada Filadelfinos. Al parecer Ramsay no se estableció en Francia por causas políticas, su deseo era estudiar junto a François Fénelon, pero tras la muerte de este continuó en Francia y se estableció en París. Tras su periodo como tutor de Carlos Eduardo Estuardo, retornó a Inglaterra. Cuando regresó a Francia en 1730 ya era un masón muy activo —dijo el tío de Lincoln.

—Pero ¿en qué creen realmente estos masones? —preguntó impaciente Hércules.

—La ambición de Ramsay era que la masonería se convirtiera en la directora de toda la raza humana. Ramsay decía que el origen de la masonería era muy antiguo y que surgió en Tierra Santa durante las cruzadas. Los primeros caballeros con los que Ramsay relacionó a la masonería fueron los Caballeros de San Juan, pero su baza definitiva fue relacionar a la masonería con la guardia escocesa que desde hacía cientos de años servía al rey de Francia —dijo el tío de Lincoln.

—Pero yo creía que los masones habían sido perseguidos en Europa —arguyó Hércules.

—Las persecuciones no tardaron en llegar. Entre los años 1735 y 1737 se desató una cacería contra los masones en Holanda, Suecia y Francia. Justo en este momento es cuando el papa Clemente XII escribe su famosa bula condenando la masonería. Los masones jacobitas sobrevivieron a las persecuciones y continuaron con su idea de restaurar a los Estuardo en el poder. Lo único que había hecho Ramsay era dar un carácter místico a una sociedad que antes era, en muchos sentidos, meramente política —dijo el tío de Lincoln.

—Según lo que he investigado en los últimos años, el encargado de unir masonería y templarios no sería un británico, sino un barón alemán llamado Karl Gottlieb von Hund —dijo Jack London.

—¿Quién? —preguntó Alicia.

—Hund era un alemán que llegó a París en 1742 y contribuyó a la extensión de su masonería templaría. Hund dijo a los masones jacobitas que había sido iniciado como caballero templario con un nuevo rito masónico. La forma ritual de Hund sería conocida más tarde como la «Estricta Observancia». El nombre deriva del juramento de obediencia que exigía una sujeción permanente a los misterios superiores desconocidos —dijo Jack London.

—¿En qué consiste la Estricta Observancia? —preguntó Lincoln.

—Según Hund, la Estricta Observancia provenía directamente de los templarios. Hund no pudo probar el origen del nuevo rito y muchos le acusaron de charlatán, por eso alegó que sus antiguos maestros le habían abandonado y no habían continuado dándole nuevas instrucciones sobre sus ritos —dijo Jack London.

—Entonces no tuvo mucho éxito —dijo Alicia.

—Al principio no, pero un hecho le vendría a ayudar. Mientras, la trama política de los jacobitas seguía en marcha. El 2 de agosto de 1745, los jacobitas intentaron invadir Inglaterra, entraron en Manchester y el 4 de diciembre alcanzaron Derby, pero no tenían el apoyo francés que tanto habían buscado. El pueblo no se levantó para defender la causa de los Estuardo. Tras cuatro meses de escaramuzas, el 16 de abril de 1746, los jacobitas fueron acorralados por el duque de Cumberland en Culloden y aniquilados. Carlos Eduardo Estuardo escapó, pero muchos de sus hombres murieron o fueron encarcelados. Se cree que entre los desaparecidos se encontraban los hombres que habían iniciado a Hund en los misterios de los templarios —dijo el tío de Lincoln.

—Entonces, ¿quién fue el maestre oculto de Hund? —preguntó Hércules.

—No se sabe, pero él habló de una lista de grandes maestres que habían guardado esa sabiduría durante siglos. Se han barajado algunas listas de caballeros templarios desde 1118 hasta el siglo XVIII. Hund había tenido esa lista, que algunos investigadores han reconocido como fidedigna. Según estos investigadores, Hund podía conocer esa lista gracias a sus maestros ocultos —dijo Jack London.

Todos le miraron sorprendidos. Según esa teoría, la relación entre templarios y masonería sería real.

—Se ha intentado investigar la identidad de uno de sus supuestos maestres, más conocido con la identidad de Pluma Roja. Hund insinuó que el caballero de la Pluma Roja podía haber sido el propio Carlos Eduardo Estuardo, otros han mencionado al conde de Kilmarnock. En una carta fechada en 1848 se hace mención a la muerte de Kilmarnock en la Torre de Londres, la carta apunta a Alexandre Seton como el caballero de la Pluma Roja. Alexandre Seton era Alexandre Montgomery, décimo conde de Eglinton —explicó Jack London.

—¿Las enseñanzas de la Estricta Observancia eran nuevas o las viejas enseñanzas anteriores al siglo XVIII que se habían perdido? —preguntó Hércules.

—Nunca lo sabremos, pero sin duda su protagonismo en América nos ayudará a entender algunas cosas sobre la historia de los Estados Unidos —dijo el tío de Lincoln.

Hércules miró la calle a través de la cristalera. Había oscurecido muy deprisa y apenas había luz en la calle.

—Será mejor que nos marchemos antes que se haga de noche —dijo el español.

Se levantaron y se dirigieron a la salida. El grupo parecía animado, pero acusaba la fatiga del día.

—¿Se alojará en nuestro hotel? —preguntó Alicia a Jack London.

—Será un placer.

—Imagino que mañana irás a la iglesia de tu padre —dijo el tío de Lincoln mirando muy serio a su sobrino.

Lincoln titubeó unos instantes, pero al final Alicia lo tomó del brazo y dijo: —Iremos todos.

Jack London frunció el ceño, no pisaba una iglesia desde hacía cuarenta años. Hércules estuvo a punto de desmarcarse de la invitación, pero al final cedió. Le había prometido en varias ocasiones a Lincoln ver en directo sus primitivas creencias.

En cuanto salieron del local, sus tres perseguidores fueron tras ellos. Esta vez no les dejarían escapar.