44. ENDURANCE

«La Historia nunca se repite… pero las situaciones históricas vuelven a ocurrir».

Mientras elaboraba su informe diario para Ganímedes, el capitán Laplace seguía pensando en esa frase. La había citado Margaret M’Bala —que ahora se estaba acercando a casi mil kilómetros por segundo— en un mensaje de aliento enviado desde la Universe, mensaje que Laplace transmitió con alegría a sus compañeros de naufragio.

—Por favor, díganle a la señorita M’Bala que su breve lección de historia fue sumamente buena para la moral; no pudo haber pensado en enviarnos un mensaje mejor…

»A pesar del inconveniente que significa tener las paredes y los pisos cambiados de sitio, estamos viviendo en medio del lujo, en comparación con aquellos antiguos exploradores polares. Algunos de nosotros habíamos oído hablar de Ernest Shackleton pero no teníamos idea de la epopeya de la Endurance. Haber quedado atrapados en témpanos de hielo durante más de un año; después, pasar el invierno antártico en una cueva; luego, cruzar mil kilómetros de mar en un bote abierto y trepar una cordillera de montañas que no figuraban en los mapas, ¡para alcanzar el asentamiento humano más próximo!

»Y aun así, ése sólo fue el comienzo. Lo que nos resulta increíble —e inspirador— es que Shackleton haya regresado cuatro veces para rescatar a sus hombres, que se habían quedado en aquella islita… ¡y que los haya salvado a todos y cada uno de ellos! Ya se puede imaginar lo que este relato supuso para nuestro estado de ánimo. Espero que nos pueda enviar su libro, a través de reproducción facsimilar, en la próxima transmisión que nos haga. Todos estamos ansiosos por leerlo.

»¡Y qué habría pensado él de eso! Sí, nos hallamos en una situación infinitamente mejor que la de cualquiera de esos exploradores de la antigüedad. Resulta casi imposible creer que, hasta bien avanzado el siglo pasado, quedaban completamente aislados del resto de la humanidad una vez que iban más allá del horizonte. Debería darnos vergüenza protestar porque la luz no es suficientemente rápida y no podemos hablar con nuestros amigos en tiempo real, o porque recibir respuestas de la Tierra cuesta un par de horas… ¡Ellos no tenían contacto durante meses, y a veces, durante años! Una vez más, señorita M’Bala… nuestro sincero agradecimiento.

»Claro está que todos los exploradores de la Tierra tuvieron una sola ventaja considerable, con respecto a nosotros: por lo menos, podían respirar aire. Nuestro equipo de científicos estuvo pidiendo a gritos que se les permitiera ir fuera, y modificamos cuatro trajes espaciales para la realización de AEV de hasta seis horas cada una. Con esta presión atmosférica no se necesitan trajes completos (un cierre hermético a la altura de la cintura es suficiente y permito que salgan dos hombres cada vez, siempre que se mantengan en contacto visual con la nave.

»Por último, he aquí el informe metereológico de hoy: presión, doscientos cincuenta barias; temperatura constante, veinticinco grados; viento en ráfagas de hasta treinta vueltas de anemómetro, provenientes del oeste; el habitual cielo nublado, en un ciento por ciento; temblores entre uno y tres, en la escala Richter de extremo abierto…

»Debo decirle que siempre me ha disgustado el sonido de ese "extremo abierto", en especial ahora, cuando Ío está volviendo a ponerse en conjunción…