DATOS BIOGRÁFICOS DEL TÍO JULIÁN, «EL ASERRADOR»

El Tío Julián Romero Román, Julián el Aserrador, nació en la calle de los Caballos, en la Puebla de Don Fadrique, el año 1883.

Cazador furtivo de machos monteses, ha corrido con su escopeta de chimenea las sierras que van desde Castril hasta la Sierra de las Villas.

Durante cincuenta años cabales ha sido capataz de una cuadrilla de aserradores en las sierras de Cazorla, y sabe de fríos y hambres y sufrimientos desde que era un zagal, penando un día tras otro con los pinos, cuando no había sierras mecánicas ni compresores y la única fuente de energía eran los brazos del hombre. Tampoco se usaban entonces concursos de destreza en el oficio, de modo que el que llegaba a capataz —hacheros se llamaban— era, sencillamente, por ser más grande y valer más que los otros.

A su larga vida de trabajos le cuadra bien el dicho del Tío Alejo:

—El hombre está hecho para salir adelante con todo.

El Tío Julián vive ahora, jubilado, en Castilléjar, un pueblecito de la provincia de Granada, cercano a Huéscar, en la barriada de los Evangelistas, en una hermosa cueva perforada en la ladera gredosa de un monte, con su alcoba, su sala, su cocina: todo muy limpio —su mujer riega el suelo de tierra batida con agua de espliego—. Los muebles relucen de limpios. A la puerta hay flores plantadas en viejas ollas desportilladas. Los vasos para el vino y la botella destellan de limpios. Y al entrar en la cueva, uno queda envuelto en un aroma como de tierra recién mojada por la lluvia.

—Los hijos no viven con nosotros; ellos están mejor —dice la madre.

Y el Tío Julián:

—Aquí vivimos con nuestra pobreza, como los tejones en su madriguera, hasta que el Señor nos recoja.