AGRADECIMIENTOS

Quiero dar las gracias más que nunca a mi hermosa y brillante esposa, Trish, por todo el amor, apoyo y ayuda que me ha prestado con esta novela. Es mi musa, mi mejor amiga y una de las personas más asombrosas que he conocido. Sin ella, nada de esto sería posible. Gracias, amor mío.

Tampoco podría hacer lo que hago sin vosotros, mis lectores. Gracias a todos por vuestros maravillosos mensajes de correo electrónico, vuestra presencia en los actos de firma de libros y todo el fabuloso trabajo de boca a oreja que hacéis con mis novelas. La razón por la que mi obra ha adquirido tanta popularidad sois vosotros.

Mi buen amigo el doctor Scott F. Hill ha vuelto a ser uno de mis activos más valiosos a la hora de componer esta novela. Su aguzada mente solo es superada por su calurosa amistad y su profundo sentido del patriotismo. Gracias por todo.

James Ryan (no es su nombre real) trabaja en uno de los rincones más sombríos y peligrosos del mundo. Las cosas que compartió conmigo durante el proceso de redacción de esta novela me llevaron a agradecer especialmente que nuestro país cuente con hombres y mujeres de semejante carácter, integridad, valentía y capacidad dispuestos a hacer sacrificios tan excepcionales. Si el señor James Ryan se presenta alguna vez ante su puerta, se debe a que es el mejor o el peor día de su vida. Gracias de antemano, amigo mío. Gracias y que Dios te bendiga por todo lo que has hecho dentro y fuera del campo de batalla.

Gran parte de esta novela está influida por la prosa erudita, los comentarios y el valor de Robert Spencer, que me ayudó generosamente en las labores de investigación. Es sin duda un honor poder decir que soy amigo suyo. Durante el proceso de escritura e investigación padeció el bombardeo semanal de llamadas y correos electrónicos y siempre lo resolvió con respuestas brillantes y buen humor. Robert, estoy muy en deuda contigo.

Una de las mayores recompensas de mi carrera ha sido la de poder conocer a gente que respeto y admiro profundamente. A medida que voy cumpliendo años, me doy cuenta de que, aparte de mis contactos en el Ejército, los cuerpos de seguridad y los servicios de inteligencia, no hay muchas personas que puedan hablar como expertas y, además, demostrarlo con sus actos. Glenn Beck es definitivamente una de ellas. Cuando tienes un amigo que se sitúa a sí mismo el listón tan alto, es imposible no tratar de elevar continuamente el propio. Gracias por todo, amigo mío. Has sido una fuente de inspiración.

También he tenido la increíble suerte de contar con un grupo de soldados de Infantería con los que no solo comparto ideas y un debate franco, sino también amistad. Sin ellos, mis novelas no serían lo que son. Me sirven de inspiración y orientan mi trabajo no solo con lo que dicen, sino también con lo que hacen. Cada uno de ellos me ha ayudado en demasiados aspectos como para poder enumerarlos aquí. Son Tom Baker, Steven Bronson, Jeff Chudwin, Rodney Cox, Thomas Foreman, Chuck Fretwell, Frank Gallagher, Steve Hoffa, Mike Janich, Cynthia Longo, Ronald Moore, Mike Noell, Chad Norberg, Gary Penrith, Rob Pincus y Mitch Shore; además de todos mis hermanos y hermanas que pidieron no ser citados en el libro por seguridad. Gracias a todos por todo lo que hacéis por nosotros. Cuidaos.

Como ya he dicho, sin las estupendas librerías y establecimientos de venta a través de Internet, así como el personal comercial de Atria/Pocket, no tendríais esto entre manos en este momento. Estoy extremadamente agradecido a todas las personas que han trabajado tanto para convertirme en un autor y que se desviven para que cada uno de mis libros tenga más éxito que el anterior. Es una labor de equipo, y al lado de Jeanne Lee, los departamentos de producción y artístico de Atria/Pocket y la familia de Simon & Schuster Audio no podría esperar compartir espacio con otra gente más creativa, inteligente y verdaderamente amable del negocio de la edición.

Daniel Pipes me asesoró en los primeros momentos de elaboración de la novela y le estoy muy agradecido por su intuición, su generosidad y su consejo.

El profesor Rusty Shackleford y su equipo son un grupo a tener en cuenta. Aunque pocos saben quiénes son en realidad, muchos conocen la labor increíblemente peligrosa e importante que realizan cada día. Gracias por todo.

Mi gratitud también para Anna Berkes, investigadora de la biblioteca del Monticello de Thomas Jefferson; para Anna McAlpine, directora, relaciones públicas y encargada de marketing de Poplar Forest de Jefferson; y para Clark Evans, de la Biblioteca del Congreso.

En Washington, D. C, agradezco la ayuda recibida de mis amigos David Vennett, Patrick Doak y de mi «infiltrado» en Beltway, Tim Hollando También quiero dar las gracias a Richard y Anne Levy por la ayuda prestada, así como por la de nuestra común especialista en inteligencia extranjera, Alice.

La ayuda y el apoyo sostenidos de dos de mis mejores tiradores, Tom y Geri Whowell, también ha sido profundamente valiosa.

Gracias también a Danielle Boudreau, de Bombardier Business Aircraft, al United States Park Service, y al Departamento de Policía Local de Washington, D. C.

Tengo la inconmensurable suerte de pertenecer a un poderoso equipo de edición poblado por personas brillantes. Está dirigido por la incomparable Carolyn Reidy. A medida que ha ido aumentando nuestra relación profesional, también ha crecido nuestra amistad. Carolyn, es un honor y un placer trabajar contigo.

Judith Curr y Louise Burke son dos de las mejores personas y más brillantes del mundo editorial. No solo tengo la suerte de poder decir que son mis editoras, sino que también puedo llamarlas amigas. Cada año que trabajo con Louise y Judith es más gozoso que el anterior. Gracias a las dos por todo lo que habéis hecho por mí.

Mi sorprendente editora, Emily Bestler, me brindó una orientación soberbia en cada paso del camino y me ayudó a llegar más lejos que nunca con esta novela. Emily, te admiro mucho más de lo que serás capaz de imaginar jamás. Gracias por todo.

Mi sobresaliente agente literario, Heide Lange, sigue desempeñando un papel esencial en mi carrera de escritor. Gracias, Heide, por tu inteligencia, sabiduría y creatividad, así como por tu amistad duradera.

Gary Urda, Lisa Keim y Michael Selleck son tres de los talentos más excepcionales de la familia de Simon & Schuster, cuya sagacidad y dedicación a mis libros se deja sentir y se aprecia en cada página. Gracias.

David Brown es mi fabuloso publicista, que sigue sorprendiéndome cuando supera edificios descomunales de un solo salto y lo hace parecer cosa sencilla. David, siempre serás el número uno en mi libro y te agradezco mucho que formes parte de mi equipo.

Laura Stern, Sarah Branham, Mellony Torres, Karen Fink y todos los demás de Simon & Schuster cuentan con mi más sincera gratitud por la increíble cantidad de trabajo que depositan en cada libro que publico. Una vez más, es verdaderamente una labor de equipo y estoy muy agradecido por ser un miembro de las familias de Atria & Pocket.

También quiero dar las gracias a todos los miembros de Sanford J. Greenburger Associates por todo lo que hacen por mí durante todo el año, incluido el excepcional Teri Tobías y el dinámico dúo compuesto por Alex Cannon y Jennifer Linnan.

En las trincheras de Hollywood, uno quiere tener un abogado que sepa dónde están enterrados los cuerpos. Si, además, es un negociador brillante y un tipo fabuloso al que conviene tener a mano, entonces a uno le ha tocado el premio gordo. Scott Schwimer no solo es todo eso, sino que también es uno de mis mejores amigos. Gracias, Scottie.