[1] Noticias de los arquitectos y arquitectura española. <<
[2] Teatro de las grandezas de Madrid. <<
[3] Así consta en un documento del Archivo de Madrid, citado por Mesonero Romanos (El antiguo Madrid, t. I, p. 154). <<
[4] Fernández de los Ríos, Guía de Madrid, p. 222 <<
[5] Vid. Maura Gamazo, Carlos II y su Corte, t. I, p. 462. <<
[6] Las Noticias del 10 de enero de 1636, publicadas por el señor Rodríguez Villa, aluden a tal construcción, diciendo: «La fábrica de la Caballeriza de Madrid va muy adelante, y hace muy buena perspectiva a los que vienen de Santa María para Palacio…». La Corte y Monarquía de España…, p. 6. <<
[7] España en tiempo de Carlos II el Hechizado, pp. 64-65. <<
[8] Inserta en el t. II de las Miscellaneen aus drei Jahrhunderten Spanishen Kunstlebens (Berlín, 1908). La cita y utiliza Maura Gamazo para su detenida descripción del Alcázar madrileño (obra y tomo citados, p. 459). <<
[9] Ob. cit. <<
[10] Era de piedra todo el cuerpo principal del Alcázar; de ladrillo, la torre del Sudeste. <<
[11] Relación que hizo de su viaje por España, ed. española, página 132. <<
[12] Voyage d’Espagne, cap. V. Esta torre, que echaba de menos Brunel en 1655, y que era la del lado derecho en la fachada principal, se construyó poco después bajo la regencia de doña Mariana de Austria. En tiempo de Felipe IV sólo tenía la fachada principal una torre cuadrada a la izquierda. <<
[13] Ob. cit., pp. 132-133. <<
[14] Maura, obra y tomo citados, p. 459. <<
[15] Les delices de l’Espagne et le Portugal. <<
[16] Las caballerizas y cocheras reales formaban dos pabellones largos y estrechos, unidos en forma de ángulo recto, y que arrancaban de la fachada Sur de Palacio hasta donde se halla la verja actual. Detrás de ellas había un jardincillo, llamado de Emperadores por adornarle doce bustos de Césares romanos. <<
[17] Teatro de las grandezas de Madrid. <<
[18] Este extraño pormenor le confirma en parte Alvarez de Colmenar, cuya descripción del interior del Alcázar coincide con el de Mme. d’Aulnoy. <<
[19] La escalera principal tenía pasamanos de piedra azulada y adornos dorados, y desembocaba en la galería llamada Sala de guardias, por prestar allí servicio las milicias palatinas. <<
[20] Ob. cit., p. 132. <<
[21] Hallábase entre los dos patios principales, casi en el centro del edificio; era espaciosa y estaba bien decorada. <<
[22] Así consta en documentos del Archivo de Palacio, a que alude el señor Maura Gamazo (ob. cit., t. I, p. 465). <<
[23] Sánchez Rivero, Viaje de Cosme III por España, p. 35. <<
[24] Idem, íd. <<
[25] Les delices de l’Espagne. <<
[26] González Dávila, ob. cit. <<
[27] Relación citada, pp. 61-62. <<
[28] Idem, íd., p. 64. <<
[29] Voyage d’Espagne, cap. XX. <<
[30] Journal d’un voyage…, cap. «De la cour du Roy d’Espagne». <<
[31] Esta relación, bastante inverosímil, coincide casi al pie de la letra con la de Jourdan (Voyages historiques de l’Europe), el cual sustituye la botella o vaso de noche por una bota de vino, sin duda alguna buscando un efecto más risible. Juderías (La leyenda negra, 1.a edic., p. 56) cita la pintoresca narración como muestra de relatos para incautos. <<
[32] Contra la afirmación de Mme. d’Aulnoy, referente a que a los sitios reales se iba cuando prescribía la etiqueta, está, no obstante, el siguiente Aviso de Pellicer: «El tiempo ha sido tan fresco y el julio tan apacible, que se ha dilatado la estada de Sus Majestades en el Palacio Real del Buen Retiro hasta hoy, y, si dura la templanza, se continuará la vivienda de aquel sitio hasta que aprieten los calores». 17 de julio de 1640. <<
[33] Todos los datos referentes a las guardias reales los tomo del libro de la época Sólo Madrid es corte, escrito por el cronista Núñez de Castro, como fuente coetánea autorizada y minuciosa (3.a edic., pp. 205-206). <<
[34] Cuanto Bertaut visitó Madrid, en 1659, era jefe de los archeros el duque de Arcos, y de las Guardias españolas, D. Luis Ponce de León (Bertaut, Journal citado). <<
[35] Romance inserto en la «Bibl. de Autores Españoles», t. LXIX, p. 161. <<
[36] Marqués de Villars, Memoires, pp. 15-16. Los gajes, atribuciones, organización, armas, indumentaria, reclutamiento, servicios, deberes, derechos y demás puntos respecto a estas guardias, están minuciosamente tratados por el Sr. Rodríguez Villa en su libro Etiqueta de la Casa de Austria, 2.a edic., pp. 53-63. <<
[37] Varón Vallejo, «Rondas de los Alcaides de Casa y Corte en los siglos XVII y XVIII» (artículo inserto en la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, número de enero a marzo de 1924). <<
[38] Cuarenta, según Núñez de Castro; cincuenta, según Bertaut. <<
[39] Núñez de Castro, Sólo Madrid es Corte, pp. 205-206. <<
[40] Sobre la servidumbre palaciega tenemos datos minuciosos coetáneos en el Journal del viajero Bertaut, cap. «Oficiales del Rey de España», y en la crónica de Núñez de Castro Sólo Madrid es Corte, cap. X, apartados «Lustre y magnificencia de la Casa Real» y «Oficios de Palacio». También en otras relaciones del siglo XVII, como las de Mme. d’Aulnoy y las Memorias del Marqués de Villars, pueden espigarse noticias. <<
[41] Sigo, por creerla más autorizada, la enumeración de Núñez de Castro, que concuerda con las Memorias de Villars, ligeramente distinta de la que hace en su Relación Mme. d’Aulnoy. <<
[42] Ob. cit., pp. 196-197. <<
[43] Núñez de Castro, ob. cit., pp. 198 Y s. <<
[44] Núñez de Castro, ob. cit., pp. 199-200. <<
[45] Mme. d’Aulnoy, ob. cit., p. 185. <<
[46] Ob. cit., p. 205. <<
[47] Núñez de Castro, ob. cit., pp. 201-202. <<
[48] Idem, íd., p. 202. <<
[49] Idem, íd., íd. <<
[50] Bertaut, obra y capítulo citados. <<
[51] Según Dunlop (Memoirs of Spain during the reigns of Philip IV and Charles II from 1621 to 1700, t. II, p. 376), en tiempo de Felipe IV había unas mil personas al servicio de los reyes. Trescientas de ellas, próximamente, eran mujeres, que servían a la reina y a las infantas. <<
[52] Sobre el nombre, atribuciones y pagas de todos los servidores reales, véase el citado libro de Rodríguez Villa, pp. 35-45. <<
[53] Núñez de Castro, ob. cit., p. 196. <<
[54] Núñez de Castro, ob. cit., p. 198. <<
[55] Idem, íd., p. 204. <<
[56] Idem, íd., p. 116. <<
[57] Cruzada Villaamil, Velázquez. Anales de su vida y obras, escritos con ayuda de nuevos documentos, p. 32, Madrid, 1885. <<
[58] Velázquez. Anales de su vida y obras… <<
[59] A. de Beruete, Velázquez, p. 124, París, 1898. Ya Cruzada Villaamil dio cuenta de tal documento. <<
[60] Cruzada, Beruete y Octavio Picón coinciden en ese juicio exactísimo. <<
[61] Cita el documento correspondiente Rodríguez Villa, en su obra La Corte y la Monarquía de España…, apéndice II, p. 310. <<
[62] Beruete, Velázquez, pp. 140-141. <<
[63] Cruzada, ob. cit., p. 255. <<
[64] Así los designa un inventario de Palacio hecho en 1666, y mencionado por el catálogo del Museo del Prado, de Madrazo. <<
[65] Allende Salazar (J.) y Sánchez Cantón (F. J.), Retratos del Museo del Prado. Identifcación y rectificaciones. Memoria premiada en el concurso de 1914 por la «Junta de Iconografía Nacional», Madrid, 1919, p. 219. <<
[66] Discurso VIII. El bufón. <<
[67] A. de Beruete, Velázquez, cap. VIII, p. 124, París, 1898. D. Pedro Madrazo fue el primero que trató de identificar a los bufones. Cruzada Villaamil, Beruete, Justi, Allende Salazar y Sánchez Cantón, entre otros, han proseguido la tarea. <<
[68] «Desde tiempos del emperador, fue uso que los pintores de cámara retratasen a los bufones…; mas quien les dio vida impecedera, quien logró ennoblecerlos, humanizarlos y hacerles objetos de compasión fue Velázquez; y así, escribió el más tremendo alegato contra la Corte de Felipe IV». Allende Salazar y Sánchez Cantón, ob. cit., p. 219. <<
[69] Diego Velázquez und sein Jahrhundert, Bonn, 1888. <<
[70] Sánchez Cantón y Allende Salazar (ob. cit., p. 220) siguen la información de las investigaciones añadidas por Beroqui a los datos que Madrazo reunió en su Catálogo del Prado. <<
[71] Su retrato es el último de la serie de bufones de la época que aparecen en el Museo del Prado. Beruete sospecha que le hizo en el taller de Velázquez, no éste, sino un imitador suyo. <<
[72] Sánchez Cantón y Allende Salazar, ob. cit., p. 220. <<
[73] Museo del Prado, núms. 673 y 674. <<
[74] Así lo supone Beruete, ob. cit., p. 133. <<
[75] Beruete, Velázquez, cap. VIII. <<
[76] Datos del Catálogo del Museo del Prado, por Madrazo, edición de 1920, basados en un inventario realizado en 1636 en el Alcázar Real, p. 235. <<
[77] G. Cruzada Villaamil, Velázquez. Anales de su vida y obras, escritos con ayuda de nuevos documentos, p. 111, Madrid, 1885. <<
[78] Cruzada, ob. cit., p. 105. <<
[79] Se refiere a que aparece en él hojeando un infolio casi mayor que su persona. <<
[80] Cruzada, ob. cit., p. 105. <<
[81] Pellicer, Avisos de 22 de julio de 1642. <<
[82] A. Salazar y Sánchez Cantón, ob. cit., p. 222. <<
[83] Madrazo, Catálogo y edición citados. <<
[84] Rodríguez Villa, Etiquetas de la Casa de Austria, pp. 13-29. <<
[85] Bertaut, obra y capítulo citados. <<
[86] González Dávila, ob. cit. <<
[87] Rodríguez Villa le reproduce, sin ahorrar detalle, en su citada obra, pp. 13-19. <<
[88] R. Villa, ob. cit., p. 15. <<
[89] R. Villa, ob. cit., p. 16. <<
[90] Se imprimió en el año 1662, y puede verse como libro raro en algunas bibliotecas. <<
[91] El anterior, de Roberto de Nola, se publicó en el siglo XVI. <<
[92] «Olla podrida. La que se compone de muchos materiales, como son carnero, vaca, pernil, pollos y otras aves y cosas, que la hacen muy sustanciosa y regalada» (Diccionario de Autoridades, t. V, p. 34).
Según Covarrubias, podrida es lo mismo que poderida o poderosa (ídem, íd). La olla podrida, al revés que otros platos hoy en desuso, despierta en cualquier lector actual la impresión de algo suculento, por el entusiasmo que tal manjar inspiraba a Sancho Panza en sus días de malaventurado gobernador. <<
[93] Empanadillas o pastelillos hechos con carne picada de ave o ternera, dulce y algún otro ingrediente (Diccionario de Autoridades, t. I, p. 422). <<
[94] Guisado de huevos, ajos y hierbas, hecho para bañar o rebozar otro plato, cubriéndolo a modo de capirote, de donde toma su nombre (Diccionario de Autoridades, t. II, p. 145). <<
[95] Barquillos estrechos y largos. <<
[96] Composición de masa a modo de sémola. <<
[97] Huevos pasados por agua. <<
[98] «Manjar blanco. Cierta suerte de guisado que se compone de pechugas de gallina cocidas, deshechas, con azúcar y harina de arroz, lo cual se mezcla, y mientras cuece se le va echando leche y después de cocido se le suele echar agua de azahar» (Diccionario de Autoridades, t. IV, p. 481). <<
[99] «Almojabana. Cierta torta que se hace de masa con queso y otras cosas». O «Comida hecha de masa con manteca, huevo y azúcar, a manera de los que modernamente se llaman mantecados». O «Buñuelos de esta misma masa» (Diccionario de Autoridades, t. I, p. 234). <<
[100] Merluza seca curada al aire. <<
[101] Las borrajas eran hierbas que se comían en ensaladas. También se usaban mezcladas con el vino, para componer una mixtura que alegraba el ánimo, y tenían otro empleo medicinal. <<
[102] Muchos de ellos los podemos conocer por el Diccionario de Autoridades, pero otros no. <<
[103] Sólo Madrid es Corte, ed. cit., pp. 215 y ss. <<
[104] El total de gastos que da Núñez de Castro es de 675.000 ducados; pero, sumadas las partidas que él menciona, sólo hacen 670.000. Probablemente cometió un error numérico, al dar como suma esos 675.000 ducados. <<
[105] Ob. cit., pp. 217 y ss. <<
[106] Núñez de Castro, ob. cit., cap. XII, «Rentas de Su Majestad dentro y fuera de España», p. 221. <<
[107] Historia de Felipe IV, rey de España (Col. de doc. inéd. para la Hist. de España, t. LXVII, p. 357). <<
[108] Se refiere a los derechos locales que formaban parte del real patrimonio. <<
[109] Avisos. Fecha 28 de noviembre de 1657, t. III, pp. 392-394. <<
[110] Idem, íd. 28 de octubre de 1656, t. III, p. 24. <<
[111] Avisos, t. IV, p. 160. <<
[112] Ms. de la Bibl. Nac. H. 38, sobre sucesos desde febrero de 1636 a septiembre de 1642. Schack, Historia de la literatura y el arte dramático español, versión castellana, t. IV, p. 128, nota. <<
[113] Noticias de 10 de enero de 1636. Vid. Rodríguez Villa, La Corte y la Monarquía de España…, pp. 7-8. <<
[114] Noticias publicadas por el Sr. Rodríguez Villa (La Corte y la Monarquía de España…, p. 103). <<
[115] «Académie burlesque celebrée par les poètes de Madrid au Buen Retiro en 1637» (cap. VII del libro L’Espagne au XVIe et XVIIe siècles. Documents historiques et litteraires, pp. 603-667, y notas al mismo, pp. 668-676. La cita copiada corresponde a la página 609). <<
[116] El culto erudito francés Camilo Pitollet, en su artículo «Le roi d’Espagne Philipe IV, fut-il auteur dramatique?», inserto en la revista de Bruselas La Renaissance d’Occident, número de abril de 1923 (pp. 787-795), se inclina a creer que Felipe IV no escribió comedias, aunque sí versos, como un soneto dedicado a la Muerte y un romance al Santísimo Sacramento. Advierte, con citas documentales, que sus contemporáneos, elogiándole como poeta y aun llamándole Apolo español, como hizo Lope de Vega, nada dicen ni insinúan referente a que escribiese obras teatrales; especie imaginada por tratadistas del siglo XVIII (los Luzán, García, Parra, Huerta y Jovellanos), y que de ellos tomaron los modernos sin prueba alguna. Pitollet analiza las adjudicaciones que a Felipe IV se han hecho de comedias cual El Conde de Exex, y otras muy mediocres (Pluma, púrpura y espada sólo en Cisneros se hallan; Don Enrique el Doliente; Las Amazonas; Lo que pasa en un torno de monjas), para probar que, o manifiestamente son de otros autores, o tienen paternidad dudosa, que no es verosímil achacar al rey Felipe. <<
[117] Asistía con preferencia Felipe IV a las comedias de Villaizán, representadas en el corral de la Cruz, donde tenía reservado un aposento, al que entraba directamente por un pasadizo abierto en la plaza del Angel. Así lo aseguraba un papel publicado poco después de su muerte en defensa del teatro, suspendido entonces, cuyo título es: A la Majestad Católica de Carlos II, nuestro señor, rendida consagra a sus reales pies estas vasallas voces desde su retiro, la Comedia. La cita Sepúlveda en El Corral de la Pacheca, p. 63. <<
[118] Schack, en su Historia de la literatura y el arte dramático español, da a conocer esos datos, y enumera las representaciones principales extraordinarias que, desde 1622 a 1662, se dieron ante los reyes con diversos motivos (t. IV, pp. 122-133, nota). Todo a base de manuscritos y hojas sueltas de la época. <<
[119] Idem, íd., p. 132, nota. <<
[120] Idem, íd., p. 132, nota. <<
[121] Morillejo, Escenografía española, p, 28, <<
[122] Documentos del Archivo del Palacio Real, citados por Morillejo, Escenografía española, pp. 28-29. <<
[123] Rodríguez Villa, Etiqueta de la Casa de Austria, pp. 209-210. <<
[124] Refiere este caso Caramuel, Primus calamus, p. 707, y le reproduce Casiano Pellicer en su Origen de la comedia, t. II, pp. 60-71. <<
[125] Otros relatos cambian los dos primeros versos de esta redondilla por otros menos oportunos. <<
[126] El escritor portugués del siglo XVII, Pedro José Suppico de Moraes, es quien refiere con más pormenor aquella escena en su libro Colleçam politica de apopthegmas memoraveis (libro III, página 95, Lisboa, 1633). Algunos escritores modernos, como Monreal (Cuadros viejos, p. 358) y Picatoste (El siglo XVII, p. 159), copian la relación, pero con mutilaciones que le quitan su gracia. <<
[127] La cazuela era un anfiteatro exclusivo para mujeres, existente en los corrales o teatros públicos. <<
[128] Avisos de Pellicer, correspondientes al 14 de febrero de 1640 (Sem. erud., t. XXXI, p. 139). <<
[129] Cit. por Picatoste, El siglo XVII, p. 117. <<
[130] Journal d’un voyage d’Espagne. <<
[131] Cánovas del Castillo, prólogo a la colección de Autores dramáticos contemporáneos. <<
[132] Bertaut, ob. cit. <<
[133] Nota a la edición crítica de las Mémoires del Marqués de Villars, p. 338. <<
[134] Relación citada, p. 260. <<
[135] Pellicer, Avisos del 12 de marzo de 1641. <<
[136] El anónimo secretario de Embajada, autor de las Mémoires curicuses, publicadas en 1670. <<
[137] Memorial histórico español, t. XV, p. 97. <<
[138] Texto literal de una disposición de la Sala de Alcaldes, citada por Varón Vallejo en su artículo «Rondas de los Alcaldes de Casa y Corte» (Rev. de Arch., Bibl. y Mus., enero-marzo de 1924). <<
[139] Teatro de las grandezas de Madrid. <<
[140] Papel de la época, que menciona Maura Gamazo (obra y tomo citados, p. 463). <<
[141] Journal d’un voyage… <<
[142] Maura, loc. cit. <<
[143] Relación citada, pp. 131-132. <<
[144] Mme. d’Aulnoy, ob. cit., p. 260. Aunque estas prácticas que cita la viajera francesa son referentes a 1679, es de suponer que quince años antes, en tiempo de Felipe IV, se efectuaran también, ya que la etiqueta cortesana se mantuvo en general inalterable durante todo el siglo XVII. <<
[145] Maura, obra y tomo citados, p. 464. <<
[146] Al por menor pueden verse estas ceremonias en Rodríguez Villa, Etiquetas de la Casa de Austria, pp. 65-161. <<
[147] La publica D. Juan Pérez de Guzmán y Gallo en «Las etiquetas de la muerte en la Casa Real de España durante los Austrias» (artículo inserto el año 1914 en el Bol. de la Real Academia de la Historia, t. 65, pp. 415-419). Son papeles que descubrió el articulista en el Archivo de Palacio, referentes a la primera mujer de Carlos II, María Luisa de Orleáns, en 1687; pero los datos son comunes a todo el siglo XVII. Prefiero esta relación a otras más rigurosamente coetáneas, porque tiene mayor carácter de generalidad. <<