26. EN OBSERVACION

Para: Victor Millson, Presidente, Consejo Nacional de Astronáutica, Washington.

De: Heywood Floyd, a bordo de USSC Discovery

Tema: Disfunción en el computador de a bordo HAL 9000

Clasificación: SECRETO

El doctor Chandrasegarampillai (de aquí en más, referido Dr. C.) ha concluido su examen preliminar de Hal. Ha restablecido todos los módulos faltantes y el computador parece ser totalmente operable. Se encontrarán detalles de las acciones y conclusiones del Dr. C. en el informe que él y el doctor Tarnovsky elevarán en breve.

Entretanto, usted me ha encargado que las resumiera en términos cotidianos para beneficio del Consejo y en especial de los nuevos miembros que no están familiarizados con el contexto. Francamente, no confío en mi habilidad para hacerlo; como usted sabe, no soy especialista en computadores. Pero haré lo que esté a mi alcance.

Aparentemente, el problema fue originado por un conflicto entre las instrucciones básicas de Hal y los requerimientos de Seguridad. Por expresa orden presidencial, la existencia de TMA-1 era mantenida en absoluto secreto. Sólo se permitía el acceso a la información a aquellos que era imprescindible que lo supieran.

La misión de Discovery a Júpiter ya estaba en avanzado estado de planificación cuando TMA-1 fue excavado, y radió su señal a ese planeta. Como la función de la tripulación original (Bowman, Poole) era sólo conducir la nave a destino, se decidió que no serían informados acerca de su nuevo objetivo. Se tenía la impresión de que entrenando al equipo de investigación (Kaminski, Hunter, Whitehead) por separado, y sometiéndolos a hibernación antes de comenzar el viaje, se obtendría un mayor grado de seguridad, ya que el peligro de filtraciones (accidentales o de las otras) se vería notablemente reducido.

Me gustaría recordar a usted que, en su momento, (memorándum NCA 342123 SECRETO MAXIMO del 30-04-01) hice constar mis objeciones a tal política. De todos modos, fueron rechazadas en un nivel de decisión más alto.

Como Hal era capaz de operar la nave sin ayuda humana, se decidió también que sería programado para llevar a cabo la misión en forma autónoma en caso de incapacidad o muerte de la tripulación. De tal manera, se lo puso en pleno conocimiento de los objetivos, pero no le estaba permitido revelarlos a Bowman o a Poole.

La situación entraba en conflicto con el propósito para el que Hal había sido diseñado: el procesamiento exacto de información, sin distorsiones u ocultamientos. Como resultado, Hal desarrolló lo que en términos humanos sería una psicosis; específicamente, esquizofrenia. El Dr. C. me informó que, en términos técnicos, Hal quedó atrapado en un loop de Hofstadter-Moebius, aparentemente una situación bastante frecuente entre computadores avanzados con programas autónomos de consecución de objetivos. Sugiere que para información más detallada, se ponga usted en contacto con el propio profesor Hofstadter.

Para decirlo simplemente (si es que entiendo al Dr. C.), Hal se enfrentó con un dilema intolerable, y así desarrolló síntomas paranoicos que se dirigieron contra aquellos que monitoreaban su comportamiento desde Tierra. Por consiguiente, intentó cortar el enlace radial con Control de Misión, informando primero de una falla (inexistente) en la unidad de antena A.E. 35.

Este hecho lo involucró no sólo en una mentira directa —lo que debe de haber agravado aún más su psicosis— sino también en un enfrentamiento con la tripulación. Presumiblemente (esto sólo lo podemos conjeturar, por supuesto) decidió que la única salida era eliminar a sus colegas humanos, lo cual estuvo muy cerca de lograr. Mirando el asunto en forma estrictamente objetiva, hubiera sido interesante ver qué habría sucedido de haber continuado la misión solo, sin «interferencia» humana.

Esto es virtualmente todo lo que he podido extraer del Dr. C.; no me gustaría seguir preguntándole, ya que está trabajando al borde de la extenuación. Pero aun admitiendo este hecho, debo señalar (y por favor, mantenga esto absolutamente confidencial) que el Dr. C. no siempre coopera tanto como debería hacerlo. Adopta una actitud defensiva hacia Hal, que a menudo torna excesivamente dificultosa la discusión del tema. Inclusive el doctor Ternovsky, de quien se podría haber esperado que fuera un poco más independiente, suele compartir su punto de vista.

De todos modos, la única pregunta realmente importante es: ¿se podrá confiar en Hal en el futuro? Por supuesto el Dr. C. no tiene dudas al respecto. Asegura haber eliminado del computador todo recuerdo relacionado con los hechos que condujeron a la desconexión. Tampoco cree que Hal pueda sufrir algo remotamente análogo al sentimiento de culpa humano.

En cualquier caso, parece imposible que la situación que desencadenó el problema original se pueda volver a presentar. Aunque Hal sufre algunas peculiaridades, no son del tipo que pueda provocar aprensión ninguna; son apenas molestias menores, algunas hasta divertidas. Como sabrá usted pero no el Dr. C, he tomado precauciones que nos otorgan un control absoluto como instancia extrema.

Resumiendo: La rehabilitación de Hal 9000 se cumple satisfactoriamente. Hasta podría decirse que está en libertad condicional.

Me pregunto si él lo sabrá.