Para Jennifer, mi mujer.

Mientras estoy en medio de la locura creativa, jamás me regañas para que lave la ropa, ni te enfadas cuando me olvido de fregar los platos ni enloqueces cuando dejo de echar una mano en casa. Siempre estás ahí para leer y revisar todo cuanto escribo y siempre me escuchas cuando desvarío sobre mis descabellados miedos y esperanzas, incluso cuando te despierto para ello en mitad de la noche.

Son todas estas cosas que haces para ayudarme y apoyarme las que te hacen tan especial. Y por eso te quiero.