SALSAS

Una salsa bien elegida añade el toque final tanto a los entrantes como a los platos principales de una comida. Las salsas pueden tener un aspecto magnífico —ver, por ejemplo, las terrinas que aparecen en «Platos clásicos»— y proporcionar el toque justo de picante, cremosidad o, incluso, dulzura para realzar perfectamente un plato. En esta sección aparecen muchas salsas que pueden resaltar tus comidas. La mayoría son muy versátiles y pueden prepararse con anterioridad, y con todas ellas queda garantizado el éxito.

SALSA DE PIMIENTOS

Para mí la mejor es la que se prepara con pimientos rojos, aunque se puede hacer con pimientos de cualquier color. Se trata de una salsa brillante y suave, a la vez que deliciosa, que completa magníficamente muchos platos vegetarianos. Se puede añadir más sabor, por ejemplo, utilizando aceite de oliva o mantequilla, dependiendo del gusto de cada uno. Para 4 raciones.

INGREDIENTES

1 pimiento grande, sin corazón ni semillas

300 ml de caldo de verduras

1 diente de ajo pelado ó una rama de tomillo, opcional

15-30 g de mantequilla ó 15-30 ml (1-2 cucharadas) de aceite de oliva

sal y pimienta negra en grano, para moler

una pizca de pimienta de cayena o una pizca de chile en polvo, opcional

PREPARACIÓN

1 Cortar el pimiento en trozos uniformes y colocarlos en una cazuela con el caldo o el agua, junto con el ajo o el tomillo, si se van a utilizar. Llevar a ebullición, bajar el fuego, tapar y cocer a fuego lento hasta que el pimiento esté bastante tierno: unos 10 minutos. Retirar el ajo o el tomillo si se han utilizado.

2 Poner el pimiento, el caldo o el agua en un robot de cocina o en una batidora y triturar.

3 Añadir la mantequilla o el aceite y mezclar.

4 Pasar la salsa a través de un colador y volver a poner en la cazuela si se va a servir caliente o en un recipiente —si se va a servir fría— y sazonar con sal, pimienta negra y, si se quiere, pimienta de cayena o chile en polvo.

5 Recalentar y servir caliente, o bien fría. Se puede poner la salsa en una salsera o, con ayuda de una cuchara, colocarla con cuidado en los platos, alrededor de porciones individuales.

SALSA DE TOMATES FRESCOS

Para hacer esta salsa se necesita un robot de cocina o una batidora, pero por lo demás no podía ser más fácil. Salen 300 ml.

INGREDIENTES

15 ml (1 cucharada) de aceite de oliva

1 cebolla pequeña, picada

1 diente de ajo picado, opcional

1 kg de tomates frescos, partidos en cuartos

sal

PREPARACIÓN

1 Calentar el aceite en una cazuela grande a fuego medio, añadir la cebolla y el ajo, si se quiere, tapar y cocer hasta que estén tiernos: unos 4 minutos.

2 Añadir los tomates y bajar el fuego. Tapar y cocer hasta que los tomates hayan espesado, aproximadamente 15 minutos, retirar del fuego y dejar enfriar.

3 Verter los tomates en un robot de cocina o una batidora y triturar. Pasar a través de un colador y volver a poner en la cazuela. Sazonar con sal. Recalentar justo antes de servir o bien servirla fría.

SALSA DE TOMATES SECADOS AL SOL

Una salsa rica y llena de sabor, para la que es necesario tener un robot de cocina o una batidora. Salen 300 ml.

INGREDIENTES

30 ml (2 cucharadas) de aceite de tomates, secados al sol, o aceite de oliva

1 cebolla pequeña, picada

1 diente de ajo picado, opcional

1 lata de 400 g de tomates enteros, pelados y troceados, con su jugo

4 tomates secados al sol, en aceite

10 ml (2 cucharadas) de vinagre balsámico

sal y pimienta negra en grano, para moler

PREPARACIÓN

1 Calentar el aceite —de tomates secados al sol o de aceite de oliva— en una cazuela grande a fuego medio, añadir la cebolla, el ajo —si se va a utilizar—, tapar y sofreír hasta que esté tierno: aproximadamente 4 minutos.

2 Añadir los tomates y reducir el fuego. Cocer, destapados, hasta que el exceso de líquido se haya evaporado y la mezcla haya espesado: aproximadamente 15 minutos. Retirar del fuego y dejar enfriar.

3 Añadir los tomates secados al sol, verter la mezcla en un robot de cocina o una batidora y triturar. Pasar a través de un colador, volver a poner en la cazuela y añadir el vinagre. Rectificar el punto de sal y recalentar antes de servir, o bien servirla fría.

SALSA BÁSICA DE TOMATES

Si no dispone de tomates frescos, o bien prefiere una salsa de sabor más fuerte, intente preparar ésta. Resulta ideal para platos de pasta, pizzas, lasaña y otros platos que requieran salsa de tomate: también sirve como acompañamiento. Salen 300 ml.

INGREDIENTES

15 ml (1 cucharada) de aceite de oliva

1 cebolla pequeña, picada

1 diente de ajo picado, opcional

1 lata de 400 g de tomates, enteros y pelados, con su jugo

sal

PREPARACIÓN

1 Calentar el aceite en una cazuela a fuego medio, añadir la cebolla y el ajo, si se va a tomar, tapar y sofreír hasta que estén tiernos: unos 4 minutos.

2 Agregar los tomates y bajar el fuego. Cocer, destapados, hasta que el exceso de líquido se haya evaporado y la mezcla empiece a espesar: unos 15 minutos, aproximadamente. Retirar del fuego y dejar enfriar.

3 Verter los tomates en un robot de cocina o una batidora y triturar. Pasar a través de un colador y volver a poner en la cazuela, sazonando con sal. Recalentar un poco antes de servir o bien servirla fría.

SALSA DE VINO TINTO

Se trata de una salsa deliciosa, perfecta para una ocasión especial. Salen 300 ml.

INGREDIENTES

60 g de mantequilla

2 chalotas picadas

2 cucharaditas de tomillo fresco, picado

1 diente de ajo picado, opcional

300 ml de vino tinto

45 ml (3 cucharadas) de oporto o cualquier otro vino oloroso

1/2 cucharadita de caldo de verduras en polvo

sal y pimienta negra en grano, para moler

PREPARACIÓN

1 Derretir la mitad de la mantequilla en una cazuela mediana a fuego medio y poner por el momento el resto de la mantequilla en el frigorífico.

2 Añadir las chalotas, el tomillo y el ajo, si se va a utilizar, a la cazuela, tapar y sofreír durante 5 minutos. Verter el vino, el oporto y el caldo en polvo, sazonar y llevar a ebullición. Cocer hasta que se reduzca a la mitad.

3 Cortar la mantequilla en trozos pequeños, justo antes de servir. Retirar la salsa del fuego y añadir la mantequilla, poco a poco, para darle un aspecto brillante.

MAYONESA

La mayonesa resulta fácil de preparar con ayuda de un robot de cocina o una batidora. La elaboración a mano, que se ilustra más abajo, necesita más trabajo, pero resulta igual de bien. Salen 200 ml.

INGREDIENTES

2 yemas de huevos grandes

1/4 de cucharadita de mostaza en polvo

1/4 de cucharadita de sal

2-3 pizcas de pimienta negra

10 ml (2 cucharadas) de vinagre de vino blanco

10 ml (2 cucharadas) de zumo de limón

200 ml de aceite de oliva suave

PREPARACIÓN

1 Poner todos los ingredientes, excepto el aceite, en un robot de cocina o una batidora. Mezclar a velocidad media durante 1 minuto, hasta que todo esté bien ligado.

2 Poner a velocidad rápida y empezar a añadir el aceite, poco a poco, por la parte de arriba de la máquina.

3 Cuando se haya añadido aproximadamente la mitad, el sonido que hace la salsa en la batidora debe ser «glug-glug». En este momento se empieza a añadir el aceite más rápidamente, vertiéndolo en chorro.

4 Probar la salsa y rectificar el punto de sal. Si la mayonesa estuviera demasiado espesa, aligerarla batiendo una o dos cucharaditas de agua hirviendo. Servir fría. La mayonesa, tapada herméticamente, se mantiene durante 5 días en el frigorífico.

VARIACIÓN

MAYONESA DE HIERBAS Añadir 2-4 cucharadas de hierbas frescas, trinchadas, a la mayonesa. Utilizar, si se prefiere, una mezcla de hierbas, como perejil y cebollino, junto con una tercera como cilantro, albahaca, estragón o menta. La mayonesa de cilantro, por ejemplo, resulta muy bien con los platos de legumbres, mientras que la de estragón puede hacer de una ensalada un plato bastante especial.

MAYONESA DE AJO (ALIOLI) Machacar entre 1 y 4 dientes de ajo y añadirlos a la batidora junto con los otros ingredientes en el paso 1.

CÓMO ELABORAR MAYONESA A MANO

1 Mezclar juntos todos los ingredientes, excepto el aceite de oliva. Añadir la mitad del aceite poco a poco, removiendo al mismo tiempo. Poner debajo del recipiente un paño de cocina.

2 La salsa empezará a espesar una vez que hayamos añadido la mitad del aceite. A partir de aquí, añadir el aceite más rápidamente, mientras continuamos batiendo enérgicamente.

3 La mayonesa resulta sabrosa y espesa. Si se corta, es que el aceite se ha añadido demasiado rápido. Poner una yema de huevo en un cuenco y añadir, batiendo gradualmente, la crema cortada.

SALSA HOLANDESA

Al igual que la mayonesa, esta salsa resulta muy rica y consistente, pero se sirve mejor caliente que fría y la mayor parte de su sabor proviene de la mantequilla, en vez del aceite. Se prepara con espárragos cocidos al vapor, brécol, puerros o alcachofas enteras, si se trata de una comida especial. Salen 200 ml.

INGREDIENTES

30 ml (2 cucharadas) de vinagre de vino blanco

250 g de mantequilla

las yemas de 2 huevos grandes

sal y pimienta negra en grano, para moler

PREPARACIÓN

1 Poner el vinagre de vino con 45 ml (3 cucharadas) de agua, llevar a ebullición y dejar que se reduzca hasta 15 ml o 1 cucharada de líquido. Dejar enfriar.

2 Poner la mantequilla en otro cazo pequeño y calentar hasta que haga bastante espuma.

3 Colocar las yemas de huevo y el vinagre reducido en un robot de cocina o una batidora y batir hasta que estén suficientemente bien mezcladas.

4 Con la máquina conectada, añadir lentamente la mantequilla. Según vaya tomando consistencia, añadir la mantequilla más rápidamente. Sazonar con sal y pimienta negra. Servir inmediatamente o bien mantener durante unas horas en un frasco al vacío, o en un cuenco metido en un cazo con agua caliente.

HOLANDESA HECHA A MANO Reducir el vinagre y el agua como se explica en el paso 1, más arriba. Poner un cuenco en un cazo con abundante agua caliente y colocar a fuego lento. Añadir las yemas de huevo, el vinagre reducido, sal y pimienta negra en el cuenco y remover hasta que esté espesa y de color pálido: 3-5 minutos. Cortar la mantequilla ligeramente ablandada —que estará a temperatura ambiente— en dados de 6 mm y salpicarlos —un trocito cada vez— sobre la mezcla de yema de huevo. La salsa espesará cuando se añada la mantequilla. Servirla inmediatamente o mantenerla caliente en el cuenco, colocado sobre un cazo con agua caliente.

VARIACIONES

SALSA MALTESA

Se trata de una salsa clásica para espárragos. Utilizar el zumo de una naranja en lugar de vinagre en el paso 1. Realzar el sabor del zumo reduciéndolo a 30 ml (2 cucharadas) y añadiendo una cucharada de corteza de naranja rallada.

HOLANDESA CON HIERBAS

Añadir a la salsa 2 cucharadas de una mezcla de hierbas frescas, trinchadas, antes de servir: perejil, estragón y perifollo son una buena combinación. Servir con verduras hervidas al vapor o un rollo, como el de Anacardos con brécol.

HOLANDESA CON MOSTAZA

Si se prefiere una salsa con más sabor, añadir una cucharadita, más o menos, de mostaza de Dijon a las yemas de huevo en el paso 1.

SALSA PESTO DE ALBAHACA

El pesto preparado en casa resulta mucho más fresco y sabroso que el que se compra en las tiendas. Se puede aligerar con un poco de agua caliente, para obtener una salsa más fluida. Guardar tapada en el frigorífico durante 5 días. Salen 150 ml.

INGREDIENTES

1 diente de ajo

30 g de piñones o anacardos

6 cucharadas de hojas de albahaca picadas

30 g de queso Parmesano fresco, rallado

15 ml de aceite de oliva

sal y pimienta negra en grano, molida

PREPARACIÓN

1 Mezclar los ingredientes, utilizando un robot de cocina o una batidora para ello, hasta formar una crema verde suficientemente espesa.

PESTO CASERO

Machacar el ajo con un mortero, añadir los frutos secos y triturar hasta formar una pasta. Agregar la albahaca y el Parmesano. Machacar bien e ir añadiendo gradualmente el aceite de oliva, hasta formar una crema verde espesa.

SALSA RÁPIDA DE HIERBAS

Se trata de una salsa rápida y refrescante. Salen 200 ml.

INGREDIENTES

4 cucharadas de hierbas frescas picadas, como cebollino o perejil liso

200 ml de nata líquida o yogur

sal y pimienta negra en grano, para moler

PREPARACIÓN

Añadir las hierbas a la nata líquida o al yogur y salpimentar. Servir inmediatamente o mantener en el frigorífico y servirla más tarde, el mismo día.

SALSA DE AGUACATE

Delicada y sabrosa, esta salsa resulta excelente con platos de judías y cereales. Salen 200 ml.

INGREDIENTES

1 aguacate grande y maduro, cortado por la mitad, sin hueso

15-30 ml (1-2 cucharadas) de zumo de limón

sal y pimienta negra en grano para moler

PREPARACIÓN

Con ayuda de una cuchara, sacar la pulpa de un aguacate y ponerla en un cuenco pequeño. Añadir el zumo de limón, sazonar con sal y pimienta negra y machacar con un tenedor. Servir inmediatamente, pues no se puede guardar o conservar.