PAULOVAS DE FRESA

El merengue de estas paulovas se hornea a una temperatura muy baja, para que quede esponjoso por el centro y crujiente por fuera. Aunque frecuentemente la paulova se prepara como un merengue grande, las porciones individuales también resultan muy bien. De esta receta salen seis. También se pueden utilizar otras frutas suaves en vez de fresas. Esta receta se ilustra anteriormente.

INGREDIENTES

3 huevos

175 g de azúcar

1 cucharadita de extracto de vainilla

1 cucharadita de harina de maíz

1 cucharadita de vinagre de vino blanco

300 ml de nata líquida

250-350 g de fresas pequeñas maduras, sin tallo (reservando las hojas para adornar)

PREPARACIÓN

1 Precalentar el horno a 130 °C/gas medio. Forrar una bandeja de horno con papel antiadherente.

2 Montar a punto de nieve las claras, utilizando para ello un cuenco sin engrasar.

3 Tamizar el azúcar y añadirlo a las claras —una cucharada colmada—, batiendo bien después de cada una para que el merengue se ponga duro y brillante.

4 Añadir el extracto de vainilla, la harina de maíz y el vinagre y mezclar con una cuchara grande de metal.

5 Colocar el merengue en seis montones en la bandeja del horno, dejando espacio alrededor de cada uno. Hacer de cada montón un círculo, primero aplanando el centro y después los lados con un cuchillo de paleta.

6 Hornear hasta que esté seco y crujiente por fuera y todavía ligeramente blando por dentro: 75 minutos. Dejar enfriar. Retirar el papel.

Los merengues se mantienen envueltos en papel de aluminio, o bien guardados en un recipiente estanco, hasta una semana en un lugar seco.

7 Colocar los merengues en platos individuales o en una fuente. Batir la crema hasta que esté espesa y, con una cuchara, colocar un poco en el centro de cada paulova.

8 Partir por la mitad la mayoría de las fresas y colocarlas sobre la crema. Decorar el plato con las hojas y las fresas enteras. Servir inmediatamente o guardar convenientemente en el frigorífico hasta dos horas.

PASTEL DE QUESO Y FRESAS

Este exquisito pastel de queso, coronado de fresas, resulta perfecto para una fiesta. Queda mejor si se prepara con antelación, y más tarde se le añaden las frutas que van por encima, las cuales pueden variar según la estación. Para 8 raciones.

INGREDIENTES

90 g de galletas semidulces de harina integral

45 g de mantequilla

30 g de azúcar granulada

50 g de queso de cabra

115 g de azúcar

150 ml de nata líquida

3 huevos, separadas las claras de las yemas

el zumo y la corteza rallada de un limón

1 cucharadita de extracto de vainilla

500 g de fresas pequeñas maduras, sin tallo

250 g de mermelada de grosellas

PREPARACIÓN

1 Precalentar el horno a 150 °C/gas 2. Forrar la base y los lados de un molde de 20 cm con papel antiadherente.

2 En la superficie de trabajo, pasar un rodillo de cocina sobre las galletas, para machacarlas. Derretir la mantequilla en un cazo pequeño, añadir las galletas machacadas y el azúcar, remover bien hasta mezclar todo y, con una cuchara, verter el preparado en el molde. Presionar firmemente, utilizando para ello la base de un tarro. Reservar convenientemente, mientras se prepara la mezcla del pastel de queso.

3 Poner el queso de cabra en un cuenco grande, deshacer con un tenedor, añadir el azúcar, la nata, las yemas de huevo, el zumo de limón, la corteza y el extracto de vainilla, y batir hasta que tenga una consistencia lisa.

4 Montar las claras a punto de nieve en otro cuenco sin engrasar, y unir a la mezcla del pastel de queso, utilizando para ello una cuchara de metal. Verter con cuidado sobre la base de galletas, en el molde.

4 Hornear hasta que el pastel de queso esté cuajado y al meter una aguja de hacer punto en el centro salga limpia: 75 minutos. Apagar el horno y dejar dentro el pastel hasta que se enfríe —no hay que preocuparse si aparecen grietas en el pastel, desaparecerán completamente cuando se enfríe más y se encoja—.

6 Sacar el pastel del horno después de una hora y enfriar completamente, metiéndolo en el frigorífico durante 2-3 horas, aproximadamente.

7 Colocar las fresas por encima. Si son pequeñas se utilizarán enteras, colocando los tallos encima; si son grandes, partirlas por la mitad. Derretir la mermelada de grosellas en un cazo y verter sobre las fresas para formar un glaseado espeso. Dejar reposar hasta que la mermelada se haya enfriado y cuajado, y entonces servir.

PASTEL DE ARÁNDANOS

Este crujiente pastel puede prepararse con diferentes frutas o con una mezcla de ellas. Servirlo con helado de vainilla, yogur espeso o nata líquida. Para 4 raciones.

INGREDIENTES

DE LA MASA

300 g de harina blanca

175 g de mantequilla, cortada en trozos pequeños

30 g de azúcar glasé

1 yema de huevo

DEL RELLENO

750 g de arándanos

125 g de azúcar

2 cucharadas de harina de maíz

1 cucharada de zumo de limón

leche para barnizar

azúcar para espolvorear

PREPARACIÓN

1 Precalentar el horno a 190 °C/gas 5.

2 Tamizar la harina en un cuenco grande o en el recipiente del robot de cocina y añadir la mantequilla, el azúcar glasé y la yema de huevo. Mezclar los ingredientes con las puntas de los dedos o trabajar brevemente en el robot hasta que se forme la masa.

3 Poner la masa en una superficie ligeramente enharinada y dividirla en dos piezas, una ligeramente más grande que la otra; amasar y formar dos círculos uniformes. Envolver en plástico transparente y enfriar convenientemente en el frigorífico durante unos minutos.

4 Colocar los arándanos, el azúcar, la harina de maíz y el zumo de limón en un cuenco y mezclar.

5 Extender la pieza de masa más pequeña en una superficie enharinada y colocar en un molde de 25 cm. Forrar el molde con la masa. Poner la mezcla de arándanos en un plato, dejando un borde alrededor de 1 cm si se utiliza un molde de tarta. Mojar los bordes con agua fría.

6 Extender con el rodillo el resto de la masa y colocar encima la fruta. Presionar los bordes de la masa y arreglarlos. Adornar el borde del pastel como se ilustra en «Técnicas: masa». Utilizar una aguja de hacer punto para hacer dos o tres agujeros en el centro, y decorar convenientemente el pastel con trozos de masa.

7 Barnizar el pastel con un poco de leche, espolvorear con azúcar y hornear hasta que esté dorado: 30 minutos, aproximadamente. Servir caliente.

TARTA DE LIMÓN

La masa crujiente contrasta con el sabor fuerte y frío del limón, creando un postre refrescante. Me gusta así, sin aderezo, aunque también se puede servir con nata líquida. Para 4 raciones.

INGREDIENTES

DE LA MASA

125 g de harina blanca

75 g de mantequilla cortada en trocitos

DEL RELLENO

2 limones grandes

150 g de azúcar

2 huevos

150 ml de nata líquida

tiras de limón (véase «Técnicas: cómo preparar verduras»), opcional

PREPARACIÓN

1 Precalentar el horno a 200 °C/gas 6.

2 Tamizar la harina en un cuenco grande o en el recipiente del robot de cocina y añadir la mantequilla. Deshacer la mantequilla en la harina con la punta de los dedos, o bien trabajar brevemente en el robot hasta que se forme la masa. Añadir un poco de agua fría —aproximadamente una cucharadita— para ligar la masa.

3 Sacar la masa, poner sobre una superficie de trabajo ligeramente enharinada y estirar para ajustarla a un molde de tarta, poco profundo, de unos 20 cm de diámetro. Presionar para colocarla, recortar los sobrantes —reservándolos— y pinchar la base (ver «Técnicas: masa»).

4 Hornear hasta que esté crujiente, firme al tocarlo y ligeramente tostado: aproximadamente 15 minutos. Sacar del fuego y reservar. Bajar el horno a 130 °C/gas medio.

5 Preparar el relleno de limón. Rallar finamente la corteza de los limones y poner en un cuenco. Exprimirlos y añadir el zumo a las cortezas. Agregar el azúcar y los huevos y mezclar. Verter la nata líquida y batir otra vez hasta que tenga una consistencia uniforme.

6 Rellenar cualquier agujero que quede en la base de masa con los trocitos de masa restantes, después verter en ella la mezcla de limón y hornear la tarta en el horno templado, hasta que el relleno esté cuajado y firme al tocarlo ligeramente en el medio: unos 40 minutos.

7 Sacar la tarta, dejar enfriar y meter en el frigorífico, para que la crema de limón se asiente. Sacar del molde, colocar en una fuente y decorar, si se quiere, espolvoreando con tiras de limón por encima. Servir fría.