¿Realmente existió la Atlántida?
Habrá cantidad de libros que asegurarán que sí, y otros muchos que lo negarán en rotundo. ¿Estaba en el Atlántico? ¿En el Mediterráneo? ¿En la costa oeste de España o en África? ¿O quizás estaba en la costa americana o en México? ¿O era en el sur de India? ¿Está enterrada bajo la Antártida? ¿O era bajo el corazón de Irlanda?
Toda esta lluvia de investigaciones y especulaciones tiene su origen en un texto sorprendentemente corto. Todo lo que sabemos sobre Atlantis proviene de los diálogos entre Timeo, Critias y Platón alrededor del año 350 a. C. La palabra Atlantis la utiliza en concreto Timeo para describir un inmenso imperio isleño que existe «más allá de las columnas de Hércules», que se refiere al estrecho de Gibraltar. Platón nos regala una descripción muy detallada de la Atlántida, incluyendo los anillos de tierra y agua y los canales, muros y puentes. Cada puente, por ejemplo, se describía como una edificación que medía unos treinta metros de ancho, un detalle que quise utilizar cuando creé la Danu Talis que aparece en la saga de los Secretos del Inmortal Nicolas Flamel.
En la segunda obra, la inacabada Critias, hay un capítulo que relata una guerra catastrófica que arrasa la isla en un día y una noche a causa de una combinación de terremotos, volcanes y tsunamis.
Se supone que Platón basó sus diálogos en una historia que escuchó el legislador griego Solón trescientos años antes. Un sacerdote egipcio del templo de Neith en Sais mostró a Solón la antigua leyenda esculpida en piedra. Algunos de los primeros escritores griegos aseguraban haber visto tales piedras, pero jamás se han encontrado.
En la época de Platón, muy pocas personas creyeron que escribía sobre un lugar real, pues consideraban que la Atlántida era un mundo idealizado que había sido perfecto e idóneo hasta que la avaricia lo destruyó.
Desafortunadamente, no hay pruebas que demuestren la existencia de una civilización avanzada en la Atlántida; sin embargo, cada año se producen nuevas revelaciones sobre el pasado de nuestro planeta y descubrimos que las razas «más primitivas» no eran tan primitivas como creíamos. También es cierto que, unos diez mil años atrás, a finales de la última edad de hielo, el mar subió y muchas comunidades costeras fueron absorbidas por los océanos. Investigaciones muy recientes que utilizan ordenadores de última tecnología para reproducir las capas de hielo sugieren que los niveles del agua podrían haber subido unos dieciocho metros en doscientos años. Además, casi cada cultura del planeta contiene historias de una gran inundación que devastó el mundo, llevándose consigo ciudades enteras. Y ya sabemos que en el corazón de toda leyenda hay un granito de verdad.
De modo que es posible que realmente sí exista una Atlántida, un reino destruido por una serie de desastres naturales que espera ser redescubierto. Y, dado el caso, todo indica que sobrepasará los límites de la imaginación.
¿Y el nombre de Danu Talis?
Ya he dicho varias veces que los únicos personajes que creé para esta saga eran los mellizos. Todo lo demás está basado en historia y mitología. Sin embargo, sí debo reconocer que tuve algo que ver con la elección del nombre de Danu Talis.
Existe una colección de poemas e historias irlandeses, conocida bajo el nombre Lebor Gabála Érenn, o El Libro de la Toma de Irlanda, que incluye historias de Tuatha De Dannan, el Pueblo de Danu. Son los cinco invasores de Irlanda y, a diferencia de los demás, los Tuatha De Dannan son personas mágicas y misteriosas, refugiados del oeste que navegaron a Irlanda en embarcaciones en una época conocida como «la nube oscura».
Así que, a efectos de esta historia, los Tuatha De Dannan eran los supervivientes del hundimiento de la Atlántida, y la Atlántida se convirtió en Danu Talis.