OpEspec-12 es la CronoGuardia, el departamento gubernamental encargado de preservar la estabilidad del tiempo. Su trabajo es mantener la integridad de la Línea Histórica Estándar (LHE) e impedir que se produzca algún cambio o que se dé un uso no autorizado de la línea temporal. Nadie conoce sus trabajos más geniales, ya que los cambios en el pasado dan la impresión de haber sido siempre así como son. No es raro que en algún turno de trabajo de la CronoGuardia la historia se flexione de forma muy dramática antes de volver a la LHE. Los cataclismos capaces de destruir el planeta se producen por lo general dos veces por semana, pero agentes especializados de la CronoGuardia los evitan con maestría. Los ciudadanos jamás se percatan de nada… lo que, sinceramente, es lo mejor.
CORONEL NEXT, QT, CG (inexistente),
Tiempoarriba/Tiempoabajo (obra inédita)
Todavía no había terminado con OpEspec. Todavía tenía que descubrir lo que mi padre me había contado sobre el primer encuentro. Dar con un viajero en el tiempo puede ser muy complicado, pero ya que pasaba frente a la oficina de la CronoGuardia casi exactamente tres horas después de nuestro anterior encuentro, parecía el lugar perfecto donde buscar.
Llamé a la puerta y, al no recibir respuesta, entré. Cuando trabajé por última vez en OpEspec, casi nunca oíamos nada sobre los miembros algo excéntricos de la élite de viajeros en el tiempo; pero cuando trabajas en el negocio del tiempo no lo malgastas tontamente… es demasiado valioso. Mi padre siempre decía que el tiempo era, con diferencia, lo más valioso que poseíamos, y que el derroche temporal debería ser un crimen capital… por lo que ver Intercambio de riñones de famosos o leer las novelas de Daphne Farquitt es un crimen por definición.
La sala estaba vacía y, en apariencia, llevaba así varios años. Al menos, ése era el aspecto que tenía cuando la mirabas por primera vez… segundos después unos pintores la decoraban por primera vez, un segundo más tarde estaba en ruinas, luego llena, luego vacía otra vez. La habitación siguió así mientras la miraba, saltando a momentos diferentes de su historia pero sin permanecer jamás más que unos segundos en un estado determinado. Los agentes de la CronoGuardia no eran más que manchas de luz que se movían y retorcían, momentáneamente visibles para mí cuando saltaban del pasado al futuro o del futuro al pasado. De haber sido miembro de la CronoGuardia, quizá todo hubiese tenido más sentido para mí, pero no lo era y no lo tenía.
Había un mueble que permanecía inmutable mientras todo lo demás corría, se movía y se difuminaba en una confusión incesante. Se trataba de una mesita con un teléfono antiguo, de los verticales. Avancé y descolgué el receptor.
—¿Hola?
—Hola —dijo una voz pregrabada—, ha contactado con la CronoGuardia de Swindon. Para satisfacer su petición disponemos de vanas opciones. Si ha sido víctima de una deformación cronológica, marque uno. Si desea denunciar una anomalía cronológica, marque dos. Si cree que se ha visto involucrado en un cronocrimen…
Me ofreció varias posibilidades más, pero ninguna que me permitiese ponerme en contacto con mi padre. Cuando terminó la larga lista, me ofreció la opción de hablar con un agente, así que ésa fue la que escogí. El movimiento difuso de la sala se detuvo instantáneamente y todo encajó en su lugar… aunque el mobiliario y la decoración eran más propios de los años sesenta. Había un agente tras la mesa, un hombre alto e innegablemente guapo vestido con el uniforme azul de la Crono-Guardia, con las franjas de capitán en los hombros. Como él mismo había predicho, era mi padre, tres horas más tarde y tres horas más joven. Al principio, no me reconoció.
—Hola —dijo—, ¿puedo ayudarla?
—Soy yo, Thursday.
—¿Thursday? —repitió con los ojos bien abiertos mientras se ponía en pie—. ¿Mi hija Thursday?
Asentí, y él se acercó más.
—¡Cielos! —exclamó, examinándome con gran interés—. ¡Qué maravilloso volver a verte! ¿Cuánto tiempo ha pasado? ¿Seis siglos?
—Dos años. —Dije dos años para evitar embrollar las cosas mencionando la conversión de esa mañana—. Pero ¿por qué vuelves a trabajar para la CronoGuardia? Creía que eras un renegado.
—¡Ah! —dijo, indicándome que me acercase y bajando la voz—. Se produjo un cambio de dirección y dijeron que prestarían atención a mis quejas si trabajaba para ellos en el Cuerpo de Preservación Histórica. Tuve que aceptar ser degradado y no me reactualizarán hasta que no acaben con el papeleo, pero por lo demás va muy bien. ¿Tu marido sigue erradicado?
—Me temo que sí. ¿Alguna posibilidad…?
Hizo una mueca.
—Me encantaría, garbancito, pero la verdad es que tengo que tener mucho cuidado durante algunas décadas. ¿Te gusta la oficina?
Miré la decoración anticuada de la salita.
—Un poco pequeña, ¿no?
Mi padre, que estaba sin duda de un humor excelente, sonrió.
—Oh, sí, y eso que aquí trabajamos más de setecientos. Como no podemos estar todos dentro a la vez, extendemos el uso por el flujo temporal como si fuese un trozo de elástico. —Separó las manos todo lo posible, en plan demostración—. Lo llamamos tiempo compartido. —Se frotó la barbilla y miró a su alrededor—. ¿Qué fecha es aquí fuera?
—Es 14 de julio de 1988.
—Qué golpe de suerte —dijo, bajando aún más la voz—. Es providencial que te hayas presentado. Me han echado la culpa por la guerra entre Alemania y Dinamarca de 1864.
—¿Fue culpa tuya?
—No… fue cosa del zoquete de Bismarck. Pero no importa. Me han trasladado a otra división del Cuerpo de Preservación Histórica para darme una segunda oportunidad. Mi primera misión es en julio de 1988, así que ahora mismo toda información sobre la situación local es una bendición. ¿Has oído hablar de alguien llamado Yorrick Kaine?
—Es canciller de Inglaterra.
—Eso me suponía. ¿San Zvlkx regresa mañana?
—Es posible.
—Vale. ¿Quién ha ganado la Superhoop?
—Eso será dentro de una semana a partir del sábado —expliqué—. Todavía no ha pasado.
—No es estrictamente cierto, garbancito. Todo lo que hacemos sucedió en realidad hace mucho, mucho tiempo… incluso esta conversación. El futuro ya está allí. Los pioneros que abrieron los primeros surcos históricos en la línea temporal virgen murieron hace eones. Ahora simplemente nos limitamos a intentar preservarla más o menos como debería ser. Por cierto, ¿has oído hablar de alguien llamado Winston Churchill?
Pensé un momento.
—Fue un estadista inglés que se puso en evidencia durante la Gran Guerra. Murió en 1932 atropellado por un taxi.
—Por tanto, ¿no era nadie fundamental?
—La verdad es que no. ¿Por qué?
—Ah, por nada. Es sólo una teoría en la que estoy trabajando. En cualquier caso, todo ha sucedido ya… de no haber sido así no habría necesidad de gente como yo. Pero las cosas salen mal. En el curso normal de los acontecimientos, el tiempo vuela de un lado a otro, desde el final del entonces hasta el comienzo del ahora, como la lanzadera en el telar, entretejiendo los hilos de la historia. Si se encuentra con un obstáculo podría doblarse un poco y nadie apreciaría el cambio. Pero si el obstáculo es grande, y Kaine es uno muy grande, créeme, entonces la historia se desvía. Y eso es lo que tenemos que corregir. Me han trasladado a la División de Prevención del Armagedón, y se acerca un desastre apocalíptico de Nivel III capaz de acabar con toda la vida. —Un momento de silencio—. ¿Sabe tu madre que llevas el pelo tan corto?
—¿Se supone que debe suceder?
—¿Lo de tu pelo?
—No, el Armagedón.
—En absoluto. Tiene un Índice de Probabilidad Final de sólo el veintidós por ciento: «no es muy probable».
—Entonces, no es como ese incidente con la Crema Maravillosa —comenté.
—¿Qué incidente?
—Nada.
—Vale. Bien, como estoy a prueba, más o menos, les pareció que debía empezar por algo pequeño.
—Sigo sin comprenderte.
—Es muy simple —dijo mi padre—. Dos días después de la Superhoop, el presidente Formby morirá por causas naturales. Al día siguiente, Yorrick Kaine se proclamará dictador de Inglaterra. Dos semanas después, tras el tradicional secuestro de la prensa y la ejecución sumaria de los antiguos partidarios, Kaine declarará la guerra a Gales. Dos días después de una larga batalla con tanques en la frontera con Gales, los Clanes Unidos de Escocia lanzarán un ataque contra Berwick-upon-Tweed. Resentido, Kaine bombardeará Glasgow y el Imperio sueco entrará en la guerra en apoyo de Escocia. Rusia se unirá a Kaine después del saqueo de su asentamiento colonial en Fetlar… y la guerra se trasladará al continente europeo. No tardará en convertirse en una lucha apocalíptica entre las superpotencias africanas y americanas. En menos de tres meses la Tierra no será más que un montón humeante de cenizas radioactivas. Claro está —añadió—, que eso no es más que el panorama peor. Probablemente nada de esto suceda nunca y, si tú y yo hacemos bien nuestro trabajo, así será.
—¿No puedes limitarte a matar a Kaine?
—No es tan fácil. El tiempo es el pegamento del cosmos, garbancito, y hay que retirarlo con cuidado. Te sorprendería saber con qué insistencia la línea temporal histórica cuida de los déspotas. ¿Por qué crees que dictadores como Pol Pot, Bokassa e Idi Amin viven tanto y gente como Mozart, Jim Henson y la madre Teresa mueren relativamente jóvenes?
—No creo que podamos considerar joven a la madre Teresa.
—Al contrario… se suponía que viviría hasta los ciento veinte.
Una pausa.
—Vale, papá… ¿Cuál es el plan?
—Bien. Es increíblemente complejo y también increíblemente simple. Para evitar que Kaine se haga con el poder, debemos descarrilar al máximo a su patrocinador, la Corporación Goliath. Sin ella, no tiene poder. Para lograrlo, tenemos que garantizar… que Swindon gane la Superhoop.
—¿Y eso cómo?
—Está relacionado con la causalidad. Sucesos sin importancia tienen grandes consecuencias. Ya verás.
—No, me refiero a cómo voy a lograr que gane Swindon. Aparte de Kapok, Aubrey Jambe y quizá Biffo Mandible, los jugadores son todos, bueno, una mierda… por no dar más detalles. Sobre todo cuando los comparas con sus oponentes en la Superhoop, los Machacadores de Reading.
—Estoy seguro de que se te ocurrirá algo, pero cuida de Kapok… es el primero al que intentarán eliminar. Tendrás que hacerlo sola, garbancito, yo tengo mis propios problemas. Parece ser que la muerte de Nelson al comienzo de la batalla de Trafalgar no fue, después de todo, obra de Revisionistas Históricos franceses. Hablé con un conocido en la CronoGendarmería y le hizo gracia sólo la idea de que los Revisionistas fuesen a intentar hacer algo así; los modelos avanzados de flujo temporal con Napoleón como emperador de toda Europa no dan muy buenos resultados para Francia… a la larga están mucho mejor con las cosas tal y como sucedieron.
—Entonces, ¿quién mató a Nelson?
—Bien, el propio Nelson. No me preguntes la razón. Bueno, ¿para qué querías verme?
Tuve que pensar con cuidado.
—Bien… en realidad para nada. Te he visto hace tres horas y me has dicho que habíamos hablado, así que he venido a verte. Ahora supongo que debería pedirte que descubras quién intentaba matarme esta mañana, cosa que no podría hacer si no me hubiese encontrado contigo esta mañana, y te he visto esta mañana porque acabo de decirte que intentaban asesinarme —Papá rio.
—Es un poco como tener una secadora en la cabeza, garbancito. A veces no sé si estoy allá o ahora. Pero será mejor que compruebe lo del asesinato, por si acaso.
—Sí —dije, más confundida que nunca—. Supongo que será lo mejor.