NOTA DE LA AUTORA

Escogí este título, Hijo del fuego, no sólo porque describe al héroe y la heroína y el pasado de ambos, sino porque esta historia fue el fénix de mi carrera.

A principios de los noventa, vendí seis libros en un año y luego, durante cuatro años, no podía dejar a Alpo en una perrera. Aunque alcancé las listas de éxito y gané varios premios, mi carrera iba cuesta abajo.

En parte se debía a que el mercado del género de lo paranormal/futurista de principios de los noventa se agotó, y nosotros, los pioneros, nos quedamos sin contratos y tuvimos que buscar nuevos caminos.

Aunque probé con muchos otros géneros y completé varios libros, ningún editor los aceptó. Y mientras perseguía ese sueño, escribí lo que se denominaba un libro más «comercial», con todos los elementos de las tendencias más en boga a mediados de los noventa. No había ninguna razón para que no se vendiera.

Ese libro me granjeó el peor rechazo de mi carrera. La tristemente célebre frase pronunciada por una editora: «Nadie en esta editorial está interesado en trabajar con esta autora. No nos vuelvan a presentar su obra». Sí, fue como una patada en la boca, pero hasta el día de hoy, le doy las gracias a esa editora, porque cambió para siempre el rumbo de mi carrera como escritora y sé que nunca habría tenido el futuro que tengo hoy si ella no le hubiera escrito eso a mi agente.

Y, sin duda, tampoco tendríamos este libro.

Ese rechazo me hizo decidir que no quería tener éxito adaptándome a las «reglas» de otros. Siendo como soy una celta del sur, enderecé los hombros y dije en voz alta: «Si voy a fracasar, entonces lo haré a mi manera, escribiendo los libros que quiero escribir y sin escuchar a nadie excepto a mis personajes».

Esa misma tarde, me senté y comencé a escribir Hijo del fuego.

Sabía que nunca se vendería. Nadie querría un toque futurista y lo paranormal iba desapareciendo a gran velocidad. Pero no me importaba.

Syn y Shahara ardían en mi interior y esa era la única historia que podía contar. La escribí sin esperar que llegara nunca a ver la luz.

Irónicamente, acabó siendo el primer libro electrónico que se vendió en Nueva York de un autor publicado en papel. Dreams-Unlimited fue uno de los primeros editores de libros electrónicos, aunque no duró el tiempo suficiente para ver despegar de verdad ese mercado. No vendimos casi ningún ejemplar, pero siempre les agradeceré a Silke y Bonnee su entusiasmo por el libro y sus personajes. Chicos, sois fabulosos.

Y para los que ya hayan leído Hijo de la noche, decirles que en esta obra la línea temporal está un poco desplazada. Eso fue una decisión que tomé de forma consciente.

Originalmente, Hijo de la noche lo publicó otra editorial y mi actual agente me sugirió que me asegurara de eliminar cualquier cosa que relacionara los dos libros, para evitarme problemas con la editorial original. Por tanto, al reescribir Hijo del fuego para Dreams-Unlimited, me aparté aposta de la historia de Hijo de la noche y de su línea temporal. En el Hijo del fuego original, Nykyrian se llamaba Alexei y era un aristócrata que se había ido de casa.

Al reorganizar los dos libros como una serie, me di cuenta de que ese solapamiento de las historias seguía funcionando, pero que no ligaban al ciento por ciento. Por eso os pido vuestra comprensión como lectores. Hacer coincidir los tiempos hubiera roto la secuencia de acciones en ambos libros, además de interferir con algunos de los motivos de tales acciones. Para ser fiel a los personajes y sus historias, decidí dejar la línea temporal como estaba.

Espero que disfrutéis de esta nueva incursión en el universo Ichidian.

Un abrazo.

SHERRILYN KENYON