Escena única
(Periplectómeno, Pirgopolinices, Carión, Verdugos, Escéledro)
PERIPLECTÓMENO.— Llevároslo; si se niega a seguiros, cogedlo en volandas [1395] y sacadlo fuera y lo colgáis despatarrado entre cielo y tierra.
PIRGOPOLINICES.— ¡Periplectómeno, yo te suplico!
PERIPLECTÓMENO.— ¡Me suplicas en vano! Carión, mira que esté bien afilado el cuchillo.
CARIÓN.— ¡Si ya hace qué sé yo que está deseando cortarle al sinvergüenza éste esa tripa para colgársela al cuello como un sonajero a los chiquillos! [1400]
PIRGOPOLINICES.— Muerto soy.
PERIPLECTÓMENO.— Todavía no, no te anticipes.
CARIÓN.— ¿Me lanzo ya al ataque?
PERIPLECTÓMENO.— No, primero una paliza.
CARIÓN.— ¡Y que no va a ser chica!
[1401] ***
PERIPLECTÓMENO.— Sinvergüenza, ¿cómo te has atrevido a echar mano a la mujer de otro?
PIRGOPOLINICES.— Te juro que ha sido ella la que me ha solicitado.
PERIPLECTÓMENO.— Miente, arréale.
PIRGOPOLINICES.— Espera que acabe de contártelo.
PERIPLECTÓMENO.— (A los esclavos). ¿Por qué os paráis?
PIRGOPOLINICES.— ¿No se me permite hablar?
PERIPLECTÓMENO.— [1405] Venga, habla.
PIRGOPOLINICES.— Se me ha rogado que fuera a su casa.
PERIPLECTÓMENO.— ¿Y por qué has tenido el atrevimiento de ir? ¡Toma!
PIRGOPOLINICES.— ¡Ay, ay, basta ya de palos, por favor!
CARIÓN.— ¿Cuándo corto?
PERIPLECTÓMENO.— ¡Cuando quieras! ¡Estiradlo y desgarradlo!
PIRGOPOLINICES.— Yo te suplico que me escuches antes de que corte.
PERIPLECTÓMENO.— ¡Habla!
PIRGOPOLINICES.— Yo no he obrado a tontas y a locas; yo creía que era divorciada, [1410] y así me lo decía la esclava que hacía de tercera.
PERIPLECTÓMENO.— ¡Jura que no harás daño a nadie por los palos recibidos o por los que recibirás, si es que te dejamos escapar con vida, tú, el nieto de Venus!
PIRGOPOLINICES.— Juro por Júpiter y por Marte que no haré daño a nadie por los palos recibidos [1415] y además reconozco que me los tengo bien merecidos; y si salgo de aquí entero, no habrá sido castigada con exceso mi culpa.
PERIPLECTÓMENO.— ¿Y si no cumples tu juramento?
PIRGOPOLINICES.— Entonces páseme la vida sin testi… sin poder actuar de testigo.
CARIÓN.— Que se le dé otra ración de palos y luego dejadlo ir.
PIRGOPOLINICES.— Los dioses te lo paguen por haber salido en mi defensa. [1420]
CARIÓN.— ¡Venga entonces una moneda de oro!
PIRGOPOLINICES.— ¿A cuento de qué?
CARIÓN.— A cuento de que te dejemos ir sin daño de salva sea la parte, tú, el nieto de la señora Venus; de otra forma no escaparás de aquí, no te hagas ilusiones.
PIRGOPOLINICES.— Concedido.
CARIÓN.— Ahora te pones en razón. La túnica y la capa, puedes perder las esperanzas, ésas no te las llevas.
VERDUGOS.— ¿Le doy otra vez, o te ablandas y le sueltas? (A Periplectómeno).
PIRGOPOLINICES.— [1425] Yo sí que estoy ya más blando[52] que unos zorros a fuerza de palos, por favor.
PERIPLECTÓMENO.— ¡Soltadlo!
PIRGOPOLINICES.— Gracias.
PERIPLECTÓMENO.— Si te vuelvo a pescar otra vez aquí, no nos quedamos a medias como hoy.
PIRGOPOLINICES.— No tengo nada en contra.
PERIPLECTÓMENO.— Vamos dentro, Carión.
PIRGOPOLINICES.— Ah, aquí están mis esclavos. Tú, Escéledro, ¿se ha ido ya Filocomasio?
ESCÉLEDRO.— Ya hace mucho.
PIRGOPOLINICES.— ¡Ay de mí!
ESCÉLEDRO.— [1430] Más lo dirías si supieras lo que yo sé. Aquel del parche en el ojo no era un marinero.
PIRGOPOLINICES.— Pues ¿quién era entonces?
ESCÉLEDRO.— El amigo de Filocomasio.
PIRGOPOLINICES.— ¿Cómo lo sabes?
ESCÉLEDRO.— Sabiéndolo; porque en cuanto que salieron de la puerta de la ciudad, se pusieron en seguida a besarse y a abrazarse.
PIRGOPOLINICES.— [1435] ¡Ay, desgraciado de mí! El malvado de Palestrión ha sido el que me ha hecho caer en esta trampa. Pero reconozco que me lo tengo merecido; si les fuera igual al resto de los seductores de mujeres casadas no abundarían tanto, tendrían un poco más de prudencia y no se dedicarían tanto a semejantes asuntos. Vamos a casa. Distinguido público, ¡un aplauso!