17. La conversión

C. F. ANDREWS: ¿Qué le diría a un hombre que después de pensar y rogar mucho afirma que no puede salvarse ni tener paz, excepto convirtiéndose al cristianismo?

GANDHIJI: Diría que si un no-cristiano (digamos un hinduista) le afirma tal cosa a un cristiano, éste debería instarlo a que fuera un hinduista mejor antes que poner el acento en el cambio de fe.

C. F. A.: No comparto eso enteramente, a pesar de mi posición, que usted conoce. Hace mucho tiempo que dejé de lado la seguridad de que no hay salvación posible, excepto a través del cristianismo. Pero supongamos que el Movimiento del Grupo de Oxford le cambiará la vida a su hijo y que él sintiera que lo han convertido, ¿qué diría usted?

GANDHIJI: Diría que el Grupo de Oxford puede cambiar la vida de cuantas personas quiera, pero no su religión. Lo que sí pueden es hacerles prestar atención a lo mejor de sus respectivas religiones, cambiándoles la vida al pedirles que vivan de acuerdo con eso. Una vez se presentó ante mí un hombre, hijo de brahmanes, que afirmó que la lectura de vuestro libro sagrado lo había llevado a abrazar el cristianismo. Le pregunté si pensaba que la religión de sus mayores estaba equivocada. Me respondió que no. Entonces le dije: «¿Acaso tiene algún problema en aceptar la Biblia como uno de los más grandes libros religiosos del mundo y a Cristo como uno de los grandes maestros?». Continué diciéndole que había leído mal vuestro libro, que en toda vuestra literatura ustedes nunca instan a los hinduistas a aceptar la Biblia y a abrazar el cristianismo —a menos, por supuesto, que su posición sea semejante a la del difunto M. Mahommed Ali, que sostenía que «por mala que sea la vida de un musulmán es mejor que la de un buen hindú—.»

C. F. A.: No acepto en absoluto la posición de M. Mahommed Ali. Lo que sostengo es que si una persona necesita realmente cambiar sus creencias, no seré yo quien le cierre el paso.

GANDHIJI: ¿Pero acaso no comprende que no le da la menor oportunidad? Ni siquiera lo interroga seriamente. Supongamos que un cristiano se me acerca y me dice que está cautivado por la lectura del Bhagavad y que, por lo tanto, quiere declararse a sí mismo hinduista; yo le diría: «No. Lo que ofrece el Bhagavad lo ofrece también la Biblia. Usted ni siquiera intentó descubrir eso. Inténtelo y sea un buen cristiano».

C. F. A.: No sé. Si alguien dice seriamente que quisiera ser un buen cristiano, yo le diría, «Sí, puede serlo», aunque usted sabe que a lo largo de mi vida he disuadido enérgicamente ciertos ardientes entusiasmos de gente que se me acercó. Les decía, «Sin duda no será por mi consejo que haréis nada así». Pero la naturaleza humana requiere una fe concreta.

GANDHIJI: Si una persona quiere creer en la Biblia, dejemos que lo diga, pero ¿por qué habría de desechar su religión? Esta proselitización no contribuirá a la paz del mundo. La religión es un asunto muy personal. Debemos compartir con los otros lo mejor que tengamos, viviendo la vida de acuerdo con nuestro leal saber y entender. De esta manera nos incorporaremos a la suma total del esfuerzo humano por llegar a Dios.

«Considere», prosiguió Gandhiji, «si va a aceptar la posición de mutua tolerancia o la de igualdad de todas las religiones. Mi posición se basa en que todas las grandes religiones son fundamentalmente iguales. Debemos tener por las demás religiones el mismo respeto que tenemos por la propia. Recuerde, no mutua tolerancia sino respeto similar».

Hafan, 28-11-’38, p. 330

La conciencia no es lo mismo para todos. Por lo tanto, si bien es una buena guía para la conducta individual, el imponerle esa conducta a los demás sería una interferencia insufrible en la libertad de conciencia de todo el mundo.

Young India, 33-8-’28, P. 334