Me agradaría decirle al diligente lector de mis escritos y a quienes estén interesados en ellos que no me preocupa en absoluto parecer coherente. En mi búsqueda de la Verdad he descartado muchas ideas y aprendido muchas cosas nuevas. Pese a mi avanzada edad, no tengo la sensación de haber dejado de crecer interiormente ni de que mi crecimiento vaya a detenerse con la disolución de la carne. Lo que me preocupa es mi disposición a obedecer en todo momento a la llamada de la Verdad, que es mi Dios; por consiguiente, cuando alguien encuentre alguna incoherencia entre dos escritos míos que traten el mismo tema, si aún tiene fe en mi sensatez, hará bien en elegir el último de los dos.
– Harijan, 29 de abril de 1933, p. 2