Agradecimientos

A Manuel Durán, Virginia Galán, Mercedes López Molina y Marina Penalva-Halpin, que se leyeron el manuscrito mientras éste iba formándose. Sus comentarios, apreciaciones y recomendaciones me ayudaron a desarrollar esta historia.

A los doctores José B. del Valle y Carlos Velasco, del Centro de Instrucción de Medicina Aeroespacial (CIMA), por sus consejos sobre los efectos de la fuerza G en los seres humanos.

A Gerry Kennedy, Rob Churchill y Marcelo Dos Santos, los tres mayores expertos en el mundo sobre el Manuscrito Voynich. Sin sus magníficos estudios me hubiera sido muy difícil escribir esta novela.

A mi madre, auténtica devoradora de libros, que siguió el desarrollo de esta historia, paso a paso, párrafo a párrafo, hasta convertirse en una novela.

A Olga Adeva, mi querida editora, por el mimo con que trata mis textos.

A Pilar Cortés, que me empujó y me animó para lanzarme al maravilloso mundo de la narrativa.

Una parte de esta novela es de todos ellos…