BIBLIOGRAFÍA

La relación siguiente sólo contiene aquellos títulos que han sido citados en las notas. Se limita a las fuentes originales, incluidos las biografías y los estudios especiales, como Schlieffen Plan, de Ritter, que comprende material original. Una corta lista de obras de valor secundario se señala aparte.

Una bibliografía completa sobre el tema llenaría un libro. Ningún otro episodio en la historia aparece más documentado por los que participaron en el mismo. Parecen haber comprendido en vida que, al igual que la Revolución francesa, la Primera Guerra Mundial fue una de las grandes convulsiones de la humanidad, y todos notaban la mano de la historia apoyándose pesadamente en sus hombros. Cuando terminó, a pesar de todo el valor, habilidad y sacrificio, la guerra en que ellos habían intervenido demostró ser, en conjunto, un monumento al fracaso, la tragedia y la desilusión. No había dado paso a un mundo mejor, y los hombres que habían participado en un nivel de mando, político o militar, se sintieron impulsados a explicar sus decisiones y acciones. Hombres que habían caído de sus puestos de responsabilidad, de forma justificada o como cabezas de turco —y entre éstos figuraba la mayor parte de los comandantes del mes de agosto—, escribieron sus propias argumentaciones. Dado que cada relato aparece inevitablemente cargando la responsabilidad a alguna otra persona, ello provocaba una respuesta. Los desencuentros privados se hicieron públicos, y las controversias públicas se fueron extendiendo. Hombres que en otras circunstancias habrían guardado silencio, se sintieron obligados a hablar, como sir Horace Smith-Dorrien, instigado por sir John French. Los libros proliferaban. Escuelas de partidarios de un bando u otro, como las de Gallieni y Joffre, llenaban bibliotecas para la controversia.

A través de esta mezcolanza, el historiador busca su camino, tratando de descubrir la verdad de los acontecimientos pasados y averiguar «lo que ocurrió realmente». Descubre entonces que la verdad es subjetiva e independiente, compuesta de una serie de fragmentos vistos, experimentados y anotados por diferentes personas. Es como si miráramos a través de un caleidoscopio cuando el cilindro, en incesantes movimientos, forma una nueva imagen. Sin embargo, se trata de los mismos fragmentos que nos han ofrecido otra imagen momentos antes. Éste es el problema de los documentos legados por los actores de los hechos pasados. El famoso objetivo «wie es wirklich war» nunca lo podemos alcanzar de un modo completo.