XLII

Cuando oigo disertar acerca de los gozos reservados para los Elegidos, me limito a decir: «Sólo tengo confianza en el vino. ¡Dinero contante y sonante y no promesas! El ruido de los tambores sólo es agradable a distancia…».

XLIII

¡Bebe vino! Recibirás vida eterna. El vino es el único filtro que puede devolverte la juventud. ¡Divina estación de las rosas, del vino y de los amigos sinceros! Goza de este instante fugaz que es la vida.

XLIV

Bebe vino, porque dormirás largo tiempo bajo tierra, sin amigo y sin mujer. Te confío un secreto: los tulipanes marchitos no vuelven a florecer.