LXIV

Oigo decir que los amantes del vino se condenarán. No hay verdades, pero sí mentiras evidentes. Si los amantes del vino y del amor van al Infierno, el Paraíso debe de estar vacío.

LXV

Soy viejo. Mi pasión por ti me lleva a la tumba, porque no ceso de colmar de vino de dátiles esta gran copa. Mi pasión por ti ha liquidado mi razón. Y el tiempo deshoja sin piedad la bella rosa que tuve…

LXVI

Los hombres de cortos alcances u orgullosos establecen una diferencia entre el alma y el cuerpo. Yo sólo afirmo una cosa: el vino destruye nuestras preocupaciones y nos otorga la quietud perfecta.

LXVII

De la dicha, sólo el nombre conocemos. Nuestro más viejo amigo es el vino nuevo. Con la mirada y la mano, acaricia el único de nuestros bienes que no engaña: el jarro lleno de sangre del viñedo.