IV

Obra de modo que tu prójimo no deba sufrir a causa de tu sensatez. Domínate siempre. No te abandones jamás a la cólera. Si quieres alcanzar la paz definitiva, sonríe al Destino que te golpea, y no golpees a nadie.

V

¡Toda mi juventud florece hoy de nuevo! ¡Vino! ¡Vino! ¡Qué sus llamas me abrasen!… ¡Vino! De cualquier clase… No soy exigente. ¡El mejor vino, podéis creerme, lo encontraré amargo como la vida!

VI

Los hombres leen a veces el Corán, el Libro supremo; pero ¿quién se deleita con él todos los días? En el borde de todas las copas rebosantes de vino aparece cincelada una secreta máxima de sabiduría que saboreamos encantados.

VII

Puesto que ignoras lo que te reserva el mañana, procura ser dichoso hoy. Toma un jarro de vino, ve a sentarte al claro de luna, y bebe, pensando que tal vez mañana la luna te busque en vano.