Puedes sondear la noche que nos rodea. Puedes lanzarte a esta noche. No saldrás de ella. Adán y Eva: ¡cuan atroz debió de ser vuestro primer beso, puesto que nos habéis creado desesperados!
Este vapor que rodea a la rosa, ¿es una voluta de su perfume o la frágil muralla que le ha dejado la bruma? Esta cabellera que oculta tu rostro ¿es un resto de la noche que tu mirada va a disipar? ¡Despierta, amada! El sol dora nuestras copas. ¡Bebamos!
¡Mira! ¡Escucha! Una rosa tiembla en la brisa. Un ruiseñor le canta un himno apasionado. Una nube se ha detenido. ¡Bebamos vino! Olvidemos que esta brisa deshojará la rosa, y se llevará el canto del ruiseñor y esta nube que nos ofrece tan preciosa sombra.
Sólo el vino te librará de tus cuidados. Sólo el vino te impedirá vacilar entre las setenta y dos sectas. No te apartes del mago que tiene el poder de trasladarte al país del olvido.