CXL

Conténtate con saber que todo es misterio: la creación del mundo y la tuya, el destino del mundo y el tuyo. Sonríe a estos misterios como a un peligro que despreciaras. No creas que vas a saber algo cuando cruces la puerta de la Muerte. ¡Paz al hombre en el negro silencio del Más Allá!

CXLI

¡La aurora! ¡Felicidad y pureza! Un inmenso rubí destella en cada copa. Toma estas dos ramas de sándalo. Transforma esta en laúd, y abraza la otra para que nos perfume.

CXLII

Servidores, no traigáis las lámparas, puesto que mis comensales, extenuados, se han dormido. Veo lo bastante para advertir su palidez. Tendidos y fríos, así estarán en la noche de la tumba. No traigáis lámparas, porque no hay aurora para los muertos.