C

El amor que no devasta no es amor. ¿Un tizón esparce el calor de una hoguera? Noche y día, durante toda su vida, el verdadero amante se consume de dolor y de gozo.

CI

Cuando cese de existir, ya rio habrá rosas, ni cipreses, ni labios rojos ni vino perfumado. Ya no habrá auroras ni crepúsculos, gozos ni pesares. El universo dejará de existir, puesto que su realidad depende de nuestra mente.

CII

He aquí la única verdad. Somos los peones de la misteriosa partida de ajedrez que juega Alá. Él nos mueve, nos detiene, vuelve a empujarnos, y al final nos arroja, uno a uno, a la caja de la nada.

CIII

Escucha este gran secreto. Cuando la primera aurora iluminó al mundo, Adán era ya solamente una criatura de dolor que llamaba a la noche, que llamaba a la Muerte.