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La bolsa o la vida:
o cuando los principios económicos mueven el mundo

El Canal de Panamá, uno de los grandes logros de la ingeniería mundial, estaba previsto que fuese construido inicialmente en Nicaragua. La obra, encargada al ingeniero francés Ferdinand de Lesseps, constructor del Canal de Suez, junto a su colaborador Philippe Bunau-Varilla, estuvo repleta de mentiras y engaños y el cambio de país lo decidió la publicación de un sello de correos. El 9 de enero de 1902 la Cámara de Representantes de Estados Unidos votó de manera casi unánime a favor de que el canal se construyera en Nicaragua. El 6 de junio de ese año el Senado tenía previsto votar la aprobación del proyecto pero ese mismo día el Monte Pelado se puso en erupción en la isla de la Martinica destruyendo la ciudad de San Pedro. Todos los medios norteamericanos se hicieron eco de la noticia. Bunau-Varilla que tenía intereses personales para lograr que el canal se construyera en Panamá realzó la noticia. Sin embargo, cuando el presidente nicaragüense escribió al presidente norteamericano negando la veracidad de la noticia, hecho confirmado por el senador John T. Morgan que se encontraba en el país, las perspectivas de Bunau-Varilla se esfumaron. Casualmente al ambicioso colaborador de Lesseps le llegó un sello de cinco pesos de Nicaragua en el que aparecía un volcán en erupción. Antes de la votación, Bunau-Varilla hizo una copia de aquel sello y lo entregó de forma anónima a cada uno de los senadores norteamericanos con una nota que decía: «Sello de Correo de la República de Nicaragua. Confesión oficial de la actividad volcánica en Nicaragua». Los senadores, preocupados, se decantaron por la opción de Panamá. Estados Unidos invirtió quinientos millones de dólares en el Canal de Panamá.

En 1867 Rusia consideraba que Alaska era un terreno baldío, improductivo y gélido que nunca daría frutos al vasto imperio de los zares. Rusia consideraba que era una tierra imposible de colonizar y no merecía la pena realizar un esfuerzo económico y militar para defender su soberanía sobre aquel territorio. La fracasada campaña rusa contra Japón, las necesidades de tesorería de la hacienda rusa y el deseo del zar de evitar que Alaska pasara a jurisdicción británica permitió a los Estados Unidos iniciar las negociaciones de compra. El zar Alejandro II encargó al diplomático Eduard Andreevich Stoeckl que entablara conversaciones con el secretario de Estado William H. Seward, quien negoció sin el conocimiento del presidente norteamericano Andrew Johnson. La compra se acordó por 7,2 millones de dólares, tuvo que pasar un duro trámite en el Congreso, que aprobó la operación por un solo voto, y recibió innumerables críticas de la prensa, en especial del The New York Tribune que la calificó de «estupidez» o el «nuevo frigorífico nacional». La compra se hizo efectiva el 18 de octubre de 1867. Pero el descubrimiento de oro a partir de la década de 1890 cambió por completo la percepción que los norteamericanos tuvieron de tan criticada inversión. Y Alaska se ha convertido hoy en uno de los principales yacimientos de materias primas para el país.

La sede de la Organización de las Naciones Unidas se encuentra ubicada en Nueva York gracias a un millonario donativo entregado por la familia Rockefeller. A mediados de 1946, una vez elegido Estados Unidos como lugar de emplazamiento de su sede central, un comité de expertos nombrado por Naciones Unidas debía estudiar las posibles ubicaciones. Se estudiaron varias ciudades como Boston, Filadelfia, San Francisco y Nueva York. En esta última, las opciones de Manhattan no figuraban entre las más sólidas pues los expertos se decantaron por otras zonas más al norte de la ciudad. Pero John D. Rockefeller jr. financió la compra de 17 acres de terreno en la parte oriental del Midtown de Manhattan, junto al East River, adquiridas a William Zechendorf, el principal constructor neoyorquino de la época, por un importe de 8,5 millones de dólares. La familia tenía intención de ubicar la sede en su propiedad de Kykuit, pero los funcionarios de la ONU la consideraron demasiada alejada del centro. Tan generosa donación no pasó desapercibida en Naciones Unidas y el 14 de diciembre de 1946 la oferta de los Rockefeller fue aceptada por una amplia mayoría de países. Y de su construcción se ocupó Wallace Harrison, el arquitecto de la familia.

La torre Eiffel se pudo haber edificado en Barcelona si los responsables del ayuntamiento de la ciudad condal hubieran acogido con más entusiasmo la propuesta del ingeniero francés de edificar una gran torre para conmemorar la celebración de la Exposición Universal de 1888. Sin embargo, las principales autoridades del ayuntamiento consideraron que la idea de Eiffel era, además de peregrina y excéntrica, excesivamente cara para ser costeada por el consistorio y en su lugar prefirieron erigir una obra más clásica como es el Arco del Triunfo, ubicado al comienzo del Paseo de San Juan.

Los Juegos Olímpicos de Montreal’76 supusieron un antes y un después en la historia del movimiento olímpico internacional. Antes de que la ciudad canadiense fuese seleccionada para organizar los vigésimos primeros juegos, la elección de una sede significaba para el país un orgullo y un impulso a su imagen internacional. Pero el Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de Montreal declaró unas pérdidas de mil millones de dólares, un déficit que sus habitantes tuvieron que asumir a base de impuestos durante los treinta años siguientes. No sólo fue una cuestión de deuda. Alguna de sus más emblemáticas construcciones, como el estadio olímpico, generaron un gasto extraordinario para el erario público por el poco partido que se hizo de la instalación olímpica. Moscú’80 se convirtió en un instrumento de propaganda de la dictadura soviética. A partir de Los Ángeles’84, el Comité Organizador dirigido por Peter Ueberroth, que coordinó un amplio espectro de empresas privadas, logró generar unos beneficios económicos de 250 millones de euros. Por primera vez desde 1932 unos Juegos Olímpicos generaban beneficios y, desde esas olimpiadas, el COI recurrió al patrocinio privado y a los derechos de televisión para financiar los Juegos.

La primera Caja de Ahorros (Saving Bank) de la historia se fundó en la pequeña ciudad escocesa de Ruthwell, en 1810. El pastor Henry Duncan, preocupado por ayudar a sus feligreses para que no lo malgastaran en cosas superfluas, impulsó la creación de estas instituciones pagándoles unos intereses por cada imposición. Con los beneficios que obtenía, el pastor dedicó el dinero a obras sociales. El éxito de la iniciativa propició que la idea fuera copiada en otras localidades del Reino Unido, lográndose en 1817 que el Parlamento aprobara una ley reguladora de este tipo de instituciones bancarias.

Las dudas iniciales de los Reyes Católicos sobre el viaje propuesto por Cristóbal Colón para buscar una nueva ruta hacia Oriente tenían un trasfondo económico. La expedición que se hizo en nombre del reino de Castilla se financió con los medios aportados por la reina Isabel —es un mito el que empeñara sus joyas—, por eso los reinos descubiertos pertenecieron a la corona de Castilla de aquella España recién unificada. No obstante, cada banquete organizado por Isabel y Fernando costaba la mitad que toda la primera expedición colombina a América.

La Torre Eiffel, el símbolo más representativo de la ciudad de París, podía no haber seguido en pie dos años después de su construcción. Con motivo de la conmemoración del centenario de la Revolución Francesa se decidió celebrar una Exposición Universal. Entre los proyectos que se presentaron para conmemorar este evento figuraba la construcción de una estructura metálica en forma de torre que pudiera ser contemplada desde distintos puntos de la ciudad. La idea había sido concebida en 1884 por el ingeniero Gustav Eiffel. Cuando se dio a conocer el proyecto los parisinos lo rechazaron con vehemencia aunque finalmente la torre se inauguró el 31 de agosto de 1889, después de tres años de obras y de numerosas protestas populares. Las autoridades parisinas cedieron el terreno por veinte años con el compromiso que la torre sería demolida veinte años después. Sin embargo, ante el rechazo que provocó la edificación las autoridades decidieron que al concluir la Exposición Universal en 1900 el armatoste de hierros sería desarmado ante la imposibilidad de darle una utilidad y debido a los altos costes de mantenimiento. Sin embargo, la propuesta del capitán Gustave Ferrié de darle una utilidad como centro para la instalación de antenas y equipos de radio logró salvar el proyecto. Con la financiación de Eiffel se estableció una red telegráfica sin hilo que se convirtió en un éxito sin precedentes y la base de la tecnología de la comunicación en el futuro.

La lista de los diez hechos que han marcado la historia de Internet la ha publicado el comité que entrega anualmente los Webby Awards, los premios más prestigiosos dedicados a la red. Son los siguientes: 1. El boom y la caída de las dot.com (1995-2001). Al salir a Bolsa las empresa puntocom lograron captar millones de dólares para internet, nuevas tecnologías, marketing y fibra óptica de donde salieron empresas como Google. El ocaso posterior convirtió a Internet en el centro de atención de la opinión pública mundial; 2. Drudge Report da a conocer el escándalo Lewinsky (1998). Su website personal fue más leída que las páginas web de los principales medios norteamericanos. Este sitio provocó el nacimiento de lo que en la actualidad se conocen como blogs o diarios personales; 3. Jeff Bezos, de Amazon, es elegido hombre del año por la revista Time (1999). A partir de ese momento los vendedores de artículos online lograron incrementar sus ventas en un 50%; 4. El papel de Internet en diferentes elecciones, como las de 2004 en Estados Unidos, Ucrania y España, sirvió para hacer campaña electoral y llamar a las protestas populares; 5. El atentado terrorista del 11 de septiembre (2001). Ese día, millones de personas en todo el mundo se informaron a través de la red, enviaron mails a sus seres queridos y trataron de movilizarse contra el terrorismo; 6. El tsunami de Asia (2005). Mientras los canales de televisión y las agencias de noticias se dirigían hacia el lugar del desastre, la gente recogió con sus cámaras la magnitud de la tragedia; 7. El cierre de Napster (2001) cuya creación había marcado una nueva tendencia en Internet; 8. Live 8 en AOL (2005). Más de 5 millones de personas siguieron los conciertos alrededor del mundo a través del ordenador. 9. El boom de Match.com (2002). Entre el 2001 y el 2002, el espacio para encontrar pareja creció más de un 175%, probando que las citas online eran más aceptadas que nunca entre los usuarios; 10. El SARS es descubierto a través de Internet (2003). Cuando el fatal y nuevo virus hizo su aparición, la Organización Mundial de la Salud usó la web para conectar a científicos de 14 países diferentes. Todos trabajaron en tiempo real compartiendo información y los resultados de sus exámenes. Antes de un mes habían descubierto el SARS.

En diciembre de 2008 saltaba el escándalo financiero más importante del siglo después de la debacle de los mercados unos meses antes. El financiero de 70 años, Bernard L. Madoff, antiguo director del Nasdaq, era un hombre de negocios respetado por los multimillonarios de todo el mundo. Sólo los muy privilegiados podían acceder a sus inversiones. Pero Madoff les estafó 50 000 millones de dólares a lo largo de veinte años. Esta estrategia no era nueva. La operativa piramidal ya la había aplicado en 1984 a banqueira do povo, la banquera del pueblo, Branca dos Santos, una portuguesa que captaba fondos de personas necesitadas ofreciendo una rentabilidad del 10% anual. Durante 15 años mantuvo intacto su negocio pero en 1984 su estafa salió a la luz cuando de repente dejó de pagar los intereses a sus clientes. Su estafa era más modesta, 180 millones de euros.

Durante la Segunda Guerra Mundial el régimen nazi realizó la falsificación de moneda extranjera más importante de la historia. Se trataba de la Operación Krüger ideada por Heinrich Himmler y Reinhard Heydrich y llevaba a cabo por el coronel Bernhard Krüger, destacado agente de las SS. La operación, realizada desde la oficina 6-F-4 de Berlín, consistía en falsificar moneda inglesa y ponerla en circulación en el Reino Unido con el fin de provocar una alta inflación en el país, pagar a los colaboradores ingleses, financiar la Gestapo, financiar compras de material bélico en los países neutrales y dañar la economía inglesa. En 1942 el Reino Unido estaba repleto de billetes falsos pero el plan fracasó porque el Banco de Inglaterra decidió que aquella emisión se aceptaba como de curso legal.

El 24 de enero de 2008 el banco francés Société Générale anunciaba que había sido víctima de un fraude excepcional que le iba a costar 4950 millones de euros, que se sumaba a los 2500 millones en las cuentas del cuarto trimestre del año como consecuencia de la crisis de los créditos hipotecarios de Estados Unidos. El fraude lo había cometido un empleado de 31 años, Jeróme Kerviel, que desde ese momento muchos consideraron el paladín de la Justicia y el Che Guevara de las finanzas. Nunca un empleado había robado tanto dinero a su propio banco. Aquel robo ayudó a salvar a Estados Unidos de una recesión porque cuando SG canceló las apuestas arriesgadas de Kerviel acelerando el derrumbe del mercado, la Reserva Federal tuvo que intervenir para recortar de nuevo las tasas de interés. Pero Kerviel había hecho ganar previamente a SG más de 55 millones de euros en el año anterior. Su error fue no prever que se desplomaría la bolsa en 2008 y apostó a un repunte de los índices bursátiles. Kerviel había invertido 50 000 millones de euros pero al deshacer los contratos de futuros la entidad bancaria perdió los 4900 millones de euros. ¿Por qué había arriesgado tanto Kerviel? Sencillamente, para ganarse un bonus a final de año. Aquel bonus significó el mayor fraude de un empleado a su propia empresa.

Durante la Segunda Guerra Mundial el alto mando militar de los Estados Unidos necesitaba ahorrar millones de dólares para sostener la alta maquinaria de guerra. Una de las medidas que tomó fue contratar a un zapatero de Dallas, León Leonwood Bean, al que nombró contratista de compras. El cometido de Bean era complejo pero introdujo una medida que cumplía los objetivos del gobierno. Eliminó las botas de dieciséis pulgadas de altura de caña y las sustituyó por otras de cuatro pulgadas menos. No sólo logró aligerar el peso de las botas y hacerlas más apropiadas para los soldados, el gobierno logró ahorrar millones de dólares que dedicó a otros menesteres militares más útiles.

El ferrocarril más largo jamás construido es el Transiberiano que desde Moscú al puerto de Vladivostok, en el Pacífico, recorre una distancia de 9297 km. A lo largo de su largo trayecto cruza el antiguo imperio soviético. Tiene dos enlaces que amplían su distancia: el ramal que avanza hasta Pekín, vía Mongolia y el enlace marítimo Najodka con Yokohama en Japón. La construcción se inició a instancias del zar Nicolás II en 1891 quien deseaba evitar que sus súbditos tuviesen que realizar largos viajes en carretas entre las inhóspitas tierras de su vasto imperio, por el desierto del Gobi o los densos bosques siberianos y fomentar la relación comercial entre sus pueblos. El ferrocarril fue avanzando construido por presidiarios y opositores al régimen zarista durante ocho etapas, teniendo que vencerse los grandes obstáculos que presentaba la naturaleza. Un año antes de la revolución rusa de 1917 se había logrado avanzar 1950 km. El coste total de la construcción del Transiberiano ascendió a 585 millones de dólares, una cantidad que triplicó el presupuesto inicial y mermó considerablemente la hacienda rusa.

Desde el año 1782 el reino de Siam —en la actualidad Tailandia— estaba regido por una monarquía absoluta bajo el control de la familia real Chakri. Desde el 26 de noviembre de 1925 el trono lo ocupaba el rey Phra-Pok-Klao Chaoyuhua, más conocido como rey Rama VII, aunque el pueblo le llamaba rey Prajadhipok. Como la situación interna del país era muy intestable, el monarca firmó una póliza de seguro millonaria con la compañía británica Lloyd’s que le indemnizaba en caso de perder el poder. En 1932, Siam sufrió un sangriento golpe de Estado encabezado por los coroneles Phraya Phahol Pholphayuhasena y Phraya Songsuradej. El rey partió hacia el exilio y exigió a Lloyds que cumpliera con el trato. Fue la primera y única póliza de seguros de la historia de estas características. El rey vivió cómoda y felizmente en Suiza hasta su muerte en 1941.

Sociéte Générale también es el protagonista de uno de los mayores robos de la historia bancaria. Lo llevó a cabo un antiguo mercenario de la OAS francesa, Alberto Spaggiari, al frente de un grupo de intrépidos asaltantes. En 1976 Spaggiari era dueño de un reconocido estudio fotográfico en Niza y supo que desde su oficina se podía acceder a uno de los conductos de la red de alcantarillas que conducía directamente a las medianeras del banco Société Génerale. Sin pensárselo dos veces, alquiló una caja de seguridad en la que introdujo un despertador de gran potencia. Después de nueve semanas intensas de duro trabajo por las alcantarillas, aprovechando el puente festivo en el que se celebraba la fiesta nacional francesa, su equipo de asaltantes entró en el banco, saqueó las cajas de seguridad y después de más de tres días vaciándolo todo huyeron con el botín. El botín alcanzaba la astronómica cifra de cincuenta millones de francos (unos 35 millones de euros de la época). Tan seguros estaban de su éxito que celebraron una gran fiesta gastronómica que duró 24 horas. Allí la policía encontró caviar, quesos y champagne francés. Aquella fiesta les imposibilitó seguir abriendo cajas de seguridad: el botín hubiese alcanzado los 140 millones de dólares. Antes de su huida la banda escribió en las paredes del banco: «Ni armes, ni violence et sans haine» («Sin armas, sin violencia y sin odio»). A los tres meses, Spaggiari fue detenido e interrogado. No hallaron prueba contra él pero la policía decidió encausarle. Unos días antes del juicio su abogado, Jacques Peyrat, más tarde alcalde de la ciudad, consiguió que su cliente testificara ante el juez para contarle la verdad con el fin de conseguir una reducción de la pena. Antes de terminar su relato, Spaggiari saltó desde una ventana del Palacio de Justicia y logró huir. Desapareció para siempre, dejó escrito un libro en el que relataba su hazaña y el botín no se localizó. Se sospechó que vivía en Argentina y realizó a su madre muchas visitas en Francia sin que la policía le pudiera detener.

Cuando el 31 de diciembre a las doce la noche, al son de las doce campanadas, los españoles nos comemos las doce uvas, símbolo del cambio de año, no rememoramos ninguna tradición secular. La ingesta de uvas en Nochevieja data de comienzos del siglo XX. En el año 1909 los viñedos españoles dieron una uva de gran calidad aunque también excesiva. Para evitar desperdiciar los excedentes a los bodegueros se les ocurrió vender los racimos a un buen precio sugiriendo comerse un grano por cada campanada que anunciaba el año nuevo. La propuesta corrió de boca en boca y tuvo tanto éxito que desde ese año los españoles nos atragantamos cada Nochevieja con las uvas enteras o peladas, el cava y los matasuegras.

La cadena Sheraton recibe este nombre por la tacañería de sus propietarios. En 1937 los empresarios Ernest Henderson y Robert Moore adquirieron su primer hotel Stonehaven en Springfield (Massachussets) y dos años más tarde compraron el Lee House de Washington y el hotel Sheraton de Boston. Como les resultaba muy caro cambiar las luces de neón que lucía el hotel bostoniano decidieron que toda la cadena recibiría ese nombre. Pronto expandieron sus propiedades por todo Estados Unidos bajo la marca Sheraton y tal fue el éxito que adquirió que se convirtió en la primera cadena hotelera en cotizar en la Bolsa de Nueva York. A partir de 1949, los dueños de Sheraton decidieron expandirse internacionalmente adquiriendo dos cadenas de hoteles en Canadá y posteriormente en el resto del mundo. En 1985 consiguieron abrir en la República Popular China el primer hotel de una cadena occidental.

La cadena Westin International Hotels se fundó de casualidad en la cafetería de un hotel de Washington. En 1930 la fortuna hizo coincidir a Severt W. Thurston y Frank Dupar, ambos de Yakima (Washington) en la cafetería de un hotel de la competencia. Decidieron desayunar juntos, buscaron fórmulas para hacer más eficaz la gestión de sus hoteles y esa misma mañana formalizaron la alianza para crear la que con el tiempo sería una de las cadenas hoteleras de mayor proyección internacional. En 2005 la cadena cumplió su 75 aniversario.

Las tarjetas de crédito, conocido como el dinero de plástico, fueron inventadas en 1950 por el empresario norteamericano Frank McNamara. El industrial se encontraba en el prestigioso restaurante neoyorquino Major’s Cabin Grill cuando en el momento de pagar cayó en la cuenta que se había dejado la cartera en casa. Llamó a su esposa quien le hizo llegar el dinero inmediatamente. En febrero de 1950 surgió la primera tarjeta de crédito comercial Diners Club, montada con su socio Raplh Schneider.

El primer anuncio conocido de la historia data del año 3000 a. C. Entre las ruinas de la ciudad egipcia de Tebas, antigua capital del Imperio Nuevo del antiguo Egipto, en la ribera oriental del Nilo, apareció un texto escrito en el que un amo ofrecía una moneda de oro como recompensa para quien capturara vivo a Shem, un esclavo que había huido de su propiedad.

El primer anuncio televisivo se emitió el 1 de julio de 1941 en la cadena norteamericana WNBT antes de la retransmisión del partido de béisbol que enfrentaba a los Philadelphia Phillies y los Brooklyn Dodgers. El anuncio de relojes Bulova apareció durante diez segundos en la esquina inferior derecha de la pantalla mientras una voz en off resaltaba las excelencias de aquellos relojes. El anunciante pagó 9 dólares por aquella histórica aparición.

Marco Polo no introdujo en Europa los espaguetis, pues la primera referencia que se tiene de ellos en un diccionario gastronómico italiano data de 1873. Sin embargo, en alguno de sus viajes, el valiente explorador conoció algún otro tipo de pasta como les ocurría a griegos y romanos, en cuya gastronomía diaria utilizaban sémola de trigo para la elaboración de cintas y pasta rellena. En estas civilizaciones, incluso, se tiene referencia del consumo de pasta importada por mercaderes árabes procedentes de Oriente.

Hace más de un siglo se fundó en Estados Unidos la marca de cosméticos Avon. Su creación fue fruto de la casualidad. El vendedor de libros David McConnell colocaba casa por casa su colección de enciclopedias premiando con un perfume a sus mejores clientes. En un momento determinado los perfumes tuvieron más éxito que los libros y con un pequeño capital fundó la California Perfume Co. En 1959, cincuenta años más tarde, durante un viaje a Inglaterra visitó el pueblo natal de Shakespeare, Strafford Upon Avon, y honrando la memoria de su primer trabajo cambió el nombre de la compañía por Avon Cosmetics.

El Casino de Monte-Carlo ha sido el testigo más deslumbrante de la evolución de la ciudad-estado. Adosado junto al mar, alberga también la Opera, y se ha convertido en el principal recurso financiero de la familia principesca de los Grimaldi. El casino dio renombre al Principado de Mónaco. Sucedió en 1863 cuando François Blanc, un avispado hombre de negocios francés, logró que Carlos III, príncipe de Mónaco, le permitiese construir un lujoso casino sobre el peñasco que protegía la ciudad. Le prometió ingresos generosos durante varias generaciones. Carlos III accedió y cuando Charles Garnier, el arquitecto, terminó la obra Blanc bautizó el casino como Monte Carlo en honor al monarca. Más tarde el nombre derivó en el actual Montecarlo.

La fecundidad y la capacidad de colonización de los conejos ha tenido, en ocasiones, consecuencias desastrosas para el medio ambiente. Pero en Australia se ha convertido en una de las más terribles plagas de la historia. Todo comenzó en 1859 cuando Thomas Austin, un granjero australiano, cruzó 24 conejos salvajes que había importado de Inglaterra con otros domésticos que tenía en su granja. Algunos de los ejemplares lograron escapar extendiéndose por los campos cercanos. En estado salvaje los conejos australianos se reprodujeron de una manera increíblemente rápida convirtiéndose en una plaga devastadora. Los siguientes diez años se capturaron más de dos millones de animales anuales. En 1950 había más de 600 millones de conejos en Australia y se decidió tomar medidas drásticas para evitar las pérdidas millonarias de los agricultores del país austral debido al fracaso de los métodos convencionales de control de las poblaciones de lepóridos. Para ello se introdujo el virus de la mixomatosis que supuso la muerte de más de 100 millones de ejemplares. Aunque el virus afectó al 99% de los conejos muchos de ellos lograron quedar inmunes a la enfermedad y en la actualidad se estima que Australia cuenta con una población de más de 300 millones de conejos salvajes que suponen pérdidas millonarias para la agricultura del país y un riesgo para su ecosistema.

Una comisión británica consideró que el Volkswagen Escarabajo no tendría ningún éxito comercial porque se trataba «de un vehículo feo, ruidoso y sin cualidades atractivas para los compradores». Otra comisión, esta vez norteamericana, declaró que aquel modelo no tenía ningún futuro porque «no vale nada». Ambas comisiones, reunidas al terminar la Segunda Guerra Mundial, erraron en su valoración. El Volkswagen (el coche del pueblo, en alemán) fue diseñado en Alemania en 1936 por Ferdinand Porsche a instancias de Adolf Hitler. El dictador, con el fin de lograr una mayor eficacia en sus trabajadores, deseaba tener en el mercado un vehículo fiable, económico y sencillo de manejar que no superase los 100 km/h. Porsche diseñó un automóvil en forma de escarabajo que se vendía al módico precio de 5 marcos semanales. El 26 de mayo de 1938 Porsche firmó con el gobierno alemán el contrato de comercialización pero al iniciarse la Segunda Guerra Mundial el 1 de septiembre de 1939 los talleres de la Volkswagen se emplearon para la fabricación de material bélico y los 286 millones de marcos comprometidos para fabricar el Escarabajo se destinaron a la industria de guerra. El 25 de mayo de 1945, el régimen nazi fue derrotado y los aliados retomaron el proyecto de Hitler y Porsche pero sin una gran confianza en que lograra muchas ventas. Volkswagen pasó de nuevo a manos alemanas y el éxito entre los alemanes fue inmediato. A partir de 1959, gracias a una agresiva campaña publicitaria en Estados Unidos, el Escarabajo alemán se convirtió en Beetle, y la percepción del turismo cambió por completo. Hasta que se dejó de fabricar en el año 2003 se habían vendido en el mundo más de veinte millones de unidades.

La crisis financiera de 2008 se ha considerado de las más graves de la historia. Pero hubo otras crisis que cambiaron la historia del mundo y nadie se acuerda ya de ellas. Cuando nos encontramos ante una crisis mundial la tendencia es pensar que será irrepetible y que no ha habido antecedentes históricos similares a excepción de la crisis de 1929 que provocó el crash bursátil en Estados Unidos y tuvo consecuencias en todas las economías del mundo.

En 1866 el banco Overend & Guerney se declaró en quiebra. Aprovechando la coyuntura, otros bancos también se declararon en quiebra, aunque muchos de ellos eran solventes. Lo hicieron para que el Banco de Inglaterra inyectara liquidez en el mercado.

En 1890 la deuda que el gobierno Argentino tenía con el Baring Brothers & Co. provocó la primera intervención de los bancos centrales en la economía. Barings había sido fundada en 1762 con el nombre de John and Francis Baring Company, convertido en Baring Brothers & Co. en 1806. Esta institución bancaria financió la adquisición de La Luisiana a Estados Unidos, aunque en realidad el territorio americano era propiedad del banco porque la adquirió por medio de bonos del Estado que Napoleón Bonaparte vendió a Barings con un importante descuento por lo que Francia sólo recibió una pequeña cantidad en metálico. En 1890 el Banco tenía una sobreexposición de deuda argentina y el gobernador del Banco de Inglaterra dio la orden de intervenir la institución con 18 millones de libras para evitar el pánico general y como forma de regular los mercados. La deuda vencida con Argentina se renegoció, pero el país austral no recibió dinero exterior durante una década.

En 1985, había sucedido algo parecido a lo ocurrido en octubre de 2008. Los bancos de ahorros y préstamos de Estados Unidos ofrecían hipotecas a pequeños inversionistas. A partir de los ochenta podían realizar operaciones más arriesgadas y competir con los bancos comerciales. Cinco años más tarde una cuarta parte se encontraba en la bancarrota y el gobierno tuvo que intervenir. El costo del rescate fue de 150 000 millones de dólares.

En 1987 la Bolsa de Estados Unidos sufrió la mayor caída de la historia con un índice promedio industrial de caída del Dow Jones del 22%. El efecto dominó en Europa y Japón fue inmediato. El colapso sobrevino por la idea de que muchas compañías eran adquiridas con dinero de préstamos bancarios, por el estancamiento de la economía americana y por el valor del dólar cada vez menos influyente en los mercados internacionales. Alemania depreció el marco y los bancos centrales se vieron obligados a bajar las tasas de interés.

En el año 2000 el colapso financiero de las empresas dot.com se volvió una locura financiera. Cuando Time Warner compró AOL por 200 000 millones de dólares en enero de 2000 la euforia por este tipo de operaciones estaba a la orden del día. Pero en marzo el índice Nasdaq se desplomó hasta un 75% con consecuencias funestas para la economía norteamericana y mundial que produjo desaceleración unos meses más tarde.