De la nada al todo:
creaciones, inventos y otras curiosidades
El célebre croissant francés, símbolo de la gastronomía gala, es en realidad un invento del gremio de pasteleros de Viena. Cuando en 1683 el Imperio Otomano trató de invadir el Imperio Austrohúngaro por segunda vez tras haberlo intentado en 1529, la principal puerta de entrada a Europa, los turcos establecieron como objetivo estratégico la conquista de Viena por ser la capital centroeuropea desde la que partían las rutas marítimas (a través del Danubio) y terrestres de Centroeuropa. Los vieneses soportaron un largo y doloroso asedio hasta que en la decisiva Batalla de Viena, con la ayuda de las tropas polacas, lograron derrotar al enemigo turco. Para celebrar la victoria, el gremio de pasteleros de Viena organizó un concurso para escoger un pastel conmemorativo de tan señalada fecha. Se llevó el primer premio un brioche en forma de media luna igual al que los turcos llevaban en sus banderas.
La primera referencia francesa del croissant data de 1853 cuando Anselme Payen escribió su receta en el célebre libro de gastronomía francés Des substanees alimentaires.
En el tiempo en que el emperador Constantino decretó la libertad de los cristianos el Santo Padre fue Silvestre, canonizado años más tarde. El emperador, a quien había bautizado San Silvestre, donó al pontífice el palacio romano de Letrán, que se convirtió gracias a este presente en la residencia papal. Además de aplacar el arrianismo, el Santo Padre convocó en el año 325 el Concilio de Nicea que declaró no católicos a aquellos que no creyesen que Jesucrito es Dios. Se debe a este pontífice la utilización del domingo (domenica) en memoria de la Resurrección de Cristo.
Aristóteles vio la luz el año 384 a. C. en Estagira, de ahí su sobrenombre de el Estagirita. Como miembro de la familia de los Aclepíades, que se decían descendientes del dios fundador de la medicina, tenía gran predicamento entre sus conciudadanos y las generaciones posteriores. Tal vez por eso cuando afirmó que la mosca doméstica tenía cuatro patas todo el mundo creyó en su versión. Hasta tal punto es así que por los siglos de los siglos sus contemporáneos, los biólogos, los copistas de los monasterios y en los millones de libros publicados se afirmaba, como decía Aristóteles, que la mosca tenía cuatro patas. Eso ocurrió hasta que a mediados del siglo XIX alguien decidió enmendar la plana al sabio griego. Y corrigió un error histórico porque la mosca doméstica lo que en realidad tiene son seis patas.
El antiguo calendario solar ideado por los mayas hace más de 5000 años es el más perfecto de los creados por el hombre antiguo. Sin los instrumentos científicos y tecnológicos avanzados de los siglos posteriores para la medición, el pueblo maya logró determinar de manera certera que cada 104 años el sol, la luna y el planeta Venus se encuentran en la misma alineación. Además, los mayas lograron establecer que la duración del año solar es de 365,2420 días, con una diferencia mínima de 0,0002 días de diferencia sobre el cálculo actual. Un prodigio que ha sorprendido siempre a los astrónomos y arqueólogos que han estudiado una de las culturas más sorprendentes de la humanidad. El final de los tiempos, según los mayas, será el día 22 de diciembre de 2012.
Los expertos en vinos aconsejan que la copa más adecuada para servir el champagne sea tipo flauta, alta y estrecha con la parte superior ligeramente curvada hacia el interior. No siempre ha sido así. Unos siglos antes, en las grandes mesas europeas, el champagne se servía en copas más bajas y de boca ancha. Existen dos leyendas sobre el método que adoptaron los productores de champagne para elaborar sus modelos. El primero dice que el molde correspondía al pecho de la reina María Leszczynsca. El segundo, que los pechos de la reina no eran tan voluptuosos y como simple peón de un matrimonio concertado, si tenía que beber de algún modelo Luis XV prefería que fuera el extraído del pecho de una de sus amantes, madame du Barry.
En el año 45 d. C. el astrónomo y filósofo romano Sisígenes recibió un encargo muy especial del entonces emperador Julio César. El alto dirigente deseaba reformar el calendario romano imperante hasta ese momento. Después de estudiar muchas opciones, Sisígenes se decantó por proponer al emperador un calendario solar que fijara los días en 365 jornadas y seis horas. El motivo es que para los instrumentos de la época el cálculo resultaba muy exacto, con un margen de error que no superaba los 12 minutos. La propuesta satisfizo a Julio César y desde ese momento la propuesta del astrónomo pasó a denominarse calendario juliano. Para ajustar las horas sobrantes se decidió que cada cuatro años el calendario tuviera un día más evitando de este modo ir acumulando días en el calendario. El día escogido fue el 23 de febrero, el denominado sexto calendas martii, del que devino el nombre bis-sexto calendas martii, conocido universalmente como año bisiesto.
Las dos rayas paralelas que indican igualdad (=) fue invención del matemático inglés Robert Recorde (1510-1558), galeno de la casa real inglesa y profesor de matemáticas en la Universidad de Oxford. En sus obras utilizó por primera vez este signo porque «no hay dos cosas que puedan ser más iguales que dos rectas paralelas». Desde ese momento este signo se convirtió en universal. Recorde desarrolló también un método para extraer la raíz de un polinomio algebraico.
El inventor de la televisión, John Logie Baird, transmitió en 1928 las primeras imágenes televisadas a larga distancia entre Londres y Nueva York desde una habitación del Hotel Central de Glasgow. Al año siguiente la BBC adoptó de forma experimental su sistema de 240 líneas.
El más importante papiro de la época ptolemaica (siglo I a. C.), el papiro de Artemidoro, que describe cartográficamente la península ibérica con unos trazos casi perfectos en realidad es un error del ilustrador griego de un taller de Alejandría que lo dibujó. Este papiro de 32 cm de ancho y 240 de largo, el mapa más antiguo encontrado en la actualidad, trazaba un perfil de la Bética (la actual Andalucía) en lugar de Iberia. Al darse cuenta del error el dibujante o el cliente que solicita el encargo se deciden a realizar un nuevo papiro en blanco con el fin de que el escriba inicie de nuevo el trabajo dado que el error no puede ser rectificado. Así, el papiro con el perfil erróneo es arrinconado en algún lugar del estudio. Tiempo después quedará en manos de un taller de decoración que lo mostrará en su catálogo de papiros. Otros artistas dibujarán sobre él trazos de animales, caras, elementos mitológicos, etc. En el siglo I, al caer en desuso el arte de la decoración, será utilizado en una funeraria para embalsamar las máscaras mortuorias de una momia. Durante veinte siglos el papiro de Artemidoro dormirá en el interior de un sarcófago. Cuando un comerciante armenio desembalsamó la momia descubrió el papiro.
La mermelada se creó hacia 1700 cuando James Keiller, un tendero de la ciudad escocesa de Dundee, hizo por error una abundante compra de naranjas para su almacén. Como no pudo venderlas todas para no perder la mercancía su mujer puso las naranjas sobrantes en conserva. La receta resultó tan exquisita que el matrimonio decidió comercializar tan dulce hallazgo.
La tertulia es una reunión de personas que se juntan habitualmente para conversar o recrearse. Este término se acuñó en el siglo XVII en España cuando, durante el reinado de Felipe IV, las clases pudientes pusieron de moda los libros del escritor y apologista cristiano Quinto Séptimo Florente Tertuliano, nacido en Cartago hacia 155 d. C., convertido al cristianismo harto de la vida licenciosa que se vivía en Roma. Tertuliano regresó a su ciudad natal donde se dedicó a la defensa de la fe cristiana con un espíritu fuerte y decidido hasta el punto de adherirse a la secta montañista que practicaba una forma radical de ascetismo, en España muchos nobles gustaban de leer los textos eruditos, sarcásticos y afilados de Tertuliano que comentaban en controvertidas reuniones sociales. Tan apasionadas fueron que los participantes recibieron el nombre de «tertulianos» y las reuniones que los convocaban se denominaron «tertulias».
Guido de Arezzo (992-1050), monje benedictino natural de Toscana, está considerado como el «padre de la música», ya que a él se debe el nombre de las notas musicales. Antes del siglo XI imperaba una total anarquía en la música y De Arezzo perfeccionó la escritura musical y creó el pentagrama griego de cinco líneas horizontales que dejó escrito en el tratado musical Micrologus, el más leído en el siglo desde su publicación en el año 1026. Así, De Arezzo otorgó a las notas musicales el nombre de las primeras sílabas iniciales musicadas por él y dedicadas a la figura de San Juan Bautista. El verso Ut queant laxis dice así:
Ut queant laxis
Re sonare fibris
Mira gestor uní
Famuli torum
Solve polluti
Labii reatum
Sáncte Ioannes
Inicialmente la primera nota musical —«Do»— recibía el nombre de «Ut» y la última nota —«Si»— estaba formada por las iniciales del nombre de San Juan —«Sáncte Ioannes»—.
Aunque la corbata va perdiendo protagonismo en la moda actual, ha sido siempre un signo de elegancia y distinción. Fue utilizada por primera vez en 1660 por el regimiento croata del imperio austro-húngaro. Durante una visita al rey francés Luis XIV, el monarca quedó prendado por su elegancia y decidió diseñar una especie de pañuelo para su regimiento real. Este pañuelo que llevaba grabada la insignia real se denominó Cravatte, proveniente del vocablo croata crabate. Desde ese momento se conoció a aquellas tropas como Royal Cravatte.
A comienzos del siglo XIX la corbata se convirtió en una prenda de uso común. Tanto es así que en 1804 Esteban Demarelli, un italiano emprendedor, decidió establecerse en París y ofrecer a los aficionados a la corbata un curso de seis días a nueve francos la hora para enseñar a hacerse el nudo de la corbata en todas sus variantes. Demarelli se hizo de oro hasta que comenzaron a publicarse a partir de 1810 los primeros tratados sobre la cuestión. En 1830 se podían encontrar corbatas a la oriental, a la rusa, a lo lord Byron, en cascada, en surtidor, a la romántica… en definitiva, según los gustos y las modas literarias y artísticas de la época.
El primer servicio operativo de correos data de 2000 a. C. Fue desarrollado por los emperadores chinos para transmitir sus informes a los distintos puntos de su vasto imperio. Se trataba de gansos amaestrados. Escogieron estos animales porque volaban a una velocidad de 75 km/hora y podían hacerlo independientemente de las condiciones meteorológicas.
Pero el país que creó el primer servicio de Correos tal y como lo conocemos hoy fue Francia. En 1464 los franceses podían enviar cartas y documentos a través de su servicio postal. Para ello el rey Luis XI creó el puesto de Maítre de Poste. Los primeros sellos de fecha para las cartas datan del 17 de enero de 1784 y se sellaron en Madrid. Lo formaban la inicial M con la corona real encima, la inicial del mes y el día de emisión.
La lata de conservas fue un invento inglés de 1810. Se trataba de un recipiente de hierro de paredes muy gruesas. Se inventaron para que los soldados británicos pudieran llevar los alimentos bien protegidos en sus mochilas. Como el abrelatas todavía no se había inventado (apareció en 1870, creación de William W. Lyman), los soldados abrían la lata con la bayoneta de sus armas. En 1850 apareció un modelo más ligero y en 1866 un neoyorquino inventó la lata de conserva con llave, sistema que facilitaba la apertura.
En la actualidad en el mundo respiran 6700 almas, pero esa cantidad sólo representa el 6% de las personas que han poblado la tierra a lo largo de la historia. Aunque la cifra no es exacta del todo se puede decir que en los 162 000 años que existe el mundo en el planeta tierra han vivido 107 000 millones de personas. ¿Por qué los datos no son precisos? Debido a que según el Centro de Matemáticas e Informática de los Países Bajos se desconocen los datos de natalidad y mortandad de los primeros años de vida planetaria.
La fregona la inventé yo. Esta frase ha suscitado durante muchos años una gran polémica en España por la paternidad de la fregona, el invento más lucrativo de la historia patria que puso en pie las rodillas de las abnegadas amas de casa. Siempre se le había atribuido a Emilio Bellvis su invención, por aquel entonces responsable de las secciones de reparación y mantenimiento de aviones de la zaragozana Base Aérea de Valenzuela, pero la realidad es que Bellvis, que mantenía amistad con un capitán del Ejército del Aire, Manuel Jalón, que realizaba frecuentes viajes a Estados Unidos, logró patentar un artilugio que funcionaba de manera regular en los aeródromos militares norteamericanos donde los soldados fregaban el suelo con la ayuda de un cubo con rodillos. Bellvis, cuya familia regentaba en la capital maña una tienda de recambios de automóviles, comenzó a fabricar las primeras fregonas españolas bajo la marca Zaragoza Manufacturas Rodex. Emilio presentó el invento en el Registro de la Propiedad Intelectual el 23/12/1958 concediéndole el n° 74 587, publicándolo el 12 de enero de 1960.
Las míticas cabinas rojas del Reino Unido (Redphone box), uno de los símbolos de identidad de las islas británicas, fueron creadas por Sir Giles Gilbert Scout en 1924. Se consideran tan british como los autobuses de dos pisos o los taxis negros de Londres, la música de los Beatles, el cambio de guardia en Buckingham Palace o los vestidos de la reina Isabel II de Inglaterra. Para su peculiar diseño Gilbert Scout se inspiró en el mausoleo erigido por el arquitecto Sir John Soane para su esposa Elisabeth Smith en el cementerio de St. Giles de Londres, el único declarado monumento nacional. La estructura central abovedada sirvió para diseñar el remate de la cabina telefónica. Las pioneras fueron el kiosko K2 pintadas en rojo para ser fácilmente localizadas en caso de emergencia aunque en el campo estaban pintadas de verde para integrarlas en la naturaleza. Transcurridos más de ochenta años y debido al avance de la telefonía móvil, British Telecom, después de retirar más de 32 000 cabinas del Reino Unido, se comprometió a evitar su extinción.
Pizza Hut es la compañía líder mundial de restaurantes de pizzas con más de diez mil locales en todo el mundo. Fue fundada en Wichita (Kansas) en 1959 por los hermanos Frank y Dan Carney basándose en una regla muy simple: «utilizar los mejores ingredientes, masa fresca todos los días y la mejor calidad en todos sus procesos». Le dieron el nombre de Pizza Hut porque el local donde preparaban las primeras pizzas se asemejaba a una choza (hut, en inglés). El 7 de noviembre de 1977 Pizza Hut se fusionó con Pepsico Inc.
Nivea forma parte de la historia de la cosmética mundial con sus latas azules y su suave crema blanca. En 1911, el doctor Oskar Troplowitz había comprado la firma de cosméticos Beiersdorf con el fin de crear una nueva crema. Mezcló agua y aceite e incorporó un emulsionante que le dio a la crema un tono blanquecino. Le añadió más tarde limón, glicerina y un poco de aceite de rosa y lirios de los Alpes. Como la crema era blanca como la nieve, Troplowitz decidió llamar a su nuevo laboratorio y a su crema Nivea, palabra que procedía del término latino nivis (nieve). A partir de 1912 comercializó mundialmente su crema logrando desde entonces que la epidermis de millones de personas se volviera suave y tersa.
George Eastman (1854-1932) inventó el rollo de película, popularizó la fotografía entre el gran público y fundó la más importante compañía de fotografías del mundo, la Eastman Kodak Company. El 4 de septiembre de 1898 registró la patente de su cámara que eliminaba el uso de las placas de cristal y la utilización de productos químicos. A partir de ese momento la fotografía estuvo al alcance de todos los bolsillos. La elección del nombre se hizo para que fuese fácil de pronunciar en cualquier idioma. Eastman dijo que «la letra “K” siempre fue mi favorita. Me parece una letra fuerte e incisiva. Fue cuestión de probar con un gran número de combinaciones de letras que formasen palabras que comenzasen y terminasen con «K»». Eastman se suicidó a consecuencia de un desequilibrio psíquico el 14 de marzo de 1932.
El joyero alemán Johann Jacob Schweppe (1740-1821) aburrido de estar comerciando con joyas decidió establecerse en la calvinista ginebra con el fin de llevar a cabo su sueño: investigar los efectos que el aire tenía en el agua. A partir de 1783 vendía agua mineral en la ciudad suiza, pero en 1792 decidió ampliar el negocio y fundó una pequeña sociedad con tres ingenieros suizos. Se trasladaron a Londres y comenzaron a comercializar la tónica. Le añadió una «s» a su apellido para hacerla más fácil de pronunciar.
La timidez de un médico permitió la invención del estetoscopio, el aparato que se emplea para escuchar los latidos del corazón. Su inventor fue René Teophile Hyacinthe Laennec (1781-1826), un médico francés al que le daba reparo colocar su oreja sobre el torso desnudo de sus pacientes femeninas. En aquel tiempo el principal inconveniente que tenían los médicos era que, en el caso de los pacientes más obesos, los latidos del corazón eran difíciles de percibir y había que apretar el oído sobre la piel del enfermo. Cierto día, Laennec tenía que auscultar por la tarde a una paciente con problemas cardiopáticos. Mientras se dirigía al hospital donde trabajaba dio un rodeo por el patio del Louvre y se detuvo para ver como se divertían dos jóvenes. Su juego le llamó la atención. Uno de ellos ponía su oído en el extremo de una tabla mientras que el otro golpeaba la otra punta. No continuó mirando y aceleró el paso. Entró veloz en su oficina y pidió que le facilitaran un papel. Cuando llegó la paciente, lo enrolló en forma de tubo y lo colocó sobre el corazón: sintió que el sonido se amplificaba. En 1816 desarrolló su primer estetoscopio, un aparato cilíndrico de madera de 30 cm. de largo y tres de diámetro, más ancho en los extremos. El resultado fue el desarrollo del estetoscopio. En 1819 publicó su obra en dos volúmenes: De l’auscultation médiate ou traite de diagnostic des maladies des poumons et du coeur, fondé principalement sur ce nouveau moyen d’exploration.
La creencia popular de que las espinacas dan una fuerza especial a quien las come es, en realidad, un error científico. A mediados de los años treinta el dibujante norteamericano Max Fleischer creó al mítico Popeye, un personaje de cómic que gracias a que devoraba latas de espinacas lograba tener una fuerza sobrehumana. Casi siempre, además, para salvar a su amada Olivia de las manos del malvado Brutus. Y muchas madres de familia se acogieron a esta idea para que sus hijos comieran las poco apetecibles espinacas. Fleischer creía, como el resto de la gente en general, que esta verdura tenían un alto contenido en hierro. En realidad esta creencia estaba basada en un error científico. En 1870 el científico alemán Emil von Wolf había estudiado la cantidad de hierro de determinadas verduras y en el caso de las espinacas colocó erróneamente la coma de los decimales, por lo que la cantidad de hierro se multiplicaba por diez. Las espinacas están formadas fundamentalmente de agua y contienen gran cantidad de vitaminas A, C y E pero su aportación de hierro es muy baja, pero esta circunstancia era desconocida cuando Popeye se convirtió en el héroe de millones de niños a partir de 1937.
La creencia popular hizo pensar durante muchos años que la tumba de Tutankamón, el faraón egipcio perteneciente a la dinastía XVIII que reinó entre 1335 a 1327 a. C., estaba maldecida. Tutankamón, cuyo nombre significa «la imagen viva de Amón», fue un faraón poco notable, como demuestra el tamaño de su tumba descubierto por Howard Cárter el 26 de noviembre 1922 en la expedición patrocinada por Lord Carnarvon en el Valle de los Reyes. La leyenda decía que sobre todos aquellos que habían estado presentes en la apertura de la cámara sepulcral del faraón iba a caer una maldición. La madrugada del 5 de abril de 1923 expiraba Lord Carnarvon como consecuencia de la picadura de un mosquito pronunciando estas palabras: «Todo ha terminado; he oído la llamada y me preparo…». La prensa inglesa alimentó el mito haciéndose eco de un texto publicado por Marie Corelli, una novelista gótica en The New York Times donde anunciaba tener las evidencias de la existencia de una maldición. Se contabilizaron más de treinta muertes aunque algunos hablaron de ochenta las personas fallecidas a consecuencia de la maldición. Entre ellos el capitán Richard Bethell, tercer barón Westbury, secretario de Cárter, que falleció en extrañas circunstancias en el Bath Club en 1929; lo mismo sucedió con Alb Lythgoe, conservador en el departamento egipcio del Museo Metropolitano de Nueva York, muerto de un infarto al poco tiempo; o Archibald Douglas Reid, estudiante encargado por el gobierno egipcio de radiografiar la momia, fallecido en Londres mientras diseccionaba en la capital británica otra momia egipcia. Años más tarde, en 1972, fallecía a consecuencia de una hemorragia cerebral el Dr. Gamel Mehrez, director del Departamento de Antigüedades del Museo de El Cairo, encargado de enviar los restos de Tutankamon para una exposición en Londres. Cárter no fue ajeno a la leyenda maldita que rodeaba la profanación de la tumba del faraón llegando a afirmar que «… cualquier persona en su sano juicio haría caso omiso de esta elucubración. Esta clase de maldiciones están completamente ausentes de los rituales egipcios».
En 2005 se aclaró finalmente el misterio cuando una comisión internacional de expertos dictaminó que el faraón no murió asesinado. Su muerte se debió a un accidente. Investigaciones posteriores han demostrado que de los 58 miembros de la expedición que estuvieron presentes en la apertura del sarcófago, sólo ocho murieron en los doce años posteriores y que la mayoría de los integrantes alcanzaron los 70 años de edad. El propio Cárter falleció en 1939 a los 64 años de edad.
La explicación más convincente a la maldición es que las tumbas de los faraones estaban expuestas a la bacteria Staphylococcus o los mohos Aspergillus Níger y Aspergillus Flavus transmisores de enfermedades o que el guano depositado por los murciélagos transmitiera a los humanos la histoplasmosis.
Durante la Guerra de la Independencia norteamericana de 1776 el ejército liderado por George Washington no utilizó la bandera actual sino que el estandarte que portaban las tropas tenía otro diseño. Lo formaban trece franjas rojas y blancas alternadas con las cruces de San Andrés y San Jorge con el fondo azul en el ángulo superior izquierdo. Esta bandera no tenía carácter oficial ya que fue ideada precipitadamente para combatir contra las tropas británicas. El 14 de junio de 1776 el congresista norteamericano Betsy Ross diseñó entonces una bandera que tuviera carácter oficial que fue aprobada inmediatamente por el Congreso. Ese estandarte se convirtió desde entonces en la bandera oficial de los Estados Unidos de América. Inicialmente alternaba trece franjas rojas y blancas con trece estrellas blancas de cinco puntas sobre fondo azul y formando una corona. Las estrellas representaban a los Estados que existían entonces en la Unión. En 1795, con la incorporación de dos nuevos Estados, la bandera volvió a ser modificada añadiéndose dos franjas y estrellas más. Sin embargo, en lugar de formar una corona las estrellas se distribuyeron en tres hileras de cinco estrellas cada una. En 1818 se produjo una nueva modificación. Se volvió al dibujo original de Betsy Ross con la única modificación del fondo azul al que se irían añadiendo estrellas en función de los Estados que se fueran incorporando a la Unión. Ese año, las estrellas eran veinte. En la actualidad, los Estados Unidos lo integran cuarenta y ocho estados y las estrellas que los representan se distribuyen en seis hileras de ocho estrellas cada una.
La primera colonia infantil para niños se fabricó en Italia. Su creador fue el médico Barrelay, quién en 1860 comenzó a comercializar este producto en su ciudad natal, Viareggio como un método para lograr que los niños fuesen más limpios.
El papa León III introdujo en la curia romana el afeitado de los altos dignatarios de la Iglesia. La finalidad del rasurado de la abundancia pilosa en la cara tenía una finalidad mundana: diferenciarse de los clérigos y sacerdotes de la Iglesia griega. El Santo Padre no quería que se le asociara con el Patriarca de Constantinopla. Cuando Gregorio VI se sentó en el solio pontificio hizo de esta cuestión un asunto destacado de su pontificado como atestigua la bula que obligaba a los clérigos de la Iglesia Católica a ir siempre afeitados. El incumplimiento de aquella orden comportaba un castigo material: la confiscación de todos sus bienes y la pérdida de la condición de clérigo. Durante varios siglos esta tradición se impuso entre las comunidades religiosas hasta el punto que, incluso, los fieles decidieron seguir las costumbres de los hombres de la Iglesia e iban todos bien rasurados. Se da la circunstancia que siendo Godofredo obispo de Amiens en el año 1105, rechazó algunas cuantiosas donaciones por venir de nobles y paisanos que portaban barba. A partir del siglo XIV la cordura regresó a la Iglesia y fueron muchos los papas que se dejaron crecer una barba venerable y digna de ser admirada.
La barba fue también motivo de una profunda controversia en la Universidad parisina de la Sorbona. Corría el año 1561 y el eminente claustro universitario debatió durante un largo periodo si era conveniente que se prohibiese a los sacerdotes que impartían clases en tan magna institución el llevar barba. Ganaron aquellos contrarios a la barba. El argumento era muy sencillo: llevar barba es signo de inmodestia sacerdotal. Sin embargo, se desconoce cuando se cambió esta norma tan mundana.
Elisha Gray (1835-1901) podía haber alcanzado la gloria de no haber sido por un error administrativo. Gray, inventora estadounidense de formación autodidacta, había inventado en 1867 un aparato de telegrafía al que más tarde siguieron unos sesenta inventos más. Pero el más famoso fue el teléfono. Gray había diseñado un modelo mucho más perfeccionado que el de Alexander Graham Bell, quien se llevó la gloria de la invención del aparato telefónico. El 14 de febrero de 1876, día de San Valentín, ambos acudieron a registrar su invento en dos oficinas de patentes diferentes. Gray lo hizo en Chicago dos horas después de que lo hiciera Bell en Nueva York, aunque ella incorporó mayores detalles técnicos, pero cometió un error: no cumplimentó toda la documentación exigida. Al existir dos solicitudes debía determinarse a quién correspondía atribuir el invento. Gray reclamó la paternidad pero tras varios años de litigio la justicia le dio la razón a Bell.
Todos alguna vez en la vida hemos jugado a la gallinita ciega, uno de los juegos infantiles más populares. Tan popular que fue inventado hace más de dos mil años en Grecia. Durante la Edad Media era también un juego de adultos y así fue hasta el siglo XVIII. Goya lo inmortalizó en alguno de sus cuadros. En algunos países como Italia la gallinita se convierte en mosca y en Alemania en vaca.
Los nombres de los días de la semana tal y como los conocemos en la actualidad fueron asignados por los romanos. Se utilizó como base las deidades que se asignaron a los planetas. Así, el lunes (dies lunae), era el día de la luna; el martes (dies Martis), día de Marte; el miércoles (dies Mercurio), día de Mercurio; el jueves (dies Jovis), día de Júpiter; el viernes (dies Veneris), día de Venus; el sábado (dies Saturno), día de Saturno; y el domingo (dies solis), día del sol.
En Suecia es tradición ancestral disfrutar los jueves de una sopa elaborada con guisantes amarillos. Este plato se cocina en honor del rey Enrico XIV que murió envenenado por uno de sus hermanos que aspiraba al trono e introdujo veneno en una sopa de guisantes amarillos, el plato preferido del monarca.
En 1941, en los inicios de la Segunda Guerra Mundial, el régimen nazi comenzó a señalar a los judíos como culpables de los males que padecía Alemania. Les marcaron las casas y los vestidos con una estrella de seis puntas. El hexagrama representaba el escudo de David o Sello de Salomón, símbolo del judaismo. Al finalizar el conflicto bélico y fundarse el Estado de Israel en 1948, el nuevo estado adoptó la estrella sobre la bandera azul y blanca como el emblema del país. Pero su origen se remontaba al siglo XIV, cuando los judíos de la floreciente Praga comenzaron a utilizarlo como signo de distinción de su condición hebrea. Durante muchos siglos manifestaron su orgullo por ello y a partir del siglo XIX los rabinos de la ciudad decidieron incorporarlo como elemento decorativo en las sinagogas de la ciudad vieja, aunque el escudo de David no aparece en la literatura rabínica. A finales del siglo XIX, cuando el sionismo se convirtió en un movimiento político internacional que promovía el restablecimiento de una patria para el pueblo judío en Eretz Israel, la estrella de David se convirtió en su emblema.
En la ciudad de Makiong, en la antigua Siam, actualmente Tailandia, nacieron los hermanos Chang y Eng Bunker. Era el año 1811 y la peculiaridad es que ambos compartían el mismo cuerpo. Vivieron pegados uno al otro hasta 1874. Las personas que sufren esta malformación genética son conocidos desde entonces como siameses.
La letra Ñ —tomada como símbolo de la hispanidad por el Instituto Cervantes, el organismo defensor y promotor de la cultura española dependiente del Ministerio de Cultura— es la más característica del idioma español aunque su sonido se encuentra también en otros idiomas. Esta letra se encuentra en el alfabeto español, aragonés, asturiano, gallego, guaraní, euskera, quechua, tagalo, tártara, tetum, chamorro y filipino y es el resultado de la contracción de la doble «n» latina. Es, asimismo, consecuencia de la conversión de la contracción latina «mn» a «nn» que posteriormente pasó a ser «ñ». El motivo de esta contracción era la necesidad de economizar letras que había en las imprentas de los monasterios encargados durante siglos de la elaboración de los libros. Los frailes que se ocupan de la imprenta decidieron ahorrar tiempo, colocando una pequeña tilde, conocida como vírgula, sobre la n. En los teclados Qwerty para lengua castellana la Ñ aparece junto a la L y no existe ningún equivalente en el alfabeto romano.
En 1783 los académicos miembros de la Academia de Francia lograron establecer por primera vez la velocidad del sonido. La peculiaridad de ello es que la evaluación se hizo midiendo el intervalo de tiempo que había entre el encendido de la llamarada de pólvora y la explosión final en diversos lugares a igual distancia entre sí del lugar donde se había producido el disparo.
En el rito católico, durante la celebración del ritual del matrimonio, los contrayentes se intercambian los anillos como símbolo de unión y respeto. Pero este gesto tiene un origen pagano copiado de la tradición imperial romana. Al igual que se hacía en la antigua Roma, los anillos se colocan en el dedo anular de la mano izquierda. Los romanos habían escogido hacerlo en el annularius porque, como cuenta el historiador romano Aulo Gelio, el abogado y escritor romano del siglo II, autor de Noches Aticas, compendio desordenado de curiosidades en veinte tomos sobre diversas materias: «cuando se abre el cuerpo humano, como hacen los egipcios, y se practica en él la disección como dicen los griegos, se descubre un nervio muy fino que va desde el anular al corazón. Se cree conveniente otorgar el honor de llevar la sortija a ese dedo, con preferencia a todos los demás, a causa de esa estrecha conexión, de esa especie de lazo que le une al órgano más noble del hombre».
En 1979 el periodista del Canadian Press Scott Abbott y el fotógrafo de la revista Montreal Gazette discutían sobre cuál de ellos tenían más conocimientos sobre cuestiones triviales. La azarosa discusión terminó con una idea: inventar un juego de mesa para poner a prueba los conocimientos de los jugadores. Desde su aparición en el mercado se han vendido casi 90 millones de juegos en todo el mundo.
Terminada la Segunda Guerra Mundial, el físico Akio Morita y Masaru Ibuka eran dos jóvenes emprendedores derrotados que tenían grandes esperanzas en el porvenir de su país, destrozado por las bombas aliadas. Crearon una compañía que inicialmente arreglaba radios de onda corta. Buscaban nombre a su empresa. Se plantearon inicialmente utilizar el nombre de Tokio Tsushin Kogyo (TTK) pero la similitud con el nombre de los ferrocarriles de la capital, Tokio Kyuko, descartó la idea. Eligieron el acrónimo Totsuko pero durante un viaje a Estados Unidos, Morita tuvo la intuición de que el nombre no cuajaría debido a la dificultad que tenían los americanos para pronunciarlo. Plantearon llamarlo Tokio Teletech, pero ya existía en Estados Unidos una empresa con este nombre. Morita, al que le gustaba la canción Sonny-boy, escogió el nombre de Sony. Vinculaba su canción preferida a la palabra latina sonus (sonido). Desde 1946 el nombre Sony ha estado vinculado al liderazgo entre las compañía electrónicas del mundo.
Cada veintiocho años se repite el mismo calendario. Sin embargo, nunca nadie en la historia verá empezar un siglo en miércoles, viernes ni sábado. El mes de abril comenzará siempre el mismo día de la semana que julio; octubre que enero; y diciembre que septiembre. Los meses de febrero, marzo y noviembre empiezan siempre en el mismo día de la semana. Mayo, julio y agosto lo hacen siempre en días completamente distintos del resto de los meses del calendario y su inicio es siempre diferente entre sí. Sin embargo, estas reglas no tienen validez para los años bisiestos. Por otro lado, el año finaliza el mismo día de la semana en que comenzó.
El origen del bikini hay que situarlo al año 1600 a. C. como demuestran lo mosaicos encontrados en la villa romana de Casale, en Sicilia, en la que aparecen una serie de mujeres con vestidos de baño de dos piezas. Sin embargo, el 3 de julio de 1946, el estilista francés Louis Réard presentó en París por primera vez una colección de trajes de baño de dos piezas a las que denominó Bikini en honor a uno de los atolones que componen las islas Marshall, una de las riquezas marinas del Pacífico, utilizado como centro de pruebas nucleares de Estados Unidos.
A medida que han ido pasando los años, el bikini se ha convertido en un icono de la moda especialmente desde el momento en que Ursula Andress, entonces chica Bond, aparecía en 1962 en una escena de 007 contra el Dr. No enfundada en un bikini blanco saliendo del mar y con un cuchillo colgando de su cinturón. Cuarenta años más tarde, en homenaje a aquella célebre escena, Halle Berry magnificó su imagen emergiendo de las aguas en Muere otro día, otra de las películas de la serie de James Bond. Otras célebres actrices lo han utilizado en sus películas convirtiéndose en mitos eróticos de la época como Raquel Welch en Hace un millón de años o Brigitte Bardot en Y Dios creó a la mujer.
El bikini se convirtió a partir de los años cincuenta en un símbolo emblemático de libertad. A Réard le resultó muy difícil encontrar una modelo profesional que se atreviera a ser inmortalizada con los 76 cm. de tela de su bikini y para presentarlo en sociedad tuvo que recurrir a Micheline Bernardini, una bailarina del Casino de París, para que fuera inmortalizada por los fotógrafos. La idea la había tomado de las playas de St. Tropez donde las mujeres enrollaban sus trajes de baño con el fin de adquirir un bronceado más integral. Réard competía con Jacques Heim, quien había fabricado el traje de baño de dos piezas más pequeño, pero el primero se llevó la gloria al acertar en el nombre. En aquella época la palabra atómico estaba de moda y los medios de comunicación la utilizaban habitualmente para describir o expresar algo que se salía de lo habitual y Réard logró convencer a la sociedad de que su bikini se convertiría en algo parecido a una bomba de hidrógeno, como al final así fue.
En 1938 un húngaro nacionalizado argentino, László József Bíró, reconvertido a Ladislao José Biro (1899-1985) alcanzó la fama con la invención del bolígrafo, después de haber inventado otros 32 curiosos aparatos. Biro fundó una empresa de artículos de oficina que quebró al poco tiempo siendo adquirida por el barón Mario Bich. Utilizando el diseño de Biro creó un bolígrafo de punta redonda que regulaba el flujo de la tinta. Le puso por nombre BIC. Con el primer bolígrafo salido de su fábrica escribió en un folio en blanco: «Éxito». Y esa palabra le acompañó hasta su muerte pues de los 10 000 bolígrafos diarios producidos se llegó a alcanzar la vertiginosa cifra de 250 000 unidades. Antes de fallecer aportó a la humanidad otro invento famoso: el mechero desechable.
Las dos lunas de marte, conocidas como Fobos y Deimos, descubiertas por el astrónomo Asaph Hall (1829-1907) en 1877 fueron citadas sin asignarles ningún nombre siglo y medio antes por Jonathan Swift (1667-1745). En su célebre novela satírica, Los viajes de Gulliver, publicada de forma anónima en 1726, en la que retrata la vanidad y la hipocresía de las cortes y los políticos y hombres de Estados de su época, describe «dos estrellas menores o satélites que giraban alrededor de Marte», al tiempo que marcaba de forma precisa sus proporciones y sus órbitas.
Luis XIV de Francia (1638-1715), conocido como el Rey Sol o Luis el Grande y célebre por sus frases «El Estado soy yo» y «Me marcho, pero el Estado siempre permanecerá», pronunciada antes de morir, fue coronado rey de los franceses el año 1643. La suma de todos los números da 14. Vivió 77 años. Ambos números suman 14. Falleció en 1715. Los cuatro números suman 14. El 14 de julio de 1689 se erigió una estatua en su honor en el centro de París y el 14 de julio de 1789 los revolucionarios franceses que introdujeron la República decidieron derribarla.
El 12 de febrero de 1852 el diario Las Novedades, publicado en Madrid, hizo públicas una serie de coincidencias relacionadas con el atentado que el cura Merino había cometido contra la reina Isabel II. Todas estaban relacionadas con el número 2: «En la segunda parte de este siglo, año segundo cual es el presente de 1852, en el mes de febrero, que es el segundo del año, el segundo día de este mes, en la segunda parte de este día y en su segunda hora, Su Majestad doña Isabel II, de 22 años de edad, al presentar su segunda hija al templo de Dios, y cuando después pensaba dirigirse al segundo templo, fue acometida por un asesino que vivía en la calle del Arco del Triunfo, número dos, cuarto segundo».
La desconfianza del rey de Siracusa con su orfebre permitió a Arquímedes (285-212 a. C.) desarrollar su famoso Principio. Hijo de Fidias, un prestigioso astrónomo griego, Arquímedes se convirtió en el más famoso de los matemáticos y geómetros de su tiempo. En tiempos de la dominación romana de Siracusa llevada a cabo por el general Marcelo, Arquímedes se puso a las órdenes del rey Hierón para quien inventó la catapulta. Pero el rey quería fabricarse una nueva corona para lo cual entregó a un platero de la ciudad grandes cantidades de oro y plata, además de otros metales. El orfebre terminó el trabajo pero el rey, a pesar de loar la belleza de la corona, sospechó que el orfebre había sustituido los metales preciosos por otros de peor calidad. Solicitó entonces a Arquímedes que lo averiguara. Pasaban los días y el matemático no hallaba la solución a tan compleja petición. Absorto en la cuestión de la corona, Arquímedes se dio un baño pero no cayó que había llenado la bañera más de lo debido. Aquello fue determinante para desarrollar su teoría: «todo cuerpo sumergido en un fluido experimenta un empuje vertical y hacia arriba igual al peso de fluido desalojado». Salió de la bañera y corrió desnudo por las calles de Siracusa hasta el palacio real exclamando «¡Eureka, Eureka!» («¡Lo hallé, lo hallé!»). Arquímedes aplicó a la corona real su recién descubierto principio. La densidad de la corona no correspondía a la cantidad de metales entregados por el monarca. El orfebre fue ejecutado por estafa al rey.
Una hogaza de pan recién hecha permitió al filósofo griego Demócrito (470-400 a. C.) desarrollar su doctrina atomista. Una mañana Demócrito desayunaba pan recién horneado cuando notó que aquel olor afectaba a la nariz. El filósofo presocrático comprendió que las propiedades del pan eran transportadas por diminutas partículas que flotaban en el aire. Con algo tan simple como un pan caliente Demócrito estableció que en el universo pululan millones de átomos idénticos, indivisibles, indestructibles y eternos, en constante movimiento por el vacío infinito y que sólo se diferencian por su forma, su posición y su tamaño. A estas partículas las llamó átomos (palabra que en griego significa indivisible).
La observación de una mosca permitió a René Descartes (1596-1650) desarrollar su teoría de las coordenadas cartesianas. El matemático francés debía pasar largas temporadas en cama debido a una penosa enfermedad. El 10 de noviembre de 1619 se dedicó a observar el vuelo de una mosca que rondaba por la habitación donde se hallaba descansando. Después de seguirla reiteradamente con la mirada, Descartes comprendió que la posición del díptero se podía determinar de una manera muy sencilla. Tomó un papel y representó tres números que marcaban las distancias entre cada una de las paredes y el suelo. A continuación trazó dos rectas perpendiculares. Cualquier punto de aquel papel estaba determinado por sus distancias a los dos ejes. A esas distancias las denominó coordenadas del punto. Descartes sonrió a la mosca, ajena a su protagonismo en el hallazgo de una de las grandes ideas matemáticas de la historia.
La desobediencia de un marido y un posterior accidente casero permitió el descubrimiento del algodón de pólvora, la base que sirvió a Alfred Nobel para la nitroglicerina. En 1845 al químico alemán Christina F. Schonbein su mujer le impedía realizar experimentos en la cocina familiar, máxime cuando éstos se realizaban con ácidos nítrico y sulfúrico. Aprovechando que su esposa había salido de compras, Schonbein quiso realizar un experimento pero accidentalmente derramó sobre la mesa de la cocina parte de la mezcla. Para evitarse problemas lo secó con lo primero que encontró a mano: el delantal de su mujer. Para evitar que ésta le descubriera puso a secar el delantal sobre una estufa pero inmediatamente la tela prendió. Una pequeña maldad había dado lugar a uno de los grandes descubrimientos del siglo: la nitrocelulosa.
Sir William Henry Perkin (1838-1907) descubrió el tinte sintético a los 18 años por el reto de un profesor. En 1856 Perkin se hallaba en clase de química en el Real Colegio de Química cuando su profesor, August Wilhelm von Hoffman, comentó a los alumnos que el día que alguien consiguiera sintetizar quinina lograría no sólo un gran hallazgo científico sino que se haría de oro. La quinina era muy necesaria en aquel tiempo para el tratamiento de la malaria, enfermedad que afectaba a los ingleses que vivían en las colonias británicas. Unos días más tarde, aprovechando la ausencia de Hoffman, Perkin entró en su laboratorio y oxidó la anilina. Al tratar de diluirla comprobó cómo se coloreaba. Había logrado la fórmula para el tinte sintético. Tenía 18 años, abandonó la escuela y abrió junto a su padre una fábrica de tintes. Aquel invento hizo furor en la industria y en la sociedad y a los 22 años Perkin era uno de los hombres más ricos del Reino Unido.
Un placentero paseo en barco por el Támesis permitió descubrir la aberración de la luz estelar. El astrónomo real James Bradley (1693-1762) navegaba a vela en 1728 una noche estrellada. Tenía interés en comprobar el movimiento de las estrellas. En un momento determinado comprobó como el gallardete del mástil modificaba su rumbo al tiempo que lo hacía la embarcación y el viento que soplaba en ese momento y no sólo en función de la dirección de este último. Comprendió que la aberración de la luz estelar era el resultado de la velocidad finita de la luz y del movimiento orbital de la Tierra que hace que la posición de las estrellas se desplace con respecto a la real. El viaje en barco estuvo a punto de no hacerse pues aquella noche hacía un poco de fresco en Londres. Bradley publicó sus conclusiones en 1729.
El filósofo Archytas de Tarento (460 a. C. al 365 a. C.) fue el inventor del juego de la cometa. En su momento no estaba pensada como un divertimento playero sino que tenía como cometido anunciar la llegada de tropas enemigas.
El Post-It es uno de los materiales de papelería más utilizados en la actualidad. Para la elaboración de esta obra se han utilizado unos diez paquetes de Post-It, los papeles autoadhesivos de diversos colores y formas. En este caso, cuadrados y amarillos. Su descubrimiento, como la mayoría de los inventos de este capítulo, fue por casualidad. Spencer Silver estaba empleado en los laboratorios 3M en 1968. Trabajaba en el desarrollo de un nuevo producto que añadir a la amplia gama de pegamentos que ofrece esta firma. El producto no fue de su satisfacción y aparcó el producto. En 1974 un compañero de trabajo, Arthur Fry, tenía que desarrollar un nuevo proyecto y recuperó el de Silver. En un momento de descanso tomó el libro de cantos que utilizaba en la coral de su iglesia y marcó con aquel adhesivo las páginas que le interesaban. Había descubierto su utilidad. Tres años más tarde salía al mercado el Post-It y desde 1980 se ha convertido en un millonario negocio para 3M.
El primer rascacielos de la historia se construyó en Chicago en 1880. La financiación corrió a cargo de la compañía de seguros Home Insurance. Era un edificio de 10 plantas, 42 metros de altura y estaba construido con un armazón de acero compuesto de columnas verticales y vigas horizontales. La fachada era de ladrillo. El arquitecto fue William LeBaron Jenney, que tomó la idea de un libro francés en el que se podía leer: «Puede concebirse un edificio cuya armadura sea de hierro y cuyo revestimiento de piedra sólo sirva para preservarlo».
En 1781 el músico alemán William Herschel se desempeñaba como compositor en la corte del rey Jorge III de Inglaterra. Aficionado a la astrología, construyó un telescopio casero con el que descubrió el planeta Urano. Para honrar a su rey, que acababa de perder las colonias británicas en el continente americano, le dio el nombre de Georgium Sidus (la estrella de Jorge). Pero ese nombre no cuajó fuera de las islas. El astrónomo francés Jacques Lalande propuso que se denominara Herschel, pero finalmente se impuso el criterio de Johann Elert Bode, director del Observatorio de Berlín y miembro de la Academia de Ciencias de la ciudad, quien llamó al nuevo planeta Urano, en honor al dios griego del mismo nombre. Más tarde al resto de los planetas se le asignaron nombres de otros dioses mitológicos.
El ingeniero británico de origen francés Sir Marc Isambard Brunel (1769-1848) fue el primer constructor de un túnel bajo el agua. En 1814 se encontraba en la ruina económica debido a una serie de adversidades en los diversos negocios que iba creando. Debido a las deudas estuvo medio año en prisión. Para saldar las cuentas con sus acreedores en 1820 ofreció al gobierno construir un túnel de más de un kilómetro que unía las ciudades de Wappping y Rotherhithte, separadas por el Támesis. Para ello creó un escudo de perforación considerado un gran avance para la época. La obra se terminó con éxito y cuando iba a ser inaugurada con gran boato se inundó. Hasta 18 años más tarde no pudo ser concluida.
Enrico Fermi (1901-1954) fue el físico italiano que inventó el reactor nuclear y favoreció el desarrollo de la teoría cuántica lo que le valió en 1938 el Premio Nobel de Física por su estudio de la radioactividad inducida. Fermi estuvo a punto de descubrir la fisión nuclear en 1938 pero él mismo afirmó que «no tuvimos suficiente imaginación para pensar que en el uranio debía ocurrir un proceso de desintegración diferente al de cualquier otro elemento. Además, no sabíamos suficiente química para separar unos de los otros, los productos de la desintegración del uranio, y pensábamos que teníamos alrededor de cuatro de ellos, cuando en realidad su número estaba más próximo a los cincuenta». Pero Fermi podría haber cambiado el rumbo de la historia si hubiese permanecido en Italia y facilitado a Alemania e Italia los principios para la construcción de la bomba atómica. Sin embargo, una vez recibido el Premio Nobel decidió emigrar a Nueva York junto a su familia huyendo de las leyes antisemitas promulgadas por Benito Mussolini que afectaban a su esposa Laura, italiana de origen judío, y a sus colaboradores, que no podían trabajar con alguien que tuviera relación con judíos. Fermi fue contratado como profesor en la Universidad de Columbia.
El explorador y cazador de focas inglés John Davis fue el primero en pisar el continente antártico el 7 de febrero de 1821. Desde los 16 años trabajó en la marina mercante inglesa y realizó siete viajes a la Antártica donde se dedicaba a la caza de estos mamíferos marinos. Pero el hecho no se conoció hasta 1955 cuando se descubrió su libro de bitácora.
William Phips (1651-1695) era un pastor analfabeto miembro de una humilde familia de veintiséis hermanos nacido en Maine cuando Estados Unidos era una colonia británica. Después de varios empleos que no le sacaban de la pobreza en 1687 localizó en el Caribe los restos del galeón español Nuestra Señora de la Pura y Limpia Concepción hundido en el Banco de la Plata, al noroeste de Puerto Plata en 1641. Este galeón era la nave capitana de la flota de las indias en el momento de su hundimiento y transportaba un rico tesoro de plata obtenido en México con destino a la corona española. Tanta fama ganó ante el monarca inglés que éste le nombró caballero del imperio británico y gobernador real en Massachussets.
El explorador, oceanógrafo y biólogo francés Jacques-Yves Cousteau (1910-1997) ingresó en la marina francesa como oficial durante la Segunda Guerra Mundial. Durante este tiempo diseñó el aqualung (pulmón acuático) que fue utilizado por los aliados para retirar de las aguas internacionales las minas colocadas por el Eje italio-alemán. Este sistema se convirtió en el predecesor del actual sistema scuba.
El 5 de septiembre de 1796, el gobernador de Chile se vio obligado a tomar una decisión drástica que afectaba a la convivencia cívica entre los habitantes de la capital, Santiago de Chile. Así, publicó un Bando de Buen Gobierno donde se establecía lo siguiente:
«Nos los SS. Presidente y Oydores de la Real Audiencia:
Por cuando estando prohibidos por bando de este Superior Gobierno publicado en esta capital en octubre del año pasado, el juego de las volantines [cometas] por las principales calles de ella y que su inobservancia ha hecho comprender hoy las funestas desgracias que pueden sobrevenir a los vecinos si los hilos de que penden los referidos volantines se enredan en los techos o ladrillos de los aleros y otros moldes de los techos, y cayendo hieren o matan al que casualmente pasa debajo, a más del grave daño que constantemente se ocasiona en los edificios a sus dueños. Por tanto, para prever éstos y otros males inapreciables, ordenamos y mandamos:
Que ninguna persona mayor o menor de edad se atreva a encumbrar volantín grande ni pequeño dentro de la traza general de esta capital, so pena de seis días de prisión y las demás que el caso y circunstancias exigieren sin que esta prohibición se extienda a las Cañadas y orillas del río donde la espaciosidad permite el libre uso, sin el menor riesgo de esta diversión».
El Manneken Pis es el monumento más visitado de Bruselas.
Se trata de una pequeña estatua de bronce situada en la esquina de la Gran Place de la capital belga diseñada en 1619 por Jérome Duquesnoy. El origen es tan incierto como las leyendas que se cuentan sobre él. No hay ningún documento que certifique el por qué se encuentra en este lugar aunque las cuatro teorías más recurridas son que con su meado extinguió la mecha de una bomba que iba a volar la Grande Place, que un padre descubrió a su hijo orinando en mitad de una cruenta batalla, que fue un niño perdido al que el padre prometió dedicar una estatua si era encontrado y que un niño orinó sobre una bruja cuyo maleficio lo convirtió en estatua. Lo único cierto es que en 1698 el gobernador de Bruselas, Maximiliano Emmanuel, decidió regalarle una túnica. Desde ese día, el niño ha sido siempre vestido con una colección formada por más de 750 trajes.
La mantilla fue inicialmente una prenda de abrigo utilizada por el pueblo llano. A partir del siglo XVII comienza a convertirse en una pieza ornamental en el vestuario femenino como sustituta de los encajes. No será, sin embargo, hasta el siglo XVIII cuando lo comiencen a utilizar las clases más adineradas. La popularización de la mantilla tendrá lugar durante el reinado de Isabel II gracias a que a la reina, aficionada a los tocados y diademas, le gustaba hacer uso de ella en la mayoría de los actos sociales. A partir de entonces las damas de la corte comenzarán a imitar los gustos de la soberana y la mantilla se convertirá en una prenda elegante y distinguida. Con el tiempo la mantilla fue perdiendo su uso y quedó limitada a determinados actos sociales. Como hecho curioso, durante el reinado de Amadeo de Saboya se produjo la conocida Conspiración de las mantillas. Las mujeres españolas las utilizaban para oponerse a las nuevas costumbres que trataba de imponer el monarca italiano, llegado a España de manos del político Cánovas del Castillo.
Los tenedores los utilizaban en el Imperio Romano las clases más pudientes. Se perdió su uso hasta que lo reintrodujo en Europa en el siglo XI Teodora, hija del emperador de Bizancio, casada con el dux de Venecia, Domenico Selvo. Provocó tanto escándalo que hasta San Pedro Damián se atrevió a llamarlo el «instrumento del diablo». El tenedor volvió a quedar en desuso. Pero la refinada Catalina de Medicis lo reintrodujo de nuevo en el siglo XVI como símbolo de lujo y refinamiento social cuando contrajo matrimonio con el rey Enrique II de Francia. Todo hay que decirlo, la elegante Catalina lo utilizaba también para rascarse la espalda. En el siglo XVII el uso del tenedor estaba completamente extendido y el viajero inglés Thomas Coyat lo deja escrito en alguna de sus crónicas de viajes: «Los italianos se sirven siempre de un pequeño instrumento para comer y para tocar la carne. La persona que en Italia toca la carne con los dedos ofende las reglas de la buena educación y es criticada y mirada con sospecha. Es una cosa extraña que no se pueda convencer a un italiano de comer con los dedos, nos responderá siempre que no todo el mundo tiene las manos limpias. Y yo he adoptado esta costumbre y la conservo incluso en Inglaterra, pero mis amigos se burlan de mi y me llaman lucifer».
La primera referencia española data del siglo XV. En el libro Arte Cisoria de 1423 se habla de un utensilio del que se dice: «La segunda disenle tridente, porque tiene tres puntas, donde la primera tiene dos; ésta sirve a tener la carne que se ha de cortar, o cosa que ha de tomarse, más firme que con la primera». Barcelona fue la primera industria europea que creó en el siglo XVIII una fábrica para la fabricación en serie de tenedores.
Cuando en Londres el carrillón del Big Ben marca las horas, el sonido de las campanas se escucha antes en Australia que en las calles que rodean al Parlamento inglés. El motivo es que las campanadas son transmitidas por la BBC (British Broadcasting Corporation), a través de la radio, y lo hacen a la velocidad de la luz, es decir a 300 000 km/ segundo. La transmisión es tan rápida que el londinense de a pie, aún estando bajo el Big Ben, oye la campanada con más retraso pues el sonido llega de la torre al suelo a menor velocidad.
La baquelita es la primera sustancia plástica completamente sintética. Creada en 1909, recibe este nombre en honor a su descubridor, el belga Leo Baekeland. Pero podía no haberse llamado así si sir James Swinburne, un científico británico que había descubierto la fórmula de esta sustancia al mismo tiempo que Beekland no hubiese tenido la pereza de acudir a la oficina de patentes. Swinburne decidió esperar hasta después del fin de semana para patentar su invento pero 24 horas antes ya lo había hecho Baekland. Y la gloria y el dinero se lo llevó él.
La duración de la Novena sinfonía en re menor de Beethoven es la causa de que los CD’s tengan una duración de 74 minutos.
Esta sinfonía con un coro final sobre la Oda a la Alegría de Schiller, op. 125 la escribió el compositor alemán entre 1822 y 1824. Fue ejecutada por primera vez el 7 de Mayo de 1824. Publicada por primera vez en octubre de 1826, en Maguncia, por el editor Schott, estaba dedicada al rey de Prusia, Federico-Guillermo III. Recordando el final de la obra, el gran director de orquesta alemán Furtwángler declaró: «Lo que le instó a Beethoven en la Novena a introducir un texto, a usar la voz humana, no fue más que una urgencia nacida de los movimientos precedentes, y fue el tema de su último movimiento lo que inspiró todo lo demás —el texto, la voz humana, la forma cíclica—. Raramente hay algún otro ejemplo en la historia de la música que demuestre tan claramente las posibilidades de la música puramente abstracta. La virtud de Beethoven no reside en la idea como tal, sino en su poder para transformar esa idea tan completamente en música». Si la composición dura más o menos tiempo de los 74 minutos en que está compuesta es que la pieza no se ha interpretado correctamente.
La producción de cerveza se inició hacia el año 3500 a. C. por egipcios y súmenos. En Europa hay evidencias de la producción cervecera en el valle soriano de Ambrona en el año 2400 a. C. Los celtas la expandieron por la península ibérica, consolidándose durante la romanización. No será hasta el año 1516 cuando se fije la primera ley que regule su elaboración. Lo hará el duque Guillermo IV de Baviera con la ley de pureza en la que se establecía que sólo debía utilizarse malta de cebada, lúpulo y agua. Desde ese momento se fabricó masivamente en el centro y norte de Europa y constituía la bebida habitual de las clases menos pudientes. Tanto gustaba que muchos nobles la utilizaban para pagar a sus soldados. Más tarde se expandió a través de los monasterios que elaboraban una cerveza de gran calidad y a partir del siglo XIX se inicia la verdadera comercialización industrial con la primera aparición de fábricas artesanales. En España la primera fábrica data de 1864. Se debe al empresario alsaciano Louis Moritz que la abrió en Barcelona.
La invención de las gafas se debe a Alessandro Della Spina, fraile italiano de finales del siglo XIII, quien logró fabricar en su monasterio de Pisa unos «roidi da ogli» (discos para los ojos) para mejorar la visión de sus compañeros de celda. Con estas gafas la productividad en los conventos y cenobios de la Iglesia aumentó considerablemente ya que los frailes y los artesanos que en ellos trabajaban podían elaborar sus trabajos con mayor precisión. El invento fue conocido por un mercader veneciano quién, desde mediados del siglo XIV, comenzó la comercialización de las lentes. Desde ese momento muchos comerciantes de la ciudad de los canales se enriquecieron con las gafas circulares que mejoraban la vista, pues la ciudad de Venecia controló durante muchos años la fabricación de tan innovador invento.
El descubrimiento de América por Cristóbal Colón se debió a un error de cálculo del marino al servicio de los Reyes Católicos. El almirante había calculado erróneamente la distancia que separaba Europa de Asia. Durante muchos años el marino genovés se encontró con grandes dificultades para que le aprobaran el proyecto debido a que la comisión de expertos que debía analizar el viaje consideraba que la circunferencia de la tierra era mayor que la que defendía Colón. Aunque la separación entre el continente europeo y el asiático era de 135 grados, en realidad la distancia era superior, alcanzando los 229 grados. Las tierras descubiertas por Colón se consideraron durante muchos años las Indias Occidentales y no fue hasta unos años más tarde que se popularizó, gracias a Américo Vespucio, que aquellas tierras eran un nuevo continente no explorado hasta el momento.
La palabra turismo tuvo su origen en Francia aunque el nombre proviene del inglés. En el siglo XVIII varias personas viajaron de manera organizada para disfrutar de una visita guiada al Chateaux de Loire, junto la ciudad francesa de Tours. Desde entonces a la actividad de conocer el arte y la cultura como mero divertimento se le conoce como turismo (tourist, en inglés).
A los europeos occidentales nos sorprende que en países como Gran Bretaña o Australia se conduzca en sentido contrario al nuestro, es decir, por la izquierda. En la antigüedad el tráfico rodado, fundamentalmente en las calzadas romanas, lo constituían carros y carretas que ya circulaban en el lado izquierdo. La razón es muy sencilla. Los cocheros sujetaban con la mano izquierda las riendas de los caballos o las mulas mientras que con la derecha tenían más a mano el uso de la espada para defenderse. Por otro lado, a los cocheros que llevaban mercancías les resultaba más útil manejar con la mano derecha el látigo para azotar a los animales. Con la llegada de los primeros vehículos de motor y el paulatino abandono del transporte por medio de carruajes se consideró que el cambio de marcha era más fácil manejarlo con la mano derecha y la mayoría de los países decidieron cambiar el rumbo de circulación. En Francia tuvo, sin embargo, motivos políticos ya que el cambio se produjo tiempo antes, durante la Revolución Francesa, cuando se decidió terminar con los privilegios de la aristocracia y uno de ellos era el de circular por la izquierda. Pese a los avances técnicos los ingleses prefirieron seguir conduciendo como lo habían hecho secularmente. De hecho, una orden fechada en 1835 establecía la obligación de que todos los súbditos del Imperio Británico circularan por la izquierda.
Cuando el 12 de octubre de 1492 Colón descubrió América en el nuevo continente no había caballos siendo los españoles los introductores de estos animales. Aunque en siglos posteriores se encontraron fósiles de equus en estratos geológicos de finales de la era cuaternaria, el caballo había desaparecido por completo de las conocidas como Indias Occidentales. La historia de los equinos en el continente comienza el 23 de mayo de 1493 con la cédula de los Reyes Católicos ordenando el envío de veinte caballos y cinco yeguas procedentes del Reino de Granada al Nuevo Mundo. Esos caballos fueron transportados por Colón en su segundo viaje. Alcanzaron primero las costas de Santo Domingo y posteriormente fueron trasladados a Jamaica. En viajes posteriores otros conquistadores introducirían caballos en otros territorios. Diego de Velázquez lo hace en Cuba en 1511, trasladando algunas reses a México, siendo utilizados éstos por Hernán Cortés para la conquista del imperio de Montezuma. En 1520 Gonzalo de Ocampo utilizará caballos en la conquista de Venezuela. Pizarro introducirá los caballos en 1531 en Perú y Ecuador y Diego de Almagro hará lo propio en Chile en 1535. En California los caballos llegaron en 1597 de la mano de Juan de Oñate.
Los españoles llevaron la vid a América durante el primer viaje colombino en 1492. Las tres naves españoles portaban en sus bodegas sarmientos o semillas de pasas, pero los primeros intentos de cultivar la vid se saldaron con reiterados fracasos debido a las condiciones climáticas de las Antillas, primera tierra donde se intentó elaborar vino. Hasta la conquista mexicana de Hernán Cortés las vides no dieron sus primeros frutos. En 1519 se inició con éxito la plantación en algunas zonas de México. El motivo por el cual era importante obtener y producir vino en el continente conquistado por los españoles tenía fines religiosos, ya que era imprescindible para las celebraciones eucarísticas de los misioneros que ejercían su labor apostólica en el Nuevo Mundo.
La Iglesia italiana, muy beligerante a finales del siglo XVI, trató que el Papa Clemente VIII prohibiera a sus fieles beber café, al que consideraban «el Brebaje de Satanás». En aquel tiempo el café se había puesto de moda entre los italianos y el Papa, antes de tomar una decisión de tan «alto calibre», decidió conocer de primera mano a qué sabía aquella bebida condenada por el clero. Al terminar su taza, antes de pronunciarse, suspiró y dijo: «Considero que es pecado que los descreídos no disfruten de una bebida tan deliciosa; ¡Venzamos a Satanás impartiéndole la bendición, y convirtamos a esta bebida en algo verdaderamente cristiano!» El café triunfó entonces en la bota europea y gracias a ello los italianos tiene fama de elaborar los mejores cafés del mundo.
Las abejas y la miel han acompañado al hombre a lo largo de la historia. En la antigüedad, los cuerpos humanos se trasladaban sumergidos en miel. Cuando Alejandro Magno falleció el 13 de junio de 323 a. C. en el palacio de Nabucodonosor II en Babilonia, su cuerpo fue recubierto de miel para evitar la descomposición durante el regreso a Alejandría. En Egipto, aunque lo habitual era usar directamente el natrón para desecar el cadáver, a veces se empleaba la miel para preservar los cuerpos antes de realizar las momificaciones, una de las prácticas fundamentales de la cultura egipcia.
La invención de la margarina fue posible por la recompensa que ofreció en 1860 el emperador francés Napoleón III al que encontrara un sustituto para la mantequilla. Lo consiguió el químico Hippolyte Mége-Mouriés, quién había logrado mezclar un preparado de grasa vegetal de la que había extraído bajo presión la porción líquida, que más tarde había dejado solidificar. El nombre deriva de la palabra griega margaron (perlas blanquecinas) pues al contemplarse la margarina en el microscopio se vislumbraban millones de glóbulos de color blanco, semejantes a unas perlas diminutas. En los primeros años, la comercialización de la margarina no gozó del favor de los consumidores, pero al concluir la Segunda Guerra Mundial los alemanes comenzaron a tomarla como sustituto de la mantequilla, más grasa.
El ajedrez es uno de los pocos juegos de los que se desconoce el origen. En la cámara funeraria de Tutankamón se encontró un juego de similares características que, en su momento, los investigadores creyeron podía ser el origen del ajedrez. Investigaciones posteriores creyeron encontrar su origen en un juego indio datado en el siglo VI d. C., la Chaturanga, juego adoptado posteriormente por el pueblo persa. De hecho, la frase final de la partida —«jaque mate»— deriva del persa shah mat (el rey ha muerto). Se sabe que el pueblo bizantino, gran aficionado a este juego, lo difundió por todo el Mediterráneo, Escandinavia y Rusia en los siglos VIII y IX d. C. Hasta el siglo XVI no hay indicios escritos con las reglas del ajedrez, algunos de ellos españoles, como el redactado por el fraile Ruy López de Sigura. El primer campeón mundial fue el checo Wilheim Steinitz que ganó el primer campeonato oficial en 1866 y logró mantener la corona durante 28 años seguidos.
El accidente del vuelo 111 de Swissair con código compartido con Delta Air Lines entre Nueva York y Ginebra el 3 de septiembre de 1998 en el que fallecieron 229 personas en las gélidas aguas de la bahía St. Margarets, en Nueva Escocia, tras un fracasado intento de realizar un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de Halifax, sirvió, sin embargo, para cambiar algunos procedimientos de seguridad de los aviones. El avión McDonnell Douglas MD-11, considerado uno de los más seguros del mundo, se estrelló en el Océano Atlántico poco tiempo después de que la cabina de primera clase se inundara de humo. A los quince minutos de la llamada de alerta todos los instrumentos y la electricidad del avión se apagaron incendiándose la parte posterior de la cabina de mando. El avión cayó en picado hacia el mar acabando con la vida de todos los pasajeros, la mayoría funcionarios de Naciones Unidas. La investigación demostró que se trataba de un cable defectuoso que daba conexión a las televisiones de primera clase debido a un material inflamable que provocó el incendio. La compañía aeronáutica procedió entonces a cambiar los sistemas de todos los aviones que operaban en ese momento y Swissair y Boeing tuvieron que hacer efectivas millonarias indemnizaciones a las familias de los fallecidos.
El enigma arqueológico de Nazca, observado por primera vez en Perú en 1547 por el conquistador español Cieza de León, se solventó hace unos años descartando la leyenda de que los dibujos religiosos de grandes dimensiones que aparecían dibujados en el desierto peruano habían sido realizados por extraterrestres. Los estudios científicos demostraron que estaban vinculados con el culto al agua y la fertilidad.
Sobre la llanura desértica peruana, Cieza de León vislumbró unas líneas rectas de hasta un kilómetro de longitud, trapecios, triángulos o espirales de gran tamaño colocados de forma desordenada y dibujando formas humanas o de animales como el mono, la araña o el mono.
En 1996 la Fundación Suiza Licchtenstein para las Investigaciones Arqueológicas en el Exterior encargó a los arqueólogos Johnny Isla Cuadrado y Markus Reindel que investigarán el fenómeno y analizaran las aportaciones realizadas por Paul Kosok, quien a mediados del siglo pasado realizó la primera observación aérea, llegando a la conclusión que se trataba de «rutas rituales». Tiempo después, Kosok basándose en las teorías de la matemática alemana Maria Reiche, publicó un artículo en la revista Archaeology en la que establecía que los dibujos de Nazca eran en realidad un calendario astronómico de grandes dimensiones. A raíz de esta publicación el escritor y hostelero suizo Erich von Dániken dio a conocer su teoría de que la Tierra había sido visitada por extraterrestres en la antigüedad agregando que en Nazca habían aterrizado platillos volantes.
El resultado de las investigaciones en los más de 650 yacimientos y asentamientos de Nazca, en los valles de Palpa, Viscas y Río Grande, en una zona con más de 350 km2 de extensión, establecen que estas tierras las habitaron las culturas Paracas y Nazca entre el año 800 a. C. y la desaparición del imperio Inca, en 1532. Los estudios han demostrado que las primeras líneas y figuras se dibujaron antes de que la cultura Paracas desapareciera hacia el 200 a. C., basándose en las decoraciones de la cerámica. Para el equipo investigador los dibujos, realizados con una gran perfección, formaban parte de un ritual cuyo objetivo era provisionar de agua a la comunidad. Lo sorprendente es que para realizar unos dibujos tan perfectos se sirvieron tan sólo de estacas y cordeles tomando como base las tecnologías de civilizaciones perdidas. Se trata de zanjas que no superan los 30 cm. de profundidad y los 25 cm. de altura. Pero lo más sorprendente es que los hombres de la cultura Nazca jamás pudieron comprobar desde el aire la perfección de su trabajo y la climatología ha dejado para la civilización actual unos dibujos terrestres de gran perfección que han merecido el tratamiento de Patrimonio Cultural de la humanidad.
Existen varias versiones que explican el por qué a Nueva York se le conoce también como La Gran Manzana (The Big Apple, en inglés). La más común tuvo lugar en los años veinte cuando el periodista deportivo del New York Morning Telegraph, John J. Fitz Gerald, escribió este término en una crónica del 3 de mayo de 1921 desde Nueva Orleáns al hacer referencia a las carreras de caballos de la ciudad («J. P. Smith, junto a Tippity Witchet pertenecientes a la cuadra de L. T. Bauer, se espera que partan para «la Gran Manzana» mañana tras una exitosa campaña primaveral en Bowie y Havre de Grace»), Desde entonces el periodista utilizó este sobrenombre para referirse a la ciudad de los rascacielos. El 18 de febrero de 1924 tituló su columna «Alrededor de la Gran Manzana» en la que ahondó en la cuestión: «La Gran Manzana. El sueño de todo mozo de cuadras que haya montado un purasangre y la gran meta de todos los jinetes. Solo hay una gran manzana. Y esa es Nueva York». Aunque a los neoyorquinos no les gusta utilizar este nombre, el apodo de la ciudad se popularizó a partir de los años setenta cuando la Oficina de Convenciones y Turismo de Nueva York, en la actualidad NYC & Company, promocionó el sobrenombre de La Gran Manzana para referirse a la ciudad. En 1997, el alcalde Rudolph W. Giuliani decretó que la esquina suroeste de la calle West 54th Street con Broadway, donde había vivido John J. Fitz Gerald entre 1934 y 1963 recibiera el nombre de La esquina de la Gran Manzana (Big Apple Corner, en inglés).
El jabón, como producto de limpieza, fue una invención del pueblo sumerio 3000 a. C. Los residuos de los diferentes álcalis hervidos que se utilizaban para lavarse fueron mejorados por los egipcios que introdujeron una nueva variante, la mezcla de ceras vegetales o animales con agua y aceite. Los romanos impulsaron su utilización, como recogen las crónicas de Plinio el Viejo y demuestran los yacimientos arqueológicos de Pompeya, donde se localizó una vieja fábrica de jabón. A partir del siglo VII la ciudad italiana de Savona comienza la fabricación en serie con una fórmula a base de aceite de oliva que también se elaboraba en España y conocido como jabón de Castilla. A partir del siglo XII el jabón ya se utilizaba con asiduidad en Europa como método de limpieza corporal y a partir del siglo XV surge el conocido como jabón de Marsella elaborado con grasas vegetales y huesos, precursor de los jabones que se utilizan en la actualidad.
Thomas Jefferson, segundo presidente de Estados Unidos, introdujo en su país las patatas fritas (French Fríes), al concluir su misión como embajador norteamericano en Francia. En las veladas que celebraba en su mansión ofrecía este tipo de patatas que se popularizaron rápidamente por todo el país. A raíz de esta forma de preparar las patatas un norteamericano, George Crumble, jefe de cocina del restaurante Moon Lage Lodge’s de Saratoga, inventó la patatas chips. El invento fue producto de la casualidad cuando un comensal, Commodore Cornelius Vanderbilt, se quejó al maítre de que las patatas fritas eran demasiado gruesas. Al retornar el plato a la mesa con las patatas más finas, el cliente manifestó de nuevo su queja hasta que Crumble se vio obligado a cortar las patatas a rodajas muy finas, casi transparentes, volviéndose crujientes al contacto con el aceite de oliva muy caliente. El éxito fue inmediato y otros comensales solicitaron ese plato. Tan exitoso resultó que muchas mujeres de Saratoga comenzaron a vender patatas chips por la ciudad hasta convertirlo en un producto masivo en todo el país.
La idea de fabricar el Fiat 500, antecesor del popular Fiat 600, no fue de la familia Agnelli, patrones de la empresa italiana del mismo nombre, sino del dictador Benito Mussolini que en 1930 había solicitado al empresario y senador Giovanni Agnelli que fabricase un vehículo utilitario que no superase las 500 000 liras por la «improrrogable necesidad» de motorizar a los italianos.
Los Agnelli fabricaron el Fiat 500, un pequeño vehículo que alcanzaba los 85 Km/h. y tenía un precio asequible como había solicitado el Duque. A partir de 1957 el éxito fue inmediato y la producción superó los 3,8 millones de unidades convirtiéndose la Fiat en el principal fabricante europeo de automóviles.
A los 15 años de edad, el joven Louis Braille (1809-1852), que se había quedado ciego a los tres años mientras jugaba en el taller de su padre, destacaba en el parisino Instituto Nacional de Jóvenes Ciegos como un alumno brillante, con gran dotes para la música y la ciencia. Braille inventó un sistema propio de lectura y escritura para invidentes que mejoraba el sistema de lector-escritura táctil inventado por Charles Barbier con fines militares. Con el tiempo el método Braille se convertiría en el lenguaje universal para ciegos. No se trata de un idioma sino de un alfabeto por el cuál se pueden representar letras, números, grafías científicas, signos de puntación, etc. El método está basado en un símbolo formado por seis puntos; los que están en relieve indican una letra o un signo de la escritura en forma de grafía visual. Este signo permite 64 combinaciones de puntos que representan los acentos especiales de la lengua francesa. Cuando se utilizan en otros idiomas los puntos modifican su significado. Con la introducción de los métodos informáticos el braille se amplió a ocho puntos pudiendo una letra individual codificarse en una única celda. Todas las combinaciones que permiten los ocho puntos se encuentran en el sistema Unicode.
El médico patólogo Thomas Harvey fue el encargado de realizar la autopsia de Albert Einsten en el hospital de la Universidad de Princeton donde el genial científico falleció el 16 de abril de 1955. Pocas horas después de su muerte el cadáver de Einstein fue incinerado y las cenizas esparcidas en algún lugar secreto junto a las agua del río Delaware, por expreso deseo del finado.
El doctor Harvey acudió presto al hospital pues había sido informado de la muerte del celebrado profesor. Tras lamentarse ante el cadáver del científico procedió a realizar su trabajo. Abrió el abdomen de Einstein y examinó sus órganos internos. Pero entonces, a Harvey se le ocurrió quedarse con el cerebro del físico más famoso de la historia. Lo tomó entre sus manos, lo fotografió y lo pesó (no superaba el medio kilo). A continuación, con la asistencia de Marta Séller, lo diseccionó en 240 finas láminas de modo que se pudiera estudiar en un microscopio a excepción del cerebelo y algunas zonas del córtex. Los resultados iniciales supusieron una decepción para el jefe de patología del hospital americano. El cerebro no se diferenciaba de cualquier otro analizado hasta entonces.
El burro catalán (Equus asinus var. catalana) es una raza de asno (Equus asinus) originaria de Gerona y se ha convertido en el símbolo identitario del nacionalismo catalán desde el año 2004. Ese año, dos jóvenes independentistas de la localidad gerundense de Banyoles engancharon una pegatina con la silueta del asno en la parte trasera de su vehículo con el fin de reclamar la atención sobre el peligro de extinción que corre esta raza, con menos de 400 ejemplares vivos. Al poco tiempo, el nacionalismo utilizó este símbolo en contraposición al toro de Osborne, que representa la identidad española.