La patena es el recipiente en el que se deposita la hostia durante la misa (entre la oración del Padre Nuestro y el momento de ser consumida).
Este platillo que suele ser de oro u otro metal precioso (normalmente dorado) debe estar reluciente y muy limpio. El hecho de que allí se depositen las obleas, que después se dan para comulgar, hace que se tenga una especial atención a la hora de limpiarlo.
De ahí que, cuando queremos referirnos a algo que está excesivamente limpio, utilicemos la expresión «Está más limpio que una patena».